Royals

Sortilegio

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Phillip despertó cuando el alba apenas aparecía en el cielo, se levanto para tomar una tibia ducha, se vistió con su impecable uniforme, sus brillantes zapatos, ato el moño de su camisa y salio a desayunar para después realizar sus labores del día, todo en forma tan mecánica y fría, paso por el jardín y observo por un segundo las rosas blancas que lo adornaban, una amarga sensación se apodero de su pecho al recordar como antes solía cortar la mas bella para llevársela a la princesa Estella, no pudo evitar suspirar por el recuerdo, sin querer mortificarse mas prefirió ignorar las rosas e ir directo a la cocina, al entrar se dio cuenta del bullicio y el ambiente estresante en el que se encontraban las cocineras

-buenos días- saludo tan cortesmente como siempre

-buenos días, Pip -lo saludo la cocinera jefa sin voltear a verlo, muy ocupada preparando masa -hay leche en esa jarra y algunas hogazas de pan al lado, sírvete-

Phillip obedeció y se sirvió para después sentarse a comer en una mesa de la cocina que se encontraba cerca, estaba llena de frutas y verduras pero Pip los hizo a un lado para desayunar, después de unos minutos noto un pequeño detalle

-¿y Pocket?- pregunto extrañado, siempre desayunaba con su mejor amigo, era raro que no estuviese

-Pocket ya comenzó a trabajar, querido- le respondió la cocinera- lleva desde la madrugada atendiendo los gritos de la reina madre, que si la catedral esta lista, que si los lugares de la fiesta están contados, que si el obispo esta listo...no se si lo hayas notado pero mañana es la gran boda, TODOS estamos muy estresados por el cargo de trabajo ¡míranos a nosotras! hoy es el ensayo de la boda y tenemos que tener un banquete listo, ademas de preparar lo de la gran boda mañana-

-oh, ya entiendo...¿necesitan que les ayude en algo?-

-lleva el desayuno de la princesa Estella a su habitación, por favor-

-ehh...-

-¿que pasa?- pregunto la cocinera dejando de amasar y enarcando la ceja

-¿no bajara a desayunar?-

-hoy nadie bajara a desayunar, la reina madre esta en la catedral en este momento, Lord Satan la alcanzara en un rato mas, los otros reyes aun descansan, la princesa tendrá un día muy pesado y posiblemente hasta comerá en su habitación, así que lleva el desayuno ¡ahora!-

-pero...-

-¿pero que Phillip? ¿no es ese tu trabajo? eres su mayordomo personal-  la mujer tomo la bandeja que se encontraba ya servida y la coloco sobre la mesa frente a Pip- llévala en cuanto termines-

Pip bajo la mirada mientras terminaba de desayunar, un mes atrás el mismo estaría ansioso por llevar el desayuno a la princesa y cepillar su cabello, pero ahora lo menos que quería era verla, no porque estuviera en su contra, si no por que era incomodo, demasiado, después de vacilar por unos minutos se dispuso a tomar la bandeja e ir  dejar el desayuno, no es como que la princesa fuera a hablarle o  detenerle, desde hace días atrás lo ignoraba al igual que el resto del mundo, Pip tomo la bandeja y fue entonces hasta la habitación de la princesa Estella, salio de la cocina y vio al resto de los sirvientes limpiando hasta la mas mínima mancha del salón principal, subió las escaleras, recorrió el largo pasillo hasta las habitaciones principales y se detuvo frente a la puerta de la princesa, toco una vez para pedirle a la princesa permiso para pasar, pero no respondió, estuvo a punto de tocar pero antes de que sus dedos tocaran la puerta esta se abrió de golpe, Pip se encontró frente al príncipe Damien 

-¿quien es? mi amor- pregunto desde adentro la princesa aun recostada en la cama 

-solo un sirviente con el desayuno- respondió el azabache