Capítulo 8: Juntando Rompecabezas

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Al verla irse con el idiota de Cross me hirvió la sangre, mis puños yacían blancos por tanta presión ejercida, tenía dos opciones, la primera era: ir tras ella y asegurarme que regrese conmigo y la segunda era: NO HACER NADA,  solo actuar como si nada hubiera ocurrido, después de todos yo no era del tipo que sale corriendo detrás de las damiselas. No soy de ese tipo para nada.

Volví a mi mesa, el asiento a mi lado estaba vacío, me disculpe diciendo que Nina había tenido una emergencia familiar y todos ellos me creyeron, después de varias  horas de escuchar las mismas platicas vacías y sin sentido, adquisiciones de bienes banales que iban y venían en un gran mercado sin sentido en donde lo único con verdadero sentido era el dinero  decidí retirarme.

Mi piso lucia como siempre, pulcramente ordenado, colores cálidos en las paredes  que de alguna manera me hacían recordar a casa: a mamá cocinando los fines de semana, a papá armando algún nuevo juguete, a Phoebe  siempre preguntando absolutamente sobre todo y sobre nada , al tener estos recuerdos una enorme sonrisa surco mi rostro , realmente había sido afortunado o en las palabras de Jared “un gran afortunado bastardo”. Después de una ducha caliente que ayudo a relajarme ella invadió mis pensamientos aquel vestido lucia tan perfecto en su cuerpo como si hubiera sido confeccionado sobre ella , y sus ojos esos ojos verdes capaz de restarle con una mirada toda la fuerza al mismísimo  Goliat me seguían produciendo toda clase de sentimientos que aún no podía determinar . En ese instante el sonido de alguien llamando a mi puerta me saco de mis pensamientos, eran casi la medianoche, quien demonios puede tocar la puerta de alguien a esta hora sin ser invitado, me acerque al intercomunicador y mi sorpresa fue grande, la diosa de ojos verdes estaba en mi puerta, su expresión furiosa no había disminuido y seguía tocando la puerta como si se tratara de un Armagedón.

– Idiota – escupió apenas pudo verme – Eres un idiota Grey – volvió a decir entrando a mi piso con sus tacones en una mano y una botella en la otra.

– Nina, estas… tu estas bien? – cerré la puerta y me acerque a ella meticulosamente como si se tratara de un león salvaje.

– Yoo… pen-sé que es-tá noche seria di-feren-te pero eres igual a tooodosss – dijo apuntando su dedo índice en mi pecho.

– ¿Estas bien? – Tomé sus hombros – ¿te hizo algo ese idiota? Nina RESPONDEME 

– Nina rio como si estuviese contando un chiste y dio un sorbo a su botella – Lo vi – me miro tristemente – y tu… maldito idiota – volvió a gritar.

En realidad no entendía nada si el maldito de Cross le había tocado un dedo lo mataría, tome una de sus manos y la obligue a dejar los zapatos en el suelo y la botella en la encimera de la cocina mientras la llevaba a la sala.

– Nina preguntare esto por última vez y por mi bien mental respóndeme, Cross te hizo algo?

– Ella se sentó e hizo algo que me tomo  con la guardia baja, tomo mis manos entre las suyas y suspiro – Ethan no me hizo nada, tú me abrías defendido si él lo hubiera intentado?

– Me senté a su lado y observe su rostro detenidamente, sus ojos lucían opacos, apagados – No tengas dudas de eso – le susurre estrechando sus manos con más fuerza.

– Lo siento … fui una idiota  hoy , solo odio cuando alguien  cree que soy su posesión … es lo que más odio pero aun así … no podía – cerro los ojos y suspiro – No quiero ver a mi hermano , preguntara , no quiero – volvió a cerrar los ojos como si tratase de suprimir algo – Puedo quedarme aquí esta noche?

– Claro pero, Nina… que sucedió?

– Es tarde – me miro lentamente – puedo usar tu baño?

The Grey's SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora