Incognito (Liam Payne & tu)

Capítulo 32: Nuestra primera vez

- Claro - me levanté y acompañé a mi mamá hasta la cocina - ¿qué crees que le dirá papá a Liam?

- No lo sé, pero tu padre sabe decir las cosas en un tono adecuado y con las palabras adecuadas.

- Lo sé, solo tengo curiosidad por saber que le va a decir.

- No te preocupes demasiado, todos ya notamos que se quieren.

Eso me sacó una sonrisa, me gustaba que mi familia notara lo feliz que estaba. Por otro lado también pensé en la prensa, si mis papas notaron que nos queriamos sin estar fingiendo, lo notaría la prensa también y transmitiría cosas buenas. O por lo menos esperaba eso.

- Sí señor - escuché cuando entrabamos de nuevo a la sala - con galletas y por pequeños sandwiches.

'Todo bien' analicé rápidamente la situación con mi mirada, pasando primero por mi papá, quien se veía tranquilo y feliz, mi hermano que corría a tomar un panecillo y finalmente a Liam quien me miraba con una sonrisa diciendome inconsientemente que todo estaba bien. Asi que me relajé y disfruté un par de horas hasta que se hizo tarde.

- Bienvenido a mi habitación de adolecente con granos.

Tenía pegada en la pared algunos posters de los Beatles y otro par de The smith y los Rollings Stones. Por otro lado una repisa con fotos, libros y velas, sin dejar de lado mi cama y mi escritorio.

- Me imaginaba algo asi.

- ¿Si?

- Sí, no es muy diferente a tu habitación de Londres. Solo le quitas los posters y es todo igual.

Era increible pero yo notaba que las dos habitaciones eran completamente diferentes. Una representaba a una yo salvaje, sin miedo a los riesgos o concecuencias y también inquieta. Y por otro lado, era una yo madura, independiente y un poco cansada por los estudios y el trabajo adicional. Quizas, después de todo, nunca he perdido mi escencia, quizas no haya cambiado tanto en estos dos años que llevo a fuera.

- Debes tener muchos recuerdos en esta habitación.

- Sí - reí por las millones de cosas que había hecho aqui.

- ¿De qué te ries?

- Aqui fue donde tuve mi primera vez - me sacaba los zapatos para ponerme mi pijama, Liam comenzó a imitarme.

- ¿En serio? ¿Fue algo especial que hizo tu pretendiente? - sonaba un tanto celoso.

- Suenas celoso.

- Lo estoy, estaba tocando mi propiedad.

- No te conocía en ese entonces.

- Pero ahora sí - Lo abracé, los dos teniamos nuestros torzos desnudos - Quiero saber que te hizo - No podía parar de reir del tono en que lo decía. Me encantaba.

- No fue nada en especial, pero fue muy chistoso.

- Cuentamelo - me senté y saqué mi polera, el frio me estaba matando.

- Pues, llevabamos 6 o 7 meses de relación y el me había planteado el tema por lo que yo le respondí que sí, asi que nos pusimos de acuerdo en ir a su casa después de su entrenamiento de futbol. Le había dicho a mi madre que iriamos a ver una pelicula y no volveriamos hasta 3 horas después del horario de clases. Asi que fuimos a su casa y estaba su niñera alemana esperandolo.

Asi que teniamos que inventar un plan para que nos dejara solos por un momento. Es cuando el se acordó de que tenía laxantes en la caja de remedios de su mamá que se encontraba de viaje junto a su papá.

- Laxantes ¡dios mio! - se reía Liam.

- Se lo dimos en un jugo - seguí con mi historia - y apenas entró al baño vinimos acá ya que no teniamos a ningún otro lugar a donde ir. Estupidamente hice que trepara el árbol y entrara por la ventana, mientras yo entraba por la puerta fingiendobque estaba todo bien. Cuando entré me di cuenta de que no había nadie en casa ya que mi hermano se había encontrado enfermo todo el día y estaba en el hospital con mi mamá y mi papá en el trabajo. Y una vez listos, pasó lo que tuvo que pasar.

- Increible tu historia.

- ¿Qué tal tu historia? - pregunté yo curiosa, ahora sabía como se sentía Liam hace un par de minutos atras.

- Pues no es tan divertida como la tuya, pero es un poco emocioante.

- Quiero saberla, vamos - me acomodaba en mi cama para escucharlo.

- Pues ella era mi novia en ese entonces.

- ¿Cuántos meses?

- Creo que también unos 6 meses.

- Prosigue.

- Se iba a ir de Inglaterra, ya que su padre había conseguido un trabajo mejor en Japón, asi que le pedí que me diera algo con que pudiera recordarla, pensando en una pulseras de esas de cuero o un collar, pero resultó que me dió su virginidad.

- Que tierno - el tono con que lo dije fue extraño ya que soné celosa, pero también me resultaba tierno - Hablando de tierno - posaba mis piernas alredor de sus caderas.

No me tentes - decia entrelabios y cerraba los ojos con fuerza.

- ¿Por qué no? - decía como una bebé, mientras besaba su cuello.

- Quiero respetar la casa de tus padres - No lo entendí de inmediato, pero después de un tiempo pude entender lo que me decía y tenía razón, quería respetar su postura.

- Por cierto, ¿qué te dijo mi papá? - me volvía a la posición en la que me encontraba antes.

- Que notaba cuanto te quería, pero que lo único que me pedIa mientras estuvieramos juntos, era que te respetara, en todos los sentidos. Y yo le dije que lo iba a hacer porque de verdad te amaba demasiado.

- Yo también te amo demasiado - acariciaba su pecho.

Lo abracé debajo las sabanas, estaba segura que esta era la primera noche que dormiamos juntos, ya que en Australia dormiamos en la misma cama, pero separados por el calor.

- Tengo frio - me decía como un niño chiquito.

- Yo te doy calor - repondía con el mismo tono, mientras lo abrazaba y posaba una de mis piernas entre las suyas.

- Buenas noches, hermosa.

- Buenas noches, guapo.

- Me sonrojas con tus alagos.

- Tengo muchisimos más para ti.

Y fue asi como nos quedamos dormidos esa noche, diciendonos alagos uno tras otro.

Al día siguiente nos levantamos rápidamente porque ibamos a ir al hospital de aqui tal y como lo habiamos prometido en Australia y según Liam no quería llegar con las manos vacias. Asi que fuimos y una juguetería y le compramos diversas cosas para diversos niños. Ibamos a ir al hospital del cancer de Brighton, era conocido por muchas historias conmovedoras de niños pequeños, asi que después de que almorzaramos en la casa de mis padres nos fuimos junto a mi mamá, quien nos iba a servir de mucha ayuda ya que cuando yo era pequeña solía ser enfermera, pero después de que nació mi hermano pequeño, decidió que era mejor darle prioridad al papel de mamá y dueña de casa, es por eso que con su compañia nos ayudaría con ciertas cosas.

- Tienen claro que en las próximas horas verán cosas realmente fuertes ¿verdad? - yo y Liam asentimos con un poco de temor, por lo menos yo no sabía si estaba lista para ver cosas como las que vería a continuación, pero esperaba ser lo bastante fuerte para soportarlo.