IX

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Capítulo IX. Reencuentro.

El azabache no sabía como reaccionar. Jamás había pensado en la posibilidad de que hubiese civiles en aquel refugio, mucho menos que la pelirroja se encontrase allí. Esto estaba fuera del plan, podría arruinarlo en cualquier momento. Pero entonces una idea cruzó su cabeza.

-Sasuke...

La Uzumaki no logró terminar antes de que se viera zarandeada por el Uchiha.

-¡¿En dónde está?! ¡¿En dónde lo tienen Karin?!

La desesperación nada común con la que el azabache había actuado había asustado a la pelirroja, pero entendió el porqué de su actuar. Desde que lo conocía él se había cerrado a todos, pero el rubio siempre bajaba sus defensas. Fue cuestión de tiempo el entender qué tipo de relación llevaban ambos.

Karin logró golpear las mejillas del azabache en pleno ajetreo. Sasuke se detuvo enseguida, quedando en shock.

-¡Cálmate de una vez!- los ojos negros se fijaron en la mujer aún sin creerse lo que había pasado- Has venido por Naruto, ¿no? ¡Entonces entra en razón de una buena vez! No tenemos mucho tiempo antes de que ese loco se entere de que estás dentro. ¡No puedes perder la cabeza ahora!

Sasuke tardó algunos segundos, pero recuperó la compostura que lo caracterizaba. Ya recuperado el control, Karin se digno a seguir.

-Sé en dónde pueden tenerlo y será mejor que nos apresuremos, pero...- giro su cara hasta dar con sus acompañantes y él imitó la acción. El mensaje era obvio, no necesitaba que lo mencionaran.

La solución más viable era crear un clon de sombras para llevar al grupo afuera, pero sinceramente no le gustaba la idea. No es que no supiese manejarlos, era inferior a Naruto en su control sólo por la bestial cantidad de chakra que poseía el rubio, pero no se sentía cómodo haciendo uso de ellos. Sin embargo...

Unas rápidas posiciones de manos y una nube de humo. Al dispersarse un segundo azabache se hizo visible ante todos, esperando a la orden del original.

-Él los llevará a la salida. Sakura e Ino están esperando afuera, por lo que podrán recibir asistencia una vez salgan a la superficie- la pelirroja, el clon e incluso algunos de los civiles asintieron ante la orden implícita. Sus ojos se centraron en la Uzumaki- Tú me guiarás a dónde está Naruto.

No hizo falta una señal. Los dos shinobis salieron corriendo en la dirección que indicaba la mujer a la vez que el resto iba a paso veloz por donde el azabache había llegado momentos antes. Karin no estaba del todo segura, pero apostaría a que aquel viejo loco aún tenía aprisionado al rubio en los laboratorios.

Algunos pasillos y unas cuantas habitaciones más y la apariencia del lugar había cambiado completamente. Las paredes cubiertas por un azulejo que seguramente alguna vez fue blanco, los faroles se encontraban, en su mayoría, encendidos; ya no parecía tan tenebroso como los primeros pasillos. El olor a desinfectante y fármacos le daba un toque nauseabundo. Pero entre todo lo que más destacaba eran las luces rojas sobre una puerta de metal el doble de ancho que las demás. La Uzumaki paró frente a ella.

-Sólo hay dos lugares en los que él tiene a Naruto: la celda y...

La mirada del Uchiha se centró en la puerta frente a ellos, concentrándose para poder sentir el chakra de quienes estaban del otro lado. Sin embargo, al igual que en la entrada, era imposible detectar algo: ni detrás de las puertas ni de la dirección en la que había venido. Al final, si quería saber si su rubio estaba detrás de la puerta, sólo podía abrirla.

Con una mirada hizo saber a Karin de sus intenciones y esta no tardó en ponerse en guardia. Una patada en la puerta y esta salió volando. Dentro reinaba una densa oscuridad, contraria a los pasillos luminosos que habían transcurrido. En medio de estantes repletos de químicos, máquinas completamente desconocidas y monitores; siendo iluminado por las únicas farolas, el cuerpo bronceado del rubio se encontraba reposando sobre una camilla metálica, siendo cubierto sólo por unas sábanas blancas.

Para recuperar un imposible (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora