Royals

Pastel de licor 1. Parte

El sentir sus manos sobre sus caderas, apretándole con firmeza mientras lo envestía era una sensación inigualable, su cuerpo se encontraba a merced del otro hombre, sumido en una ola de lujuria desenfrenada que no parecía cesar con nada, ambos con la piel cubierta de sudor y las respiraciones agitadas, cediendo a sus mas bajos instintos

-hueles bien...Pip-

-mgh...Príncipe Damien-

Gimió de solo escuchar su nombre salir de los labios del otro, arqueando su espalda al sentir un fuerte espasmo por todo su cuerpo, experimentando un fulminante orgasmo...

Pip abrió los ojos despertando por completo, su pecho subía y bajaba precipitadamente, su frente se encontraba perlada por el sudor y una molesta erección palpitaba entre sus piernas, el joven mayordomo retiro las sabanas de encima y se levanto como impulsado por un resorte, caminando de inmediato al baño que se encontraba en su habitación, al entrar tomo el balde con agua fría que se encontraba mas cerca y lo vació encima de si mismo, acabando de golpe con el problema en su entrepierna, muy para su vergüenza podía recordar el sueño con toda precisión y eso lo hacía estremecer aún más, ni siquiera con la princesa Estella había tenido sueños de ese tipo, Pip fue sacado de sus reflexiones cuando escucho que tocaron a su puerta, tomó una toalla de inmediato y comenzó a secarse el rostro mientras salía del baño

-¿quién es?-

-soy Pocket ¿puedo pasar? -

-ahh... Si, si claro-

La puerta se abrió dejando entrar al otro chico, en cuanto Pocket pudo pasar se sorprendió de ver a su mejor amigo completamente empapado y con la pijama puesta

-¿Pip, estas bien?-

-si...-

-parece como si hubieras tomado un baño con la ropa puesta-

-ah... No, me caí, en el baño-

-Pip ¿de verdad estas bien? -pregunto el chico mientras ladeaba la cabeza con duda- desde hace días te portas de forma extraña-

-no pasa nada-

-eres mi mejor amigo, se cuando algo te pasa -

-...-

-tiene que ver con la princesa Estella y su prometido ¿no? -Pip miro con sorpresa a su amigo, dándole por completo la razón, Pocket resoplo con resignación y se sentó en la cama destendida del rubio -¿que paso?-

-mmm...nada, nada malo, pero...bueno, no se como decirlo -respondió Pip sincerándose con Pocket, la única persona en la que confiaba plenamente- yo...durante mucho tiempo creí querer algo-

-aja- respondió Pocket intuyendo de que hablaba

-pensé que era lo mas importante en mi vida y que nunca me sentiría así por algo mas, pero resulta que me equivoque, que si existe algo que me atrae de una forma que no creí posible...y de alguna forma no es nada bueno porque esta ligado a la otra cosa que yo deseaba, no se si lo entiendes, la verdad-

-te gustaba era la princesa Estella, eso que te atrae ahora es el príncipe Damien -respondió Pocket haciendo sonrojar violentamente a Pip -¿me equivoco?-

-ah...¿como?-

-he notado que el príncipe Damien te pone nervioso, lo miras de una forma que yo pensaba era exclusivo de la princesa Estella, el otro día cuando regresaste de dar un paseo con él, cuando llovió y te presto su capa, te sonrojaste mientras me lo platicabas-

-¿que?-

-si, incluso hiciste esa cara de enamorado que solo hacías cuando pensabas en la princesa-