CAPÍTULO 3

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No soy gay.

HoSeok seguía a YoonGi desde el otro extremo de las escaleras, éste par de hombres subían los escalones de las escaleras para llegar hasta el despacho del nuevo señor de la casa.

La mansión tenía dos escaleras en forma de arco [multimedia] que llegaban a un mismo lugar y claro, con diferentes pasillos hacia la derecha o izquierda, depende de donde caminases que hasta podrías perderte en la misma mansión. Lo único en que coincidían ambas escaleras que se unían en un arco era que justo al frente, en medio llegaban a un sólo lugar; el despacho.

Había una gran y larga pared con una puerta en el intermedio, ése lugar solía ser igual el despacho del difunto abuelo de JungKook.

YoonGi miró aquella puerta en un suspiro recordando cuando él llegaba a ése despacho a pedir consejos provenientes del señor Shin, o cuando le pedía dinero cuando estaba en problemas, peor aún, cuando YoonGi le quería devolver el dinero y el señor Shin no se lo aceptaba y éste amablemente sólo le decía.

— Solo agradécemelo, YoonGi. —ésa sonrisa tierna en aquel anciano, ugh, ya lo extrañaba. YoonGi sólo limitaba a agradecérselo mentalmente, YoonGi nunca fué de expresarse con palabras.

YoonGi miró hacia HoSeok quien a penas estaba llegando de subir lo escalones; cansado y agitado. HoSeok medio inclinado, tomándose de los rodillas para evitar no caer por el cansancio de haber subido todas la escaleras. HoSeok jamás había subido tantas escaleras en su vida, menos las de una mansión pues él se mantenía mayormente en departamentos que en mansiones. YoonGi sólo se limitó a mirarle raro.

¿Y a éste qué le sucedía?

Le miró confundido.

HoSeok compuso su postura a una con porte recto, se acercó a la puerta para poder tocarla con permiso y así poder pasar, más YoonGi le interrumpió tomando la manija de la puerta abriéndole y sin permiso alguno o respeto a aquél que estuviése dentro.

Empujó la puerta, YoonGi entró primero y de ahí HoSeok detrás de él algo sorprendido hacia lo que YoonGi había acabado de hacer.

Abrir la puerta sin permiso.

HoSeok sabía que a su hermano le molestaba que hagan eso en momentos de trabajo y concentración, mientras tanto el pelinegro venía con un semblante serio sin importarle lo que alguien pensara de su irrespeto, YoonGi logró visualizar a Jin y a Tae en el camino mientras esquivaba a la mayoría de los empleados que estaban a su alrededor y entonces, ahí fue cuando se encendió. Se encendió amigos. SE ENCENDIÓ LPM.

Su radar gay se encendió.

Mientras atravesaba a esos empleaduchos de la mansión, lo único que pudo hacer fue detenerse de golpe en seco, haciendo que el que caminaba tras él, –obviamente HoSeok– chocase con su espalda firme y rígida.

— Ouch... —se detuvo por el golpe y porque YoonGi era un obstáculo en el camino, talló su nariz en un gesto de dolor diminuto. ¿Por qué YoonGi se había detenido así de la nada?

HoSeok no le hizo caso a su acto y se las ingenió para poder salir de esa bola de empleados y situarse a lado de su hermano, a lado de él, mientras YoonGi seguía ahí, estático.

¿Y a ése qué?

Aquí hay otro gay.

Soltó YoonGi desde su mente. Entonces siguió su camino en un gesto distraído y confundido hasta que por fin salió de ésa gentuza de empleados.

Oh. Y ahí estaba su nuevo jefe, revisando unos papeles en mano, usando lentes, sentado en el escritorio con el entrecejo algo fruncido tratando de pensar -según lo que YoonGi veía en su jefe-, con el cabello algo alborotado –y que por cierto le quedaba a la perfección–.

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