006.

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Decidieron por que JiMin eligiera el lugar ya que el joven decía tener un amigo con un lugar realmente agradable y estaba cerca de su trabajo. Jeongguk siguió sus indicaciones sin alguna queja, confiaba en que le llevaría a un agradable lugar. Establecidos en una silencio cómodo, Jimin fue el primero en bajar de aquel vehículo.

Jeongguk observaba curioso el lugar, era de dos pisos con una gran terraza y unos carteles de neón que indicaban que estaba abierto. Sin dejar de curiosear con la mirada, bajo del auto para seguir el andar del pelirrubio. Las puertas de cristal fueron abiertas dejando a la luz un lugar completamente con un estilo entre antiguo y vintage sin quitarle lo masculino.

— ¡Minnie! — exclamó un joven de tez morena que inmediatamente vio a su amigo fue directo hacía él para darle un fuerte abrazo. — Hace tiempo que no te veía por aquí y has traído a alguien. — inquirió en un tono alegre mientras estiraba su mano para saludarle al separarse del pelirrubio.

— Jeon Jeongguk, un gusto.

— Kim NamJoon, pero puedes decirme Nam solamente.

JiMin rezó internamente por que su amigo no le dijera o preguntase algo estupido. Conocía muy bien a su amigo y ademas de ser algo terco con sus manos también lo era a la hora de preguntar. No es que no fuera inteligente, no. Pero hacía preguntas algo incomodas.

— Venimos a merendar algo.

— Oh, que descortés de mi parte. Por favor tomar asiento en algunas de las mesas. A ti Jiminnie te prepararé lo de siempre, se que no has cambiado tus gustos.— Nam toqueteo con la punta de su dedo la pequeña nariz de este — ¿y que hay de ti Jeongguk?

— Me gustaría un frappe de chocolate, gracias.

En un suave asentir el de tez morena se fue a preparar lo pedido. Jeongguk decidió tomar lugar al lado de una ventana y Jimin lo hizo justo en frente para evitar la cercanía y mantener la distancia.

— Este lugar tiene una muy buena imagen, nunca había escuchado de él. ¿tú lo conoces por tú amigo? — preguntó dandole un vistazo rápido a su celular antes de mirarle a él.

El pelirrubio asintió de manera tranquila. — No es muy conocido ya que nunca ha hecho publicidad y esas cosas, además que esta al final de la calle y no es muy transitada como puedes ver. Debe ser el lugar más tranquilo de Seúl, pero se pierden de la delicia misma.

— Espero todo sea tan delicioso como tú dices, aunque no dudo de tú capacidad al escoger. — afirmó con una pequeña sonrisa.

Solo fueron unos cortos minutos donde se mantuvieron en un silencio cómodo. Por el gran ventanal podían observar la mezcla de hermosos colores en el cielo. El atardecer caía y la noche llegaba. Namjoon apareció con una bandeja y sus pedidos, la pinta que tenían se les hacía agua la boca. Ambos agradecieron antes de tomar un poco de este.

— ¿Qué tal esta? — preguntó NamJoon tomando lugar al lado de su amigo.

— Delicioso. — afirmó Jeongguk disfrutando de su bebida.

— Muy rico como siempre. — beso su mejilla como agradecimiento antes de continuar bebiendo su capuchino.

— ¿Ustedes son pareja o algo? — preguntó antes de tomar un poco de su frappe.

Perplejo ante la pregunta del joven, Jimin tragó antes de escupir lo que su boca contenía. Semejante pregunta no debía ser preguntada como si no fuera absolutamente nada. Negando, su semblante era de absoluta preocupación y reflejaba una negación total.

— Nada de eso. — se adelanto NamJoon en hablar.— Jiminnie suele ser muy afectivo con sus amigos, es normal que reparta besos o abrazos. Hasta en un momento de mi vida creí haberme enamorado de él ¡hizo que dudara de mi sexualidad! — exclamó de manera divertida.

Sorprendido, Jimin golpeo el brazo de su amigo luego de dejar sobre la mesa su taza casi vacía de su adictivo capuchino. Nunca había creído que su amigo aceptara tal cosa en público frente a un desconocido. Aún recordaba la vez que se le comento sobre esta pequeña confesión pero fue en privado y luego nunca más el tema volvió a ser tocado hasta el momento.

— Deja de contar tales cosas, me harás ver como...

— Alguien muy tierno. — terminó interponiéndose Jeongguk.

Sus palabras fueron liberales, había expuesto uno de sus tantos pensamientos sobre el joven y ahora se arrepentía al ver como las mejillas de éste se teñían de un pequeño carmín.

— Parece que él es de los míos. — imploró en un señalar burlón. — Es de los que le gusta verte completamente sonrojado y adorable.

Automáticamente las cubrió con sus regordetas manos mientras mascullaba un sin fin de incoherentes palabras. Se negaba rotundamente a pensar que estas palabras le hacían avergonzarse cuan adolescente enamorado. Estaba rotundamente prohibido sentir algo más que felicidad por éste hombre, no debía olvidar el hecho que él es quién engendraría a su futuro primero hijo y que éste al llegar a su casa tiene una bella esposa esperándole para cenar. No debía olvidar que él posee una perfecta vida y que él no es nada importante en ella.

— Supongo que si soy de los tuyos. — concordó Jeon mientras le da una mirada audaz y juguetona al pelirrubio no sin antes beber de su frío frappe.

« pero quien se cree. » magulló enfadado en su cabeza antes de darle un mordisco a su tostada con cierta pizca de rabia en su masticar.

— Nunca más volveré aquí con alguien ni solo, me iré a trabajar. — reprochó enfadado parándose de inmediato antes de encaminarse a la puerta principal.

Escuchó un pequeño llamado por parte de su amigo pero su orgullo no le permitía voltearse o siquiera despedirse, habían golpeado su orgullo y se encontraba falsamente dolido.

— Con permiso, debo ir por él, es tarde para que vaya solo a trabajar. — dijo Jeon levantándose para estrechar su mano. — Prometo pagar todo luego.

— No, nada de eso. ¡ahora ve por él! que es tan necio que se ira solo. Cuídalo de que no se lastime, por favor. — rogó sincero.

— Eso haré, lo prometo.

Entre trotando y caminando abandonó el lugar para buscar al peli rubio que apenas estaba en la esquina y le alcanzó de inmediato. Tomándole el brazo un pequeño brinco se propinó en el cuerpo del pelirrubio, creía le iban a robar pero se tranquilizó a ver que así no era.

— Ven, Jimin, déjame llevarte. — propuso en un tierno mirar que le derritió el débil corazón al joven.

— No, ire caminando. Además te gusta burlarte de mí.

— Anda, vamos, hace frío y podrás resfriarte. — ánimo apretando suavemente su brazo en un gesto protector y cariñoso.

— Esta bien... Solo porque hace frío y eres mi futuro jefe.

— Prometo subirte el sueldo por ser obediente.

Con sus mejillas más rosadas de lo normal, se subió aquel Audi sin volver a reprochar, ya lo no tenía excusas para hacerlo.

Con sus mejillas más rosadas de lo normal, se subió aquel Audi sin volver a reprochar, ya lo no tenía excusas para hacerlo

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oLAAAA estoy de hiatus pero actualizo igual, ámenme.

¿cómo han estado?

yo estoy con un estrés gigantesco, morirme hará las cosas más fácil en estos momentos, ahno.

sho me despido, bye bye mis kookinhas, buenas noches e inicio de semana¡!

Rentable • kookmin #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora