《 Family 》

Seis

-Lauren tenemos que hablar-

Lauren casi se ahoga con su cereal con leche -¿Qué hice ahora?- preguntó intentando recuperar la voz.

-Primero ¿Por qué estas comiendo eso a esta hora?- Eran pasadas de las diez de la noche.

-Tenía hambre- siguió con su cereal -¿Qué ocurrió?- preguntó aparentando que no le interesaba pero tenía un poco de miedo por lo que le diría.

-Es Emma-

El corazón de Lauren volvió a latir, creía que era lo que ella pensaba pero al escuchar el nombre de su hija estaba más preocupada.

-¿Qué pasó con Emma?- preguntó muy preocupada.

-Hoy me llamaron de su colegio para hablar sobre el tema del acoso escolar, ella no prestó atención en todo lo que hablé- a Lauren no le pareció raro de que Emma no prestara atención, su misma hija le dijo que ella no necesitaba de las charlas que daban porque ella nunca haría eso -Cuando terminé de hablar y tocó el timbre me acerqué a ella, estaba concentrada en un dibujo que le diste...- Lauren la detuvo.

-El conejo- habló sonriente -le dije que no lo lleve, que eso era para casa no para el colegio. Pero ya sabes como es ella, terca-

-Intenté hablar con ella pero no me prestaba atención ¿Sabes lo que le ocurrió en las rodillas?-

Lauren asintió -Me dijo que se cayó al entrar al colegio- siguió comiendo su cereal -Ya la cure y le deje con unas venditas de princesas en ambas rodillas- sonrió.

-Lauren no sé si es eso- habló mirándola fijamente.

-¿Estas diciendo que Emma miente?- preguntó con una ceja levantada -Ella nunca me miente, siempre me dice la verdad-

-¡Por Dios Lauren, es una niña y los niños mienten!-

-Baja la voz Camila, los niños duermen-

-¿Qué mierda te está ocurriendo?- suspiró -Tengo miedo de que Emma esté sufriendo-

-A Emma no le ocurre nada, si le ocurriera algo me lo diría, ella nunca me ocultó algo, nunca-

-¿Estás escuchando lo que dices?- preguntó incrédula -¡Los niños mienten, ocultan todo!-

-¡Ella no es así, si le ocurriera algo me lo diría!-

-¡Entonces está ocurriendo demasidas cosas porque tu hija no te está contando nada de lo que ocurre a fuera de estas cuatro malditas paredes!-

-¡Ella nunca me mintió y nunca me mentiría!-

Mientras ambas mayores discutían, Emma estaba acurrucada entre sus peluches, buscando protección.

Eso era lo que necesitaba, protección.

Escuchó como su puerta se abría y cerró los ojos más fuertes.

-Emma- se escuchó una voz aguda, la de su pequeño hermano.

Emma salió de entre sus peluches -¿Qué quieres?- preguntó con el ceño fruncido.

-Estan discutiendo- murmuró triste.

-¿De verdad? No me di cuenta, tonto- se levantó de su cama -Sal de mi cuarto-

-Emma- el pequeño miró a su hermana con los ojos llenos de lágrimas.

-¡No te quiero ver!- le cerró la puerta en la cara.

La niña corrió a su cama, prendió la luz de noche y se volvió a esconder entre sus peluches.

Sin previo aviso empezó a llorar, por su culpa sus madres estaban discutiendo.