Partners in crime

V

¿Sabéis esos días que vas a dormir pronto, pero que aún así os despertais aún más cansados? Bueno, pues ese no es mí día, ya que he dormido tarde, y me he despertado pronto.

- Venga, mueve el culo.

- Ya voy Noah, me tienes hasta el moño chaval... - suspiro hastiada mientras lo sigo.

He aquí la situación; Noah me ha despertado a las cinco y media de la madrugada, y se cree que voy a estar fresca como una rosa, pero no. Además de llevar ahora mismo un horrendo traje deportivo, si es que parezco un hombre y todo.

Ahora mismo los dos nos dirigimos a la supuesta zona de entrenamiento del recinto, y que en teoría Sara debe de estar allí esperándonos.
Despues de estar un buen rato andando, como siempre es en este lugar, llegamos a la zona de entrenamiento, y lo primero que divisan mis ojos son a una rubia dándole de hostias a un saco de boxeo.

No veas, si que tiene fuerza la rubia de bote.

- Buenos días Sara. - digo con un tono dulzón.

- Buenos días. - responde esta sin apartar la vista del saco - ¿Preparada para el día de hoy?

- ¿Supongo...? - me encojo de hombros sin saber muy bien qué responder.

Noah deja soltar una leve risita, haciendo que esté a la defensiva por sus tan sospechosos actos. Sara sonríe y me toma de los hombros colocándome delante de él. No muy segura pestañeo varias veces seguidas y frunzo mi entrecejo esperando lo que sea que venga.

- Hoy practicaremos autodefensa, algo ensencial si la víctima es experimentada en cualquier arte del combate.

- ¿Qué? - espeto.

- Vamos, Noah será gentil contigo hoy. Los otros días será más rudo...

Vale, no creo que sea la única en malpensar esas dos frases.

- Pero... no sé nada de autodefensa. - confieso temblando como una gelatina.

Sara me mira fijamente y después me da leves golpecitos en mi hombro en forma de animo, como si algo malo me fuese a pasar. Algo intrigada vuelvo a mirar al frente y noto como Noah se coloca en una posicion ofensiva.

Vale, creo que este es mi día. Adiós mundo cruel.

Sara se aleja de nosotros y se coloca en una esquina cruzada de brazos observando atentamente la situación. Por parte de Noah este de la nada se abalanza contra mí, y por simple instinto, cubro mi cuerpo con mis antebrazos y cierro los ojos con fuerza esperando en cualquier momento el gran golpe.

- Si así te defensas de una personas... lo llevas crudo mujer.

- ¡Ah, encima! ¡Yo no he pedido estar aquí! Si por mi fuera estaría buscando curro por ahí y no con una panda de asesinos.

- Tú. - la voz de Sara se hace presente - Tú no rechistaste en ningún momento la oferta de unirte.

- Si no lo hubiese hecho igualmente me hubieses obligado, porque ya veo que vuestro jefe tiene una obsesión conmigo. - ruedo mis ojos y coloco ambas manos en mi cintura - Es decir, ¿por qué yo, cuando no tengo ni puta idea de estas cosas? Si fuese alguien con un mínimo de idea pues está bien, ¿pero enserio yo fuí una elección?

El moreno y la rubia quedan totalmente callados ante mi pequeño discurso. Algo molesta suelto un suspiro pesado y me largo de allí lo antes posible.

- ¡Oye! ¿Dónde vas? - exclama Noah.

- Por ahí, yo que sé. - espeto.

Con paso decidido salgo de la zona de entrenamiento y me dirijo de nuevo a mi cuarto ya que ahora temgo posesión de la llave. Mientras ando por los pasillos una mano sujeta con fuerza mi brazo, haciendo que de golpe detenga mi paso.