Capítulo 0. El pasado.
Una tarde de verano, un rubio se encontraba sentado en un columpio, colgado fuera de la academia. A los alrededores no había nadie, lo que le permitía pensar claramente en lo sucedido hace apenas unos días. Él había besado al chico más popular de la academia. Había besado a Sasuke Uchiha y, a pesar de la paliza que sus compañeras pudiesen haberle proporcionado, su corazón había latido como loco durante unos instantes. Sin embargo, Naruto Uzumaki no era conocido por su gran inteligencia y esa reacción podría significar miles de cosas, por lo que el hecho de que el azabache pudiera gustarle estaba completamente descartado. Además, el amaba a Sakura Haruno, cómo podría comparar a ambos.
Tal vez, sólo tal vez, el haber considerado esa simple opción en ese momento podría haber cambiado su actual situación. Ahora, convertido en hokage, casado con Hinata Hyuga y con dos hermosos hijos, era imposible para él pensar en un amor pasajero.
Una sonrisa nostálgica apareció en los labios del rubio. Pensar en ello le causaba un gran malestar, aún más que la pila de papeles en su escritorio esperando a ser autorizados. Se levantó de la silla y se posó frente al ventanal de su oficina. Su reflejo mostraba unas ojeras enormes, un cabello y uniforme desaliñado, un par de ojos sin vida y una sonrisa forzada. Un completo desastre, resultado de varias noches sin sueño.
El silencio que reinaba la oficina fue interrumpido por un llamado a la puerta, siendo este mismo contestado afirmativamente por el rubio. En el marco, la otra parte responsable de su estado se hacía presente.
-Te ves terrible- Sasuke se adentró en la oficina, sentándose en el escritorio del rubio- es que acaso no haz dormido.
-Sabes bien la respuesta a eso- a comparación del contrario, Naruto no tenía ese tono sarcástico- ¿a qué vienes?
El rostro del azabache mostró un poco de tristeza. Esto lo estaba matando por dentro.
-Venía a verte. Sólo eso.
-Bueno, pues ya lo haz hecho. A menos que se te ofrezca algo más, te pediré que te retires.
Sasuke se levantó, acercándose por la espalda al otro, que no le había dirigido mirada alguna. Lo abrazó por la cintura, escondiendo su rostro en el cuello del rubio. La cercanía le permitió sentir el temblor que cruzó el cuerpo de Naruto y escuchar los sollozos que salían de este.
-¿Por qué?- esta vez, el rubio había sido quien rompió el silencio en medio de hipidos- ¿por qué ahora? ¿por qué a mí, Sasuke?
El azabache no dio respuesta, sólo podía brindarle apoyo mediante el abrazo en el que lo tenía aprisionado. Se sentía impotente, sin poder dar solución al problema del que él mismo se sentía responsable.
-No puedo… Yo… aún te… y Hinata… mis hijos...mi familia- el llanto del rubio se hizo más fuerte y los balbuceos que salían de su boca no tenían coherencia alguna.
Fueron necesarios veinte minutos para que Naruto dejara el llanto. Aunque fue más por el cansancio que por el haberse desahogado. Sasuke había masajeado su espalda todo ese tiempo, y se había sentado en la silla del hokage para hacer menos incómodo el momento.
Ahora Naruto se encontraba dormido, descansando del sobre esfuerzo al que su cuerpo había sido expuesto. Mientras, el azabache cuidaba su sueño.Sasuke sabía que estaba mal. Sabía que ambos tenían una familia y que su relación como amantes había acabado el día en que el rubio había confesado sus sentimientos a la Hyuga. Pero eso no destruía los sentimientos que el Uchiha le profesaba al rubio. No destruía las ansias de poder poseer ese cuerpo tantas veces le fuese posible. No destruía su anhelo de corregir su error.
Aún con Naruto dormido entre sus brazos, cargó con él hasta el hogar del oji-cielo, saltando entre los tejados para no llamar mucho la atención. Tocó el timbre y esperó hasta que una pequeña peliazul salió a recibirlos.
-¿Tío Sasuke? ¿papá?
La expresión de Sasuke le transmitió tranquilidad, por lo que les cedió espacio a los adultos.
-Hima, ¿quién es?- la madre salía a recibir a sus invitados. Al ver a su esposo inconsciente y siendo cargado por el azabache, sus nervios se alteraron, corriendo hasta el par para verificar su estado.
-Tranquila Hinata. Sólo está dormido.
Sasuke logró tranquilizar a la oji-perla para después ser guiado por la misma hasta la habitación que compartía con su esposo. Ingresó para acostarlo en la cama y que Hinata lo arropara. Una vez acomodado, ambos salieron para dejarlo descansar.
-Gracias, Sasuke-kun. Últimamente no ha llegado a dormir y su rostro cada vez se ve más pálido. Me alegra que lo hayas traído a casa.
La sonrisa de Hinata hacía sentir mal a Sasuke. ¿Cómo decirle a una madre de familia tan dulce que quieres separarla de su esposo? ¿Cómo decirle que quieres quitarle el padre a sus hijos? ¿Cómo decirle que hiciste que su esposo la engañaba?
No había forma. Simplemente no la había. Jamás se vio capaz de tener semejantes deseos por alguien, menos por un hombre; que no podía darle la familia que quería. Pero ese hombre era Naruto y eso era suficiente para él para intentarlo.
La pequeña Himawari interrumpió en la escena, buscando respuestas de el estado de su padre. Hinata la calmó diciéndole que este sólo estaba cansado. La parálisis de Sasuke terminó cuando la mujer le ofreció cenar. Para desgracia de este, esto le hacía recordar la otra parte de lo que se entrometía en su relación con el rubio: su propia familia. Negó la invitación, alegando tener que llegar a casa para cenar con los suyos, para después retirarse de la acogedora vivienda.
Caminó por las oscuras noches, pensando en lo que debía hacer. ¿Cómo tener a Naruto entre sus brazos sin lastimar a su familia? ¿Cómo hacer entender a sus hijos la situación? ¿Qué debía hacer?
Sus pasos se detuvieron cuando este estuvo fuera de su casa. Aún con la cabeza en las nubes ingresó, siendo recibido por una efusiva pelirrosa. Sin emoción alguna la separó de su cuerpo.
-Bu~ Sasuke-kun- esa voz chillona, no había nada que lo desesperara más- Creí que no llegarías. Sarada se ha ido ya a dormir y me dejó sola esperandote.
-Lo lamento, pero yo tampoco tengo mucha hambre- pasó de largo a su esposa y se dirigió al estudio que tenían en casa- Hoy me quedaré analizando unos pergaminos. Ve a dormir sin mí.
Y sin hacer caso a los reclamos de su mujer, Sasuke entró en la habitación. Se recargó en la puerta y soltando un suspiro, no evitó que un pensamiento cruzó por su mente:
“Te recuperaré. Aún si eso es imposible”

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Para recuperar un imposible (Sasunaru)
FanfictionArrepentido, ese era el sentimiento de Sasuke Uchiha. Había cometido muchos errores, pero el dejar ir al rubio fue el peor de ellos. Ahora, teniendo una vida hecha y una familia propia, ambos protagonistas luchan en favor y en contra de sus sentimie...