capítulo cuatro.

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El camino a la casa de Calum fue incómodo en cualquier sentido.

Creo que todos nos sentíamos raros en parte, la música de Ariana Grande no ayudaba demasiado y el ruido de los dedos de Luke contra la guantera del auto me molestaba. Mi hermana me había rogado por venir y me mantuve firme en mi decisión, no sabía que iba a encontrar aquí y la verdad era que podía ser cualquier cosa; no pensaba exponer a mi hermana a algo que probablemente la dañase, o la corrompiese mejor dicho. Además, anteriormente Michael se la había pasado parloteando sobre su color rojo en el cabello y cómo deseaba que fuese celeste, y Luke sólo le había chillado que se callase de una vez.

De mis compañeros de soccer sólo recordaba algunos nombres y no a todos los asociaba con su rostro. Algunos de ellos, cuando me los cruzaba, solían saludarme y yo sólo les sonreía sin saber qué decir. De todos ellos, con sólo dos pude formar una amistad: Calum y un chico llamado Brandon Thomas que dejó de ir a las clases, como yo.

— ¿Estás seguro que es la dirección? —Michael preguntó mirando por la ventanilla del asiento trasero. Estaba mandando mensajes de texto, no sabría decir con quien.

— Sí. —le contesté casi automáticamente. —Es aquí.

No era difícil adivinar porque había muchos autos afuera. Estacioné el mío en frente del edificio dónde vivía Calum. Los tres bajamos y caminamos hacia allí, toqué el timbre, en 4D y Calum respondió al instante. Se podía escuchar la melodía de Uprising de Muse de fondo.

they will not control us, we will be victorious.

— ¿Quién es? —la voz de Calum sonaba ahogada.

— Ashton... Irwin. —respondí y dos segundos después la puerta se abrió.

Mis amigos y yo subimos por unas largas y oscuras escaleras hasta el piso 4, luego nos fijamos en los apartamentos y había uno con la letra D, ese era el de Calum; que me abrió la puerta con una sonrisa y los ojos algo rojos.

Nos saludamos con un abrazo y un apretón de manos, él hizo lo mismo con Michael y Calum. Pude notar que había como unos quince chicos ahí adentro y mucho humo. No tardé mucho en reconocer que era marihuana. El olor era fuerte y quería salir ya e inhalar aire puro.

— ¡Chicos, Ashton llegó! —Calum me introdujo entre el gentío.

— ¡Hermano! —oí a Alex Lahm saludarme. Él era de los pocos compañeros de los que me acordaba. Tenía un porro en la mano con un encendedor en la otra. — ¿Quieres? —ofreció.

— No gracias, Alex. Yo paso. —le dediqué una sonrisa y él se encogió de hombros. Estaba ido.

Calum volvió a llamar la atención.

— Ellos son Michael y Luke —señaló a cada uno. —Son amigos de Ashton, háganlos sentir como en casa.

Hablando de casa... el departamento de Calum era acogedor —excepto por el olor a hierba—. Tenía las paredes color manteca y los muebles blancos; su sillón era marrón oscuro y los cojines de éste eran en tonalidades amarillentas. Me gustaba porque no tenía mucha decoración salvo tres cuadros: una de él y su hermana, otra de él y su perro y la última con el equipo de fútbol, era una foto del año pasado que realmente no mostraba mi mejor perfil: tenía el cabello más largo y desordenado, parecía un vagabundo.

Suspiré con pesadez luego que mis ojos terminaron de recorrer el lugar y miré a Luke, se veía descolocado.

— ¿Estás bien? —le llamé la atención para que me respondiese.

— ¿Quieres honestidad? No. Aún no soy legal y me traes a estas cosas.

— Tú fuiste quien decidió venir.

brokenhearted; lashton.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora