BÉSAME © 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗩 ✔️

👄SIETE

Si el destino fuese escrito,
tú nombre estaría en todas las páginas.
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Llovía a cántaros y el cielo estaba completamente oscuro. Sin embargo, eso no impidió que JungKook apareciera en la casa de TaeHyung tras una larga conversación por mensajes y que el rubio accediera a darle su dirección.

La señora Kim trabajaba durante el día y Yoongi había decidido irse a lo de su mejor amigo, que casualmente era su vecino, para no tener que soportar sus gritos o lo que sea que fuesen a hacer ahí durante el tiempo que estuviesen.

Resumiendo: estaban solos y con la casa totalmente para ellos.

—¿Y bien... qué quieres que hagamos? —preguntó el rubio tras sentarse en el sofá y encender el televisor buscando alguna película. JungKook se sonrojó. Si tan solo TaeHyung supiera lo que quería que hagan.

El pelinegro carraspeó su garganta incómodo y se sentó en el sofá encogiéndose de hombros.

—¿Qué tipo de películas te gustan? —preguntó nuevamente sin mirarlo.

—De acción. Algo como Ironman... —recargó su espalda en el sofá y observó a Tae— pero podemos ver una romántica si es lo que quieres —la sonrisa en el rostro del rubio apareció como por arte de magia y también se recargó en el respaldar del sofá.

JungKook debía admitir que solo eso le aceleraba su estúpido corazón. La sonrisa de TaeHyung era eso que el quería ver siempre. Podían quitarle todo, pero no la sonrisa de TaeHyung. No lo permitiría, mucho menos cuando estuvo tanto tiempo esperando por verla.

Cuando la película empezó, TaeHyung reía y lloraba como si lo viviese en carne propia, lo que hacía que JungKook se burlara de vez en cuando y TaeHyung dijera cosas como: "¡Pero es que son tan lindos, yo también quiero algo así!" "¡¿Por qué le hizo eso?! No tenía que romperle el corazón, hay otras formas".

No supo en que momento pasó pero el pelinegro dejó caer su cabeza sobre el hombro de TaeHyung, mismo que quedó estático en su sitio y cualquier cosa que hubiese querido decir, de la película, se esfumó.

—Tae... —murmuró el menor, subiendo sus labios a dejar un casto beso en el oído del mayor. TaeHyung sintió su corazón latir con fuerza.

JungKook no supo que fue lo que lo impulsó a hacerlo de nuevo: si las mejillas de su mayor sonrojadas o el tierno lunar en la mejilla del mismo, que besó suavemente la mejilla del rubio.

—¿Q-Qué haces? —susurró el rubio, con nervios, al atreverse a ver a JungKook.

El pelinegro no respondió, en cambio se enderezó un poco en su sitio y pasó suavemente la yema de sus dedos por lo labios de TaeHyung sonriendo ante el sonrojo de su mayor.

—Esto —respondió al fin.

Y sin saber por qué, lo besó.

TaeHyung quiso, realmente quiso apartarlo, pero no pudo. Fue más fuerte el sentirse bien ante las caricias que el menor daba en su mejilla y la calidez de sus labios sobre los suyos junto a la pequeña corriente eléctrica que lo recorrería, que eso. Por eso se dejó llevar y, con movimientos torpes, correspondió al beso. Sin importarle la tonta película o la lluvia.

JungKook se separó unos centímetros de él y ambos sintieron su aire irse de los pulmones cuando abrieron sus ojos y se vieron reflejados en el otro: sonrojados, agitados y nerviosos.

Estaban malditamente nerviosos.

—Yo... Uhm... —Jungkook quiso disculparse pero TaeHyung fue más rápido al levantarse del sofá tapando su boca y aún con el sonrojo en sus mejillas, para correr a su habitación.

Dejando a JungKook en la sala y con una estúpida sonrisa en el rostro.

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