Capítulo Único

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Ni Pokémon ni sus personajes me pertenecen, sino a Satoshi Tajiri y a sus respectivos dueños...

En Un Claro De Bosque

Nos situamos en la región Kalos, donde un grupo de amigos cenaban como era costumbre...

Un joven azabache entrenador de Pikachu comía a ritmo lento a diferencia de otras veces, esto llamaba la atención de cierta joven sentada a su lado, quien era observada por una rubia que de igual forma era observada por otro joven también rubio, creando así una especie de círculo en el cual ninguno comía. Al poco tiempo, Ash se sintió observado, y por defecto, los chicos voltearon disimulando comer, pero era completamente inútil; en ese momento, ellos pensaron recibir un regaño o una queja de parte de su amigo, cosa que nunca llegó

-Chicos, voy a caminar un tiempo, así que no me esperen- Una vez dicho eso se dio la vuelta y se dirigió al bosque, extrañamente sin Pikachu, quien ya dormía junto a su bolsa de dormir.

La primera en levantar queja fue Bonnie, quien inconforme se le dirigió a su hermano

-¿Que le pasa a Ash hermano?- Tampoco tardó Serena en contestar incorrectamente

-Supongo que se sintió muy acosado, ¿no lo crees Clemont?-

-No lo creo, Ash no es así. Algo le pasa, estos últimos días no a estado comiendo como de costumbre, y se a separado de nosotros para caminar- El inventor empezó por disimular

-¿Entonces le incomodámos?- Desilusión se presentaba en Bonnie al ver junto a su Deddene el rumbo que el azabache había tomado, ciertamente habían sido ya muy frecuentes esas veces en que él se había ido temporalmente.

-Supongo que deberíamos dormir, dijo que no lo esperáramos- Sugirió Serena con un tono de tristeza en su voz, puesto que durante lo que llevaban en su viaje, ella había desarrollado aquel sentimiento sumamente especial y que todos conocemos, aunque no lo demostraba por el mismo temor de perderlo por una simple torpeza. Todo eso y los extraños cambios en su amado le sentaban mal con respecto a su actitud, por lo cual también se le veía mas melancólica de vez en cuando

-Supongo que sí, vamos Bonnie, dejemos dormir sola a Serena por ésta noche- Al voltear, el inventor le guiñó el ojo a su amiga, quien entendió sus intenciones.

Clemont no era para nada experto en sentimientos, pero era demasiado obvio lo que la pelimiel sentía hacia su amigo, aunque lo guardaba para si mismo por causas que ni él mismo entendía. Suponía fuese por la privacidad suya, o quizá quería que ella misma se lo dijese y, quién sabe, quizá hasta llegar a algo más en una escala de amour...

A veces se sentía hasta incomodidad al estar con Clemont, Bonnie y Serena, pero no eran ellos, ¡claro que no!, simplemente había algo que no encajaba con lo demás. Habían pasado hasta ese momento muchas aventuras, llevaba incluso siete de las ocho medallas para entrar en la Liga Kalos y poder participar en esta, pero seguía esa inconformidad, y no era mucho mas que sentirse extraño con la presencia de cierta persona femenina

¿Bonnie?

Pues claro que no, la niña nada tenía que ver con su problema. Desde hacia días había estado sintiendo un malestar al tener que ver a esa chica de frente o de perfil, inclusive al punto de llegar a usar una palabra que no había usado mas que para describir otro tipo de sucesos. ¡Serena le empezaba a parecer linda en todo sentido!... Sin lugar a dudas, algo le estaba pasando para tener esos sentimientos, por que no era tan despistado para no tener esos tipos de intereses aunque fuesen en lo mas mínimo, pero si lo era demasiado para no saberse describir.

En Un Claro De BosqueHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin