El séptimo circulo del infierno se divide en cuatro anillos, uno mas grande de el otro, en forma de cono invertido y separados por bordes de lava. El el fondo, el primer y más pequeño de los anillos consta de un camino de tierra circular, cubierto de raíces con espinas gigantes y en ellas los cuerpos de personas clavadas se retuercen por el dolor, no habiendo nada que puedan hacer para salir.
El segundo circulo tiene un camino de lo que parece ser petroleo caliente y los cuerpos de personas están enterrados en él, sufriendo, mientras son quemados desde dentro. Y demonios voladores azotan contra sus cuerpos, masticando partes, arrancando ojos. Haciendo su castigo aún más doloroso e insoportable.
El tercer anillo, más grande que los anteriores, se encuentran cuerpos mutilados, pedazos de personas que aún están vivas y arrastrándose entre la sangre y tripas, viviendo entre dolor y el tormento de jamás morir.
Nosotros nos encontramos es un camino solamente, en el último anillo y el más inmenso, con infinidad de túneles que lo bordean, oscuros y silenciosos.
El infierno es un coro de gritos. Generador de melodías de muerte y dolor. Gritos desgarradores y desesperanzados. Almas que saben que jamas saldrán de allí. Almas que están condenadas a vivir por toda la eternidad sufriendo.
Sé de lo que son capaces las personas, de lo horribles que pueden llegar a ser. Pero esto...esto parece demasiado. Algo que no se lo desearía ni a mi peor enemigo.
Pero...¿Quién soy yo para juzgar quien entra o no en el infierno?
Aquí se respira muerte y los sentimientos de pesar y sufrimiento, acompañados con el insoportable olor a putrefacción, sangre y azufre, impregnan el ambiente.
Siento arcadas y mis ojos arden por el fuerte hedor. A mi lado Violet vomita, quedando aún más pálida de lo que estaba.
Miro hacia arriba cuando un movimiento capta mi atención. Contengo un grito de sorpresa y horror.
Manos humanas sobresalen de lo que supuestamente es el techo, cubriendo cada centímetro y se retuercen y estiran, amenazando con atrapar cualquier cosa que pase cerca de ellos. "Creo que es mejor no imaginar lo que pasa luego, Emma"
Me doy la vuelta y veo que puerta por donde entramos se convirtió en un túnel, idéntico a los demás.
- Debemos avanzar. - Sitael se cubre la nariz y la boca con la mano, para evitar la peste.
Todos asentimos. Seguimos a Sitael por los bordes.
Intento ignorar los gritos y el sentimiento de terror que me invade, haciendo llegar fuerza a mis piernas, para que se muevan.
Volteo y veo a Violet mirando al suelo, para no mirar otra cosa y a Dante, que está apretando los dientes manteniendo la vista al frente. Todos lo enfrentan a su manera. Y ruego para que podamos aguantar lo que falta.
- Ampliemos nuestros sentidos. - dice él - Y esperemos captar algo de su energía mientras pasamos por los túneles. - me mira con las cejas levantadas - Emma, intenta reconocer su esencia, sé que es difícil con tanto hedor, pero intentado. Es lo único que podemos hacer ahora.
Asiento en silencio y me pongo a intentar captar su esencia, reprimiendo unas cuantas arcadas.
La idea de Sitael es bastante ingeniosa porque podríamos tardar años en revisar todos los túneles, por no mencionar que no sabríamos cuando terminan...ni donde. Trago saliva cuando el sentimiento viene a mi. Una sensación arrolladora de angustia y tristeza que me hacen querer enrollarme en el piso a llorar. "Orión, mi príncipe ¿Donde estás?" Y cuando mis lágrimas se forman con la intención de quebrarme, respiro fuertemente, empujando todo pensamiento.