III

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Después de todo el rollo que me encasquetaron los mercenarios aquellos, Noah y yo fuimos al coche, el cual estamos ahora, y nos dirigimos eventualmente a plena ciudad donde la capulla de la vieja va a comprar habitualmente. Como antes, este tío pretende matarnos a causa de la velocidad al conducir.

- Te pueden multar por la velocidad a la que vas. - espeto agarrada al cinturón.

- Qué va. Sino, sobornaré con dinero al policía que quiera ponerme una.

No veas, qué chulito él.

Trato de no prestar mucha atención a la velocidad, cosa casi imposible, y empiezo a cotillear el pequeño cajón que hay delante del asiento del co-piloto. Abre este, y dentro hay otro documento como los de antes.

- Eh, ¿qué crees que estás haciendo? - el castaño mira de reojo de vez en cuando algo alterado.

- Anda, presta atención a la carretera. - río maliciosa y abro el documento - Ahí va, pero si es el mío.

Vaya vaya con la toalla, pero qué tenemos aquí.

Voy a abrirlo y leerlo, porque quiero, porque puedo y es gratis.

Nombre: Penélope
Apellidos: Dalton O'Neill
Edad: 23 años
Lugar de nacimiento:
Dalas, U.S.A
Color de cabello: Pelirrojo
Color de ojos: Azules
Estatura: 1,65 CM
Peso: 53 KG
Especialidad: Ninguna
Ocupación del escuadrón n°7: Integrante
Otros detalles: Nada por el momento.

Por alguna razón siento como una lágrima inexistente recorre mi mejilla derecha nada más leer "especialidad: ninguna". ¿Tan inútil soy en esta vida?

- ¿No tienes ganas de tomar venganza contra Penélope de la Vega?

- Muchas. Pero, ¿qué haremos con ella? - indago con una ceja arqueada.

- Nuestro deber es secuestrarla. Después otro escuadrón ya sabrá qué querrá hacer... Seguramente matarla.

Vale, esto no me gusta nada de nada.

¿Matar a alguien? Es verdad que antes quería que lo hiciesen, pero matar es arrebatar una vida humana...

- ¿No es torturarla ni nada por el estilo...?

- Ya matamos nosotros a su hija, ¿por qué no hacerlo con su madre, que es aún peor?

Ostras, pero si esa es Martha West, la muerta que debía maquillar. Estoy flipando en colores y en blanco y negro.

Las manos comienzan a temblarme y mi frente empieza a llenarse de gotas de sudor. Noah me mira de reojo y frena de golpe en medio de la carretera. Mi cabolo sale por los aires y mi cabello se alborota de golpe, a la vez que suelto un pequeño gritito por el repentino acto del dios griego.

- ¿¡Qué haces loco?! ¡Podrías habernos matado! - miro por el retrovisor por si algun coche viene por detrás, pero gracias al cielo no hay ninguno.

- Por qué cojones teníamos que tener como compañera a alguien como tú... - suspira - Tus manos tiemblan nada más pensar en ello.

Este tío es subnormal. Al igual voy a estar muy tranquila sabiendo lo que voy a hacer.

- Acelera el coche, no podemos estar en medio de la carretera por mucho tiempo... - cruzo mis brazos sobre mi pecho a la vez que desvío mi mirada a la derecha.

- ¿Acaso eres una espía y no lo sabemos?

Abro mis ojos más de lo normal al escuchar su pregunta. ¿Este tío va enserio? Porque muchas pintas fe espía no tengo...

Partners in crimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora