Incognito (Liam Payne & tu)

Capítulo 34: Hospital 2

Después de despedirnos de James y todos los niños que se encontraban en la sala común, seguimos nuestro recorrido por el hospital. Esta vez fuimos a pacientes más adolescentes. Las visitas eran más cortas por dos razones, la primera era porque eran salas individuales y queriamos alegrarle el día a más personas posibles y dos, porque eran pacientes que no se encontraban muy bien. La mayoría de las personas que vimos, eran chicas adolescentes entre 14 y 17 años. Todas eran chicas muy tiernas, pero hubo una que me llegó al corazón. Se llamaba Lisa. Cuando entramos estaba dormida, pero la madre que se encontraba a su lado nos dijo que ella era una gran fan, lo cual lo noté de inmediato ya que tenía una pulsera negra con el nombre de la banda, asi que iba a despertarla para que por lo menos viera unos segundos a Liam. Nos contaba que estaba en quimioterapia, ya que el cáncer se estaba expandiendo por todo su cuerpo.

- Liam - abría levemente sus ojos.

- Hola Lisa - se acercaba a acariciarle su cabello - ¿Cómo estas?

Ya por el estado en que se encontraba, me daban unas ganas increibles de llorar, pero tenía que soportarlo.

- Bien - trataba de sonreír, pero su cansancio comenzaba a ganarle.

- Me alegro.

Miró por encima del hombro de Liam y me miró, yo le sonreí.

- ¿Tu eres _________? - yo asentí - lo sabía, te ví el otro día en las noticias de E! news cuando andaban en Australia. Eres muy bonita.

- No mas que tú - sonrió.

- No - negaba - tu tienes un pelo hermoso, yo simplemente... - no continuó la oración, sabía lo que trataba de decirme, por el solo hecho de no tener cabello, era fea, pero no era asi.

- ¿Bromeas? Tienes unos ojos hermosisimos, ¿verdad Liam?

- Increibles.

- De todas las novias que has tenido - se dirigía a Liam - ella es la primera que sé que será tu compañera para toda la vida.

- Lo será - decía Liam, yo lo miré con una amplia sonrisa y le di mi mano para que las encajaramos.

- Sé que no voy a vivir mucho tiempo más, pero por favor amalo tanto como yo lo amo.

Y ya no pude soportarlo más, mis lágrimas salieron sin pedirle permiso a nadie, decidí que esta iba a ser la promesa que cumpliría por el resto de mi vida.

- Te lo prometo - tomé su mano, y el sueño y el cansancio se apoderaron de ella completamente.

Antes de soltarle su mano, noté que sus uñas estaban moradas. Su organismo ya no estaba funcionando muy bien, no le quedaba mucho más tiempo de vida, asi que besé su frente y mentalmente, le dí mucha paz y tranquilidad. Liam hizo lo mismo, pero a diferencia de mi, se quitó una pulsera de cuero y se la amarró en su muñeca. La mamá de Lisa nos agradeció y nos fuimos antes que fuera más tarde. Habiamos estado por 5 horas en el hospital y había sido lo mejor que pude haber hecho en toda mi vida. Había sido fantástico haber visto una sonrisa a todos esos niños y niñas. Liam posó un brazo en mi cadera. Me acordé inmediatamente de la sonrisa que tenía con los niños, estaba completamente segura que a él le había encantado esta visita tanto como a mi.

Nadie habló nada hasta que llegamos a casa. No porque estuvieramos tristes o cosas por el estilo, si no que el cansancio y las reflexiones estaban tomando su lugar en estos momentos. Cuando llegamos estaba mi papá y mi hermano viendo la televisión, más bien, mi papá viendo la televisión, ya que mi hermano estaba con su teléfono.

- ¿Cómo les fue?

- Muy bien, los chicos sociabilizaron con muchos niños - se nos adelantaba mi mamá.

- ¿Quieren café? - mi mamá no paraba. Siempre tenía que estar haciendo algo. En especial para sus hijos.

- Esta bien - dijimos todos.

- ¿Le ayudo, señora Monroe?

- No, esta bien Liam, tú solo sientate, yo les traeré todo.