Capitulo 1.

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Poché:

Era sábado por la mañana y no tenía nada que hacer, me levante de mi cama y al mirar por la ventana me di cuenta de que era un lindo día para bailar, así que llame a mi mejor amiga para que hiciéramos una coreografía nueva. Su nombre era Valeria, al igual que yo amaba bailar, la fotografía, la edición, dibujar, entre otras cosas, obviamente. Valeria y yo éramos la una para la otra. Nos conocimos un 19 de Mayo del 2012, lo recuerdo porque ese día perdí a mi perro y ella amablemente me ayudo a buscarlo, fue horrible, pero a la vez me alegro que pasara, porque así fue como llego a mi vida ese ser maravilloso.

Admito que, al principio cuando recién nos conocimos me sentí atraída hacia ella, fue raro porque yo era hetero o eso pensaba, no le di mucha importancia, además ella en ese momento estaba tragada de otra chica. Con el tiempo me di cuenta de que su amistad era muy valiosa y que si fuéramos pareja sería un desastre, ya que, éramos muy iguales. Valeria se convirtió en mi amiga, mi hermana, mi compañera de baile, de trabajo, de fiestas, de locuras y hasta el día de hoy (15 de junio del 2017) no nos hemos separado y la amo con mi alma.

*Cae la Llamada*

- Holi alacalufe!! - dijo en un tono chistoso luego de contestar mi llamada.

- Holi ratita. Hoy el día está deli para bailar una coreografía nueva, ¿qué opinas? - Respondí ansiosa, esperando que se motivará, porque últimamente su ánimo no era el mejor.

- Creo que tienes razón, necesito despejarme, pelee con Rosio y necesito salir de mi casa - respondió un poco triste, pero a la vez con motivación. Rosio era la mujer de la que estaba tragada en el pasado y ya llevaban 4 años de noviazgo.

- Si bebe, te hará bien, paso por ti a las 3 de la tarde. No demores - dije y luego cortamos la llamada.

Me metí rápidamente a la ducha y al salir me dispuse a buscar la ropa que usaría, decidí usar un pantalón de buzo rojo con una franja negra al costado y puño en los tobillos, una polera (camisa) blanca Adidas con las 3 líneas negras y mis zapatillas nike air max rojas con blanco.

Sali de mi habitación y lo primero que vi fue a mi pug Ramon, mi perro amado, el mismo que hace 5 años atrás había perdido, pero gracias a la ayuda de Valeria lo había logrado encontrar. Lo salude y jugué unos minutos con él, luego fui hacia la cocina, la cual estaba separada de la sala por un mesón largo, me prepare café y me hice unas tostadas con huevo revuelto.

Cuando dieron las 1:15 pm no aguante más del aburrimiento y decidí llamar a Vale para decirle si mejor me adelantaba y almorzábamos juntas en su casa.

*cae la llamada*

- Aun no estoy lista, ¡Dijiste a las tres! – Dijo un poco alterada, ya que, yo siempre la estaba apurando.

- ¡Se lo que dije, loca! - Al decir eso giré mis ojos y me puse a reír – Te quería decir si podía ir ahora a tu casa y almorzábamos juntas allá, es que no quiero cocinar en mi apartamento, hoy no vendrá Carmen y sabes que soy un poco floja para cocinar – Carmen era la mujer que me ayudaba con las labores del hogar.

- Por un momento creí que querías apurarme, pero siiiiiiiiii, ven. – Lo dijo tan entusiasmada que se me salió una sonrisa.

- Bueno boba, voy para allá – Dije esto entre risas y luego corté la llamada.

Camine a la Sala, tome las llaves de mi auto y baje al estacionamiento del edificio, mi auto era un Kia Morning, no era el gran auto, pero lo compre con todo lo que logre ahorrar gracias a mi trabajo, me demore mucho, fui a muchos eventos, horas y horas de trabajo, pero todo ese esfuerzo valió la pena, porque logre tener mi auto y vivir sola a los 20 años.

Mi relación con mi mama era buena, pero ella quería volver a Colombia con su familia, nunca me lo dijo, ni me pidió que me fuera, pero yo sentí que debía hacerlo, además siempre fui muy independiente y estaba feliz viviendo en mi propio espacio junto a Ramon, aunque debo admitir que a veces me sentía sola, pero creo que es algo que a todos nos pasa, las típicas crisis existenciales que nos dan y luego nuestra vidas siguen como si nada hubiera pasado.

Valeria vivía a 30 minutos de mí, pero eso era cuando no había tráfico, si había tráfico eran 45 minutos. Subí a mi Auto, me puse el cinturón, acomodé un poco mi cabello mirándome en el retrovisor y me dispuse a conducir en dirección a la casa de vale.

Todo pasa por algo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora