IV

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Dedicado también a  Jesi173lopez.

Capítulo IV. Alerta.

Tres días. Tres días habían pasado desde la última vez que Shikamaru había visto al rubio. No era normal que el Hokage se ausentara, y si fuera el caso lo pasaría en casa, pero Hinata no sabía nada de su esposo.

La noche del día en que desapareció, la peli-azul había llegado a la Torre Hokage preguntando por Naruto. Nadie le daba una respuesta clara. Nadie le había visto desde que había salido a investigar personalmente un avistamiento inusual en un bosque cerca de los límites de la aldea. Incluso su subordinado más cercano, Shikamaru Nara, no tenía ninguna idea de su paradero. Si bien era cierto que horas antes los anbus que lo acompañaban habían regresado con el reporte de que el avistamiento era falso, no se tenía más noticia del Hokage.

Hinata había entrado en un estado de pánico al escuchar la noticia salir de los labios de Shikamaru y, aunque estaba en el mismo estado, el Nara no pudo hacer más que tratar calmarla. Tenía que mantenerse racional, y por lo mismo sabía que hacer público el hecho de que su kage no se encontraba era una muy mala idea. Necesitaban evitar una crisis, decidiendo así quedarse callados por los siguientes tres días. Acuerdo que se mantenía hasta la fecha.

Pero el plazo había vencido y los anbus enviados en su búsqueda no traían noticias. Hinata ya estaba en un estado deplorable: su esposo se encontraba desaparecido. A veces agradecía el que Boruto no se pasara por casa muy seguido. A Himawari bien podía decirle que su padre se encontraba en la oficina, pero el rubio era un caso un poco más delicado.

Ese día La oji perla volvió a la oficina. Tan solo entrar enfrentó, en un estado alterado, al castaño frente al escritorio.

-Shikamaru...- su voz intentaba parecer firme, pero el llanto empezaba a hacerse presente.

-Lo sé -se levantó del escritorio, alzando su mano como señal para que dos anbus se aparecieran en una nube de humo a un costado de ambos - es momento, necesitaremos ayuda externa y también…

La mirada de ambos amigos se cruzó por un instante. Ambos habían llegado a ese acuerdo. Inhaló profundo y continuo.

-Daremos el anuncio a todo ninja que esté sobre el grado chunin.

Tras el asentimiento de los dos anbus, ambos desaparecieron tal como llegaron.

La noticia corrió como pólvora. De a poco, los jonin y anbu empezaban a reunirse en la Torre Hokage, dispersos en varias salas separadas, todas con un monitor apagado. Konohamaru buscaba a algún conocida en aquella sala llena de ninjas. Entre todo el ruido logró escuchar la voz de Udon llamándome. El castaño se movió entre el mar de gente que lo separaba de sus amigos, logrando llegar hasta ellos.

-Udon, Moegi.

-Konohamaru, ¿sabes algo de la reunión?- la voz aguda de Moegi apenas era audible entre tanto jaleo.

-No ¿y ustedes?

-Lo único que mencionaron es que era un asunto clasificación S.

-¡¿S?! ¡Pero han llamado a todos los jonin!

La charla fue cortada al prenderse la pantalla de la sala.  En ella se proyectaba la oficina del Hokage en la que el Nara y la Hyuga se encontraban parados frente a la cámara. En la misma habitación, fuera de la vista del artefacto, toda la generación del Uzumaki se encontraba presente, confundidos por la situación. Después de unos segundos de completo silencio de parte de todos los ahí presentes el camarógrafo alzó el pulgar, en forma de aprobación, siendo esta la señal para que el castaño empezase a hablar.

Para recuperar un imposible (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora