Chica Rebelde (Editando)

25. Odiame

Pov Nick

Ariana, mi niña de cabello rojo y ojos color miel ya no me amaba, o al menos no como antes, no sabía qué hacer, quería lanzarme a un precipicio por el solo hecho de ya no tenerla a mi lado.

Después de salir de la casa de Ariana, un par de cuadras más adelante fui interceptado por la banda de Ariana y su primo, yo creo que les terminaron doliendo las manos después de la paliza que me dieron, y como no, me lo merecía por haber hecho daño a Ariana, pero sabía que ella no mandaría a que me hicieran algo así, aunque hubiera cambiado, ella no sería capaz, o eso quería creer yo.

Por suerte después de eso, pude levantarme y seguir mi camino a casa, apenas entre en mi habitación, un frío indescriptible atravesó mi cuerpo, en mi cama yacía la caja de color rojo con el anillo que debía darle a Ariana hoy, el anillo para pedirle que fuera mi novia. Mi cuerpo se llenó de ira y todo lo que yacía en mi escritorio fue lanzado al piso, sentía tanta frustración, no podía creer que me haya acostado con Lindsay y menos que haya mandado fotos de esa asquerosidad a Aria, me dirigí a mi cama tome el anillo entre mis manos y lo acerque a mi pecho, sentía el dolor de Ariana, el dolor de la traición, y el saber que había sido capaz de hacerle eso solo era una razón más para alejarme de ella, y que fuera feliz, así fuera en brazos de otro, pero en brazos de un hombre que no le hiciera daño.

...

Habían pasado dos semanas, dos semanas en las que veía de lejos a Ariana, de muy lejos, la veía y me entraban ganas de patearme, le hice daño, tanto daño que no merecía que ella sufriera.

Su rostro reflejaba un dolor intenso, sus ojos demostraban lo rota que estaba, había momentos en los que su mirada se perdía y una lágrima caía por su suave mejilla, al notarlo el dorso de su mano la limpiaba y agachaba la mirada, yo no quería ver a mi niña de esa manera, ella estaba tan llena de vida que me dolía ver como su sufrimiento pintaba los días de gris.

Tenía que hacer algo, no quería ver dolor en sus ojos, prefería ver odio en ellos y que viviera como ella era, desafiante, arrolladora, hermosa, eso debía hacer, tenía que lograr que me odiara, era lo única opción que me quedaba, así que idee un plan, un plan que sabía me costaría caro, muy caro.

Sentado en mi moto esperaba a Lindsay, al ver que se acercaba me dieron ganas de salir corriendo, pero debía hacer esto, lograr que me odiara, o al menos que me odiara más de lo que ya lo hacía.

Apenas Lindsay estuvo lo suficientemente cerca de mi la tome de la cintura y la acerque a mi pecho, pose mi mano en su nuca y junte nuestros labios, con total lujuria ella me besaba, y yo, yo lo hacía con todo el odio del mundo, con el rencor más grande de la historia.

De un momento a otro sentí como ella era arrancada salvajemente de mi lado, al abrir mis ojos, ella estaba en el suelo, y frente a mi, Ariana, el amor de mi vida me veía con dolor, con un dolor tan inmenso que no me alcanzaba el alma para resistirlo.

- ¿Porque?- musitó con voz baja,  -¡¿Porque?!- grito la segunda vez mientras su puño se estampaba en mi cara, lo peor es que golpeaba demasiado fuerte, de sus ojos salían lágrimas mientras lanzaba golpes a mi rostro y pecho, y yo no podía defenderme.

- ¿Porque no pudiste amarme, porque te empeñas en destruirme, porque tenías que aparecer en mi vida?. ¿Acaso no soy suficiente?- callo de rodillas al suelo, yo me quedé estático  mientras la veía en el suelo, con las manos en su rostro  tratando de controlar sus  sollozos.

-¡¿ Acaso no fui suficiente para ti?!- pregunto esta vez, de repente levanto la vista y yo también, toda la escuela nos estaba viendo, a mí como el canalla más grande del mundo, y a ella, como una mujer derrotada, ella dirigió la mirada hacia Alex que tenía sujetada a Isabella, me veían con odio y a ella con dolor, Alex le dio una mirada dura a Ariana y como una autómata después de eso se levantó, limpio sus rodillas y me dirigió la mirada, lo había conseguido, me odiaba, ella me odiaba, se volteo, alzó el rostro y se fue con Alex e Isabella siguiéndola, se subió a su auto junto con Isabella, y Alex se subió en su moto, salieron a toda prisa del estacionamiento, y yo me quedé allí, viendo como la chica más hermosa de todo el universo se iba, y esta vez estaba convencido que para siempre.

Hola mis queridos y amados lectores, nuevo capítulo, espero les guste, voten y comenten, los amo.