Capítulo 4 (Una larga noche)

96 11 3
                                    

No estoy segura de quién me abre. Creo que fue Alex, pero no lo recuerdo. Estoy pendiente de Ángel que está tumbado sobre la cama en una posición que me parece un tanto forzada.

Me siento un poco incómoda y en seguida me acuerdo de mis complejos. Alex dice algo que no me importa una mierda y no me molesto en escuchar antes de entrar al baño, por lo que probablemente avisara de que iba a bañarse. Kile sale al balcón para hablar con Ash por wasap.

Me siento sobre la cama al lado de Ángel. Estiro las piernas fuera del borde de la cama. No es una postura muy cómoda pero prefiero estirarlas que encogerlas porque así siento que no me veo tan gorda.

Al principio, Ángel y yo apenas hablamos. El mira la televisión y yo lo miro a él todo el rato. De vez en cuando me mira pero en seguida gira la cabeza. Intento prestar atención a la televisión pero no consigo entender nada de lo que dice. Me doy cuenta de que él tampoco parece tener ganas de ver nada, porque no para de cambiar.

Es incómodo porque no se que hago aquí, yo quería hablar y en cambio él hace cualquier cosa para no prestarme atención. Cuando se da cuenta de que estoy mirando también en dirección al televisor, me pregunta que quiero ver. Yo le contesto que me da igual. *Por mi puedes apagarla*. -Pienso. Pero en realidad es mejor, así Kile no nos escucha hablar desde el balcón.

Entonces el deja de cambiar de canal. Hecho un vistazo para ver que ha puesto y en seguida aparto la vista y contengo un gruñido. Está viendo tías desnudas delante de mi ¿Cómo se supone que debo reaccionar? Me echa un vistazo rápido y parece divertido con mi reacción. Miro un punto fijo en la habitación. Ese tipo de escenas me parecen asquerosas y denigrantes.

*Bueno... en realidad... * Aparto esa imagen de mi mente lo más rápido que puedo.

Él parece entender que me incomoda y cambia de canal.

Estamos un rato más callados. Él sigue mirando la televisión y yo aprovecho para mirarlo a él. El silencio no llega a ser totalmente incómodo pero aún así decido romperlo.

-Me gusta cuando parece que no me prestas atención pero en realidad me estas mirando. -No me contesta, quizás piense que es sarcasmo paro lo digo en serio.

Lo que en realidad quería decir es que yo también suelo hacerlo. Porque me pongo nerviosa cuando tengo que mirar a alguien a los ojos y prefiero mirar a otro lado.

-Me cuesta mirar a la gente a los ojos mientras hablo. -Ya lo había notado. Siempre me desvía la mirada, a mi también me pasa.

-¿Vas a quedarte a dormir? -Pregunta desviando momentáneamente la vista del televisor y pillándome por sorpresa.

Me gustaría poder decir que contesté algo ingenioso tipo ¿Quieres que me quede?  Pero yo no soy así. No era muy consciente de lo que me acababa de preguntar, mucho menos de lo que mi boca estaba diciendo. Y aunque no lo recuerdo exactamente, mi respuesta probablemente fuera algo así:

-Ehh... Sí. Em... vale?? -Y... Confirmamos. Soy gilipollas. *Llevamos 15 minutos prácticamente callados en un silencio super incómodo ¡Quería echarte de forma educada!*

-¿De verdad? -Pregunta

Ángel sigue mirándome esperando una respuesta; me he quedado pensando un par de segundos. -Sí. -Contesto sin titubear.

Ninguno de los dos dice nada y tiene cara de Póker. Cuando vuelve a mirar el televisor al fin puedo soltar el aire que estaba conteniendo.

Miro el móvil. Pasa una hora de las doce. Me queda un cinco por ciento de betería, es imposible que pueda poner una alarma, suelto un gruñido inconsciente.

Diario 17 (Sin Terminar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora