ϟ Final Alternativo

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"Dime con tu cuerpo y espíritu, puedo hacer que tus lágrimas caigan como lluvias británicas. Ya sea que estemos juntos o separados, ambos podemos quitarnos las máscaras y admitir que nos arrepentimos desde el principio. Si estás fingiendo desde el principio, así, con un apretón y luego mi beso puede reparar tu corazón roto, yo podría olvidar todo lo que me dijiste y te puedo prestar piezas rotas que puedan encajar así y te daré todo mi corazón, así que podemos empezar todo otra vez."





A casi una semana de la partida de Ashley de vuelta a Sidney y tras recibir un último mensaje de texto, informándome que había llegado bien a casa y que esperaba que todo me vaya de maravilla, me siento vacío.

Sí, después de todos estos meses viéndonos a destiempo, por casualidad y por gusto, me siento completamente vacío ahora que ella se ha ido, se ha marchado a su vida, a una normal, a una donde tiene a alguien que la espera y la quiere. Alguien que no soy yo. Y eso me enferma por completo.

Tengo frente a mí, una de las copias de mi álbum, una de las que pedí especialmente para ella, solo porque me lo había pedido.

—¿Qué estoy haciendo? —Me pregunto, mientras observo mi propio cuerpo frente a la caratula del disco.

¿Por qué siquiera estoy sintiéndome así? ¿Por qué la amo? Oh, por supuesto que sí. La amo, muchísimo y creo firmemente que no dejé de amarla en ningún momento, ni siquiera cuando estuvimos separados, ni cuando no tenía idea de donde estaba ella.

Muerdo mi labio, sintiéndome de repente nervioso... ¿Debería...?

No lo pienso, simplemente tomo mi móvil y abro nuestra conversación. Su último mensaje resaltando entre todos los demás.


"Entonces, sé que no debería escribirte pero... ¿Te ha llegado lo que envié?" Harry


Espero paciente a que conteste, pero pasan cinco, diez, quince, veinte minutos y ella no ha contestado. Totalmente desilusionado, decido ir hacia el gimnasio que tengo en casa y despejar mi cabeza sudando como un puerco.

Al llegar ahí enciendo la música y subo muchísimo el volumen, tanto, que no soy capaz de escuchar mis propios pensamientos.

Una hora después, estoy completamente sudado y cansado, ha sido un buen entrenamiento y me siento más ligero, mi cabeza menos atestada de pensamientos. Tomo una de las toallas que manejo en el sitio y seco mi rostro y torso, abro una botella de agua y bebo tres grandes tragos antes de ir hacia el estéreo y apagar la música. Mi móvil descansando ahí, ninguna notificación de un mensaje nuevo en la pantalla.

I Almost Do《 Libro 02 》H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora