Los Destinados

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Pip se había levantado tan temprano como siempre, se dio un baño, se puso su uniforme de mayordomo cuidando que todo estuviera impecable, desde su rubio cabello recogido en una corta coleta, disimulando un poco su apariencia androgina, su saco rojo sin ninguna mancha, camisa pulcramente blanca, el moño perfecto en su cuello, sus pantalones planchados y sus zapatos lustrados hasta relucir, así que cuando noto que todo estaba en orden salió a realizar su rutina diaria

Corto una rosa blanca del jardín, fue a la cocina donde las cocineras le saludaron amables y le dieron leche con un pan relleno de mermelada para desayunar, mientras lo hacia las mujeres le preparaban una bandeja de plata con jugo, tostadas, miel y frutas, cuando Pip termino su desayuno agradeció a la mujeres y tomo la bandeja de plata para ir dos pisos arriba en el castillo del cielo, llegando al pasillo de las habitaciones reales se detuvo un momento y apoyo la bandeja en una mesita para colocar la rosa blanca en la charola, completando así la presentación del desayuno

-¡buenos días Pip!-

El rubio volteo encontrándose con la delgada figura de su amigo Pocket a mitad del pasillo, también con su uniforme de mayordomo y el cabello rojo cobrizo peinado de lado, sonriendo mientras mostraba sus prominentes dientes delanteros, Pip sonrió de igual forma y saludo

-buenos días, Pocket-

-veo que vas a la alcoba de la princesa-

-así es, ya es hora de su desayuno ¿vienes de la habitación de la reina madre?-

-sí, me pidió que llegara antes del amanecer para que la ayudara con sus atuendos...hoy es el gran día ¿no?-

-si..."el gran día"- dijo Pip con un tono triste que pasaría desapercibido para cualquiera pero no para Pocket

-animo, Pip – le dijo el pelirrojo mientras le tomaba fraternalmente del hombro- es el destino de la princesa y según la profecía ella estará bien, todos lo estaremos...quien sabe y el destino también tenga una alma gemela para ti-

-si...es lo que tiene que pasar- susurro Pip con falsa resignación y tomo la charola apartándose de Pocket para seguir con su labor – tengo que seguir, nos vemos luego Pocket-

-claro-

Se despidió el chico y siguió andando por el pasillo para seguir con sus labores, Pip lo vio irse y después siguió adelante, caminados un par de metros se detuvo frente a una gran puerta blanca con detalles dorados, con maestría sostuvo la charola con una mano y con la otra toco la puerta tres veces

-adelante-

Escucho una femenina voz después de unos segundos, Pip abrió la puerta y se introdujo a la gran y lujosa habitación, pintada de blanco al igual que la mayoría de los muebles, con una gran cama al centro, ventanales que daban al jardín de rosas y estaban cubiertas por cortinas rosadas, olía a perfume, el más fino de todos

-te tardaste dos minutos, Pirrup...pedazo de bruto retardado-

Le dijo la hermosa chica rubia sentada frente a su tocador, vestida con un hermoso vestido blanco y rosa pastel y los rubios cabellos sueltos cayéndole por la espalda, Pip suspiro de solo verla, estaba tan hermosa como siempre

-buenos días princesa Estella, lamento mi demora-

-como sea, imbécil ¿te vas a quedar ahí parado o me darás mi desayuno?-

Pip de inmediato se acercó a la chica y dejo la charola en el tocador, Estella vio el contenido y tomo una tostada mientras le pasaba el cepillo a su mayordomo, Pip lo recibió y comenzó a cepillar los rubios cabellos de Estella mientras esta desayunaba en silencio, era parte de su rutina diaria, parecía un día común, nada fuera de lo normal

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