Veía mi reflejo en el espejo de mi cuarto, me gusta, me veo linda para variar, y es que después de que levanté mi trasero de la cama, Isa no me dio descanso, que el baño, que el maquillaje, que el peinado, que los zapatos, que el vestido, que la cartera, ya me tenía cansada pero vaya que su insistencia valió la pena, y es que no he podido dormir bien estos días, hay noches en que sencillamente el sueño no llega y al día siguiente parece que llevará un mercado de cantidad estratosférica en mis ojos.
- Si ves que linda estás, ningún hombre podrá despegar la vista de ti hoy- Isa se poza detrás de mí poniendo sus manos en mis hombros tratando de animarme- pero sonríe niña, parece que cargas con un muerto- me da una sonrisa a través del espejo y se la devuelvo, sin mucho entusiasmo.
- Gracias enserio, odio que me hagas madrugar, pero enserio gracias, no lo podría haber hecho sola- volteo y la abrazo muy fuerte, que bueno que la tengo a ella, sino sería un desastre andante- pero bueno, hoy es un día para solamente divertirnos, así que vamos, que Alex debe estar que se arranca el cabello- tomamos nuestros bolsos y salimos de mi habitación, al bajar las escaleras, Isa de lanza hacia Alex quién la recibe con un beso y un abrazo, me alegro por ellos, son tal para cual, pero cuando los veo así, cuando se ven a los ojos, mi corazón duele, porque sé que no tendré eso jamás, termino de bajar y me dirijo a la cocina- vaya, que huele tan bien- me encuentro con la madre de Isa, Katherine Williams, una mujer alta de cabello rubio ondulado y ojos verdes, ella e Isabella eran exactamente iguales- Hola Kate- me da una sonrisa y me da un abrazo.
- Hola Ana, cómo estás, hace mucho no pasas a mi casa- le doy una sonrisa de disculpas y me dirijo hacia mi padre y mi tía que se encuentran en la isla de la cocina- estoy haciendo pasta alemana, la que tanto te gusta, pues queríamos cenar con ustedes antes de que se fueran.
- Me parece bien, igual, tengo mucha hambre- y lo peor de todo es que era cierto, pues desde hace días no podía comer bien, pero esa pasta no la rechazaría por nada del mundo.
-Excelente, entonces llama a Romeo y Julieta, y diles que vengan a cenar- me da una sonrisa mientras con ayuda de mi tía Lía, empiezan a emplatar.
...
Al bajar del auto, junto con Alex e Isa, un escalofrío recorrió mi espalda, sentía mucho frío, debí traerme algún abrigo, caminamos hasta entrar en el gimnasio del instituto con temática invernal, era realmente hermoso, del techo colgaban, pequeños cristales brillantes, junto con copos de nieve, todo el gimnasio estaba decorado en colores azul, dorado, blanco, sobre todo el blanco, y era mágico, al llegar había un puesto para tomar las fotos que irían directamente al anuario, camine detrás de Isa, posaron los dos para la cámara, y el flash me dejó ciega unos minutos, la siguiente era yo, completamente sola, decidí evadir el puesto y llegar directamente al lugar donde las bebidas eran servidas.
- Vaya que tienes agallas, sola yo no habría venido, ni loca- a mi lado Lindsay tomaba una pequeña copa de quién sabe que- pero mejor, con eso ves como somos de felices Nicholas y yo, porque tú siempre has sobrado- su cara reflejaba la victoria, el haber ganado, el haberme ganado a mí.
- No habrías venido sola porque tú no lo soportas, no soportas la soledad, el que nadie te ame, el no tener a nadie a tu lado, pero tranquila, no todos nacen fuertes- su cara, antes con una sonrisa victoriosa, se mostraba furibunda- y respecto a Nicholas, te lo puedes quedar, ya no me interesa, sin basura como esa se puede vivir- tome mi copa con una especie de champán raro y di la vuelta para marcharme.
Me adentre a la pista de baile, y al llegar a la mesa que coronaria al rey y la reina, solté mi voto, después de todo, no necesitaba de un hombre para ser feliz, y si ella lo necesitaba, pues se lo regalaba.
...
Las votaciones eran hasta las 12 de la noche, y era momento de que anunciarán al rey y la reina del último baile del año.
- Damas y caballeros, con gran placer y orgullo, tengo aquí los resultados de la votación- saco una pequeña tarjeta de color azul del sobre- con gran placer, el rey del baile de invierno es- sonó un redoble de tambores y al parar, se anunció al ganador- Nicholas Black.
Un gran reflector, enfoco a Nicholas junto a Lindsay, sonriendo subió a la tarima para recibir la corona, que lo acreditaba como el rey.
- Muy bien, ahora vamos a ver, cuál es la hermosa señorita que acompañará al señor Black en el baile real- esta vez saco una tarjeta de color rosa pastel del sobre- y la reina del baile de invierno es- otra vez resonaron los tambores dándole suspenso a la situación, lo que yo no esperaba fue el maldito nombre que pronunciaron- Ariana White- el reflector me enfoco y sonreí, todo el mundo aplaudía, subí al escenario, y una chica de primer año, poso una linda corona en mi cabeza.
- Muy bien, aquí tienen a sus reyes, un fuerte aplauso- todos los asistentes al gimnasio aplaudían, yo sonreía y Nicholas a mi lado, tenía una expresión muy seria- ahora llego el momento, lo que todos esperaban, el baile del rey y la reina, por favor chicos, vayan al centro de la pista- como autómata Nicholas bajo y se poso en la mitad de la pista, yo también camine hacia ya- un gran aplauso, para el vals real- y empezó a sonar una canción que amaba con toda mi alma, y ahora ya no. A thousand years de Christina Perri inundó la sala, puse mis brazos en los hombros de Nicholas, y el los puso en mis caderas.
Nos movimos por la pista con elegancia, él, tratando de evitar que nuestros ojos se encontraran, y yo, sonriendo, pues cuando me tocó, no sentí nada, cuando me miró tampoco, y eso solo significaba algo muy importante, ya no lo amaba, o al menos, no como antes.
- ¿Podrás perdonarme algún día?- pregunto en voz baja, y yo, no podía ser más feliz.
- Ya lo hice- pronuncié, su cuerpo se tensó, y de inmediato giro sus ojos hacia los míos- ya lo hice- repetí.
- Ya no me amas- no era una pregunta, era una afirmación.
- No Nicholas, ya no te amo- sus ojos se cerraron, respiró hondo y no pozo su vista en mí hasta que terminó de sonar la canción.
- ¿ Y ya no sientes nada por mi?- pregunto esperanzado.
- Siento dolor hacia lo que me hiciste, hacia la manera en que jugaste conmigo, pero no es nada que no pueda curar- sus manos se soltaron, como si hubiera sido derrotado- amo mucho los momentos lindos, me duelen los momentos tristes y malos, pero más allá de eso, no siento nada por ti, solo lástima- me gire, y salí del gimnasio, quien dijo que era imposible mentir, lo amaba pero no como amtes, simplemente no le daría otra oportunidad, no la merecía.
Mire al cielo despejado y me sorprendí al ver las estrellas, y vaya que me sentí libre, libre de cualquier odio, y es que, cómo podría odiarlo, si era tan tonto, si se dejaba llevar por lo que fuera, y lo supe, él no era para mi, aunque yo quisiera eso y anhelara su cuerpo junto al mío, sabía que no podía ser y yo no era para él, es así de fácil, porque complicarme más de lo debido, si ya lo sabía, no era para mi, y jamás lo sería, y lo entendí, entendí mi esencia, entendí que no soy igual a todo el mundo que se aferra a un amor tóxico, había olvidado mi ser, y me aferre a la estupidez, y es que yo soy diferente, soy una chica rebelde, que aunque con mucho o poco, había dado hasta lo imposible por él, quién cometió los errores fue él, no yo, y eso me hacía ser libre, ser simplemente yo.
Prontito llegará el final, solo tres capítulos más y el epílogo, gracias por leer, un beso.
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Chica Rebelde (Editando)
Teen FictionAriana, una chica inocente,común, recatada, sufre algo que la hará cambiar de por vida. Con tan solo 15 años decide cambiar su vida y volverse una chica atrevida y sin un poco de inocencia, pues ella cree que se la quitaron hace mucho. Nicholas, un...