Capítulo 8 (No todos son príncipes)

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El camino en coche con mi madre hasta casa se me hizo demasiado largo. Ella no paraba de preguntarme demasiadas cosas, pero ya que llevaba días sin verla no me importó tanto tener que contestar a todas.

Esa noche no podía dejar de pensar en Ángel. ¿Qué estaría haciendo? Conociéndolo se estaría fumando un porro ya que llevaba días sin hacerlo.

***

La mañana siguiente desperté tarde. Desayuné e hice mi cama sin prisa, porque me habían dado el día libre en la escuela para descansar del viaje. Tenía muchas ganas de hablar con mis amigas, pero como ellas sí tenían clase, tendría que esperar hasta el día siguiente.

Ángel tampoco me había hablado aún, así que me puse a deshacer la maleta para mantenerme ocupada y no dar lugar a que mi madre tuviera que decírmelo.

Ya pasaba del medio día y aún no me hablaba, lo cual comenzaba a preocuparme. Aún así no quería ser paranoica y preferí mantenerme ocupada.

Almorcé con mis padres, aunque en realidad no tenía hambre y apenas comí, aproveché para contarles con detalle todo el viaje. (Bueno. Obviamente me guardé ciertas cosas para mí). Les di a mis padres las tazas que les había comprado y que sabía, luego acabaría usando solamente yo. El regalo de mi hermano aún seguía en la maleta de mi amiga así que tendría que esperar un poco antes de tenerlo.

Me duché y luego preparé la mochila para las clases del día siguiente, y ya que no tenía deberes me puse a ver un maratón de Los Juegos del Hambre.

De vez en cuando me distraía mirando el teléfono para ver si me había escrito algo. Pero no. Las peliculas me ayudaban a desconectarme un poco y antes de darme cuenta el día se había terminado.

***

El autobús nos dejó en la puerta del instituto y cuando bajé esperé a que mi mejor amiga, Sofía, me siguiera. Ya le había empezado a contar todo lo que había pasado los últimos días de camino. Ella me escuchaba atentamente sin decir nada al respecto. Creo que él no le agradaba demasiado, pero prefería no decírmelo. En cualquier caso me sentía demasiado feliz y no podía dejar de hablar y sonreír.

Entramos a clase y como siempre somos de las primeras en llegar. Sofi me estaba poniendo al día de lo que habían echo en clase, y yo trato de escucharla aunque me distraigo mirando por la ventana al ver que el autobús de mi Crush ya ha llegado.

Cuando mis compañeros empezaron a llegar a clase, esperaba verlo, pero no vino. Supuse que se habría quedado un rato hablando en el pasillo. Me sorprendió porque generalmente no lo hacía.

-Vamos a ver a Iris. -Le digo a Sofi tomándola de la mano. Iris es nuestra otra mejor amiga. Es un año más pequeña por lo que está en otra clase. La excusa perfecta para darnos una vuelta por los pasillos.

Cuando voy a salir por la puerta tirando de Sofía, me choco con alguien y al girarme sonrío involuntariamente al ver a mi mejor amigo. -Hola. -Lo saludo. El me saluda también y me mira divertido, al notarlo supongo que es porque Ángel ya le ha contado todo, lo cual me ahorra trabajo. Le doy un abrazo ya que no parece que el valla a hacerlo y vuelvo a coger a mi amiga para seguir andando cuando escucho que me dice. -¿No tienes algo que contarme?

-¿El que? -Pregunto haciéndome la tonta, algo avergonzada porque no se exactamente lo que ya sabe.

-¿Como te ha ido? ¿Qué has estado haciendo? -Añade, y definitivamente lo sabe todo. No me importa, si no le hubiera contado Ángel lo hubiera echo yo, pero este no es el mejor lugar para hablarlo ya que estamos en medio de la puerta.

-Luego te cuento. -Le digo sonriendo y sigo andando para buscar a mi mejor amiga.

Cuando la veo, corro a  abrazarla sintiendo que se me va a salir el corazón del pecho. Estoy demasiado emocionada y aún no he visto al causante.

Diario 17 (Sin Terminar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora