—¿A qué has venido? —insistió Louis.
—Me gustaría hablar.
—¿Ah sí? ¿Sobre qué?
—Sobre... nosotros.
Louis rió con sarcasmo. Entró a su casa sin dejar pasarlo.
—¿Qué hay sobre nosotros?
—¿Ya no sientes nada? —preguntó Harry, desilusionado.
Louis se mordió el labio inferior y dirigió su mirada hacia un cielo azul brillante. Incluso en los días donde Louis se sentía peor, el cielo siempre brillaba a causa del sol.
—¿Pretendes que me tire a tus pies? Me rompiste el corazón y no es fácil olvidarte pero lo estoy logrando. ¿Y tú te apareces justo ahora? ¿Qué quieres de mí, Harry?
—Yo... —suspiró —¿Fue un error haber venido, cierto?
Louis observó como dejaba escapar una sonrisa dolida.
No caigas, Louis, por lo que más quieras, no caigas. No lo detengas. Él no te detuvo a ti.
—Pensé que después de todo te mereces una explicación.
—Ya sé lo que dirás —respondió, mostrándose un poco más comprensivo —, que tenías miedo, que no te sentías preparado. Está bien, te entiendo, todos tenemos miedo. Y es ese miedo el que nos lleva a cometer errores. Y sigue estando bien, ¿no? Pero ya no quiero formar parte de ese juego. No quiero que cada vez que tengas miedo me lastimes.
—Louis, yo-yo estoy mejorando. Pude hablar con mamá, incluso volví a ver a mi hermana. Te prometo que pronto seré mejor, pero no sé cuándo. Sólo quiero que sepas que aún te quiero.
—¿Y por qué me dices esto si sabemos que quedará en la nada? Yo quería seguir formando parte de tu vida, no puedo esperar más años por algo que no se si llegará, ¿entiendes? porque el que sale lastimado soy yo. Y estoy hasta las pelotas de lo mismo.
Harry asintió, con los ojos aguados.
—Lou... yo dejé de contestarte por eso, porque sé que siempre sales herido, y a mí no me gusta que llores. Odio que llores, y sé que lo hacías porque lo notaba en tus ojos. Y a pesar de todo, siempre estuviste, incluso hasta hace poco estuviste para mí. Sé que te pedí que te vayas... pero no es eso lo que quiero, y sé que debería ser más claro con las que cosas que digo, pero es que...
Louis sólo lo miraba y escuchaba con atención, se encontraba con una lucha interna entre abrazarlo o no abrazarlo, entre besarlo o no, entre decirle que lo quería y entre pedirle que se vaya. Quería dejarlo entrar nuevamente a su vida, pero su parte orgullosa quería cerrarle la puerta, y hacer lo mismo que él le había hecho. Pero al final del día, Louis lo entendía.
—Realmente te quiero... ¿cómo no iba a hacerlo? No sólo rompí tu corazón, también rompí el mío al rechazarte. Sé que fueron desagradables las cosas que dije, pero...
—No te sientes preparado.
—Exacto —dijo avergonzando. Era demasiado repetitivo, un círculo de errores y tonterías.
—¿Realmente a qué has venido?
—Quería explicarte porqué me desaparecí de tu vida.
—Pero... ¿tú no te habías ido del todo, cierto? Me refiero a lo último que dijiste antes de cerrar la puerta.
Harry se ruborizó.
—Cuando entendí que ibas todos los viernes al bar... no pude dejar de ir también. Quería verte.
—No entiendo cómo pudiste, Harry. ¿Acaso no sabías lo que te necesitaba?
—Necesitaba estar solo por un tiempo, necesitaba poder aceptar lo que soy. Para ser sincero, volver contigo no iba a ayudarme.
—¿Y estuviste solo todo este tiempo?
—Sí. Nadie podría amarme como tú lo hiciste, no sería capaz de estar con otra per...
—Aún lo hago, Harry, aún te amo.
Harry sonrió pero no pudo detener sus lágrimas, Louis las quitó cuidadosamente.
—Creo que ahora soy yo el que necesita un poco de tiempo, ¿sabes? —dijo acariciando su mejilla.
Harry asintió, cerrando los ojos ante el suave tacto de Louis.
—Gracias por escucharme.
—Espero verte pronto.
Louis esperó que Harry se marchara para cerrar la puerta y cuando lo hizo, apoyó su espalda contra ella. Su cabeza daba vueltas y su corazón no podía soportar la velocidad con la que iba. Louis sentía como su estómago se contraía. Tiró su cabeza hacia atrás, y se dio la libertad de llorar todo lo que no había llorado por tres largas semanas.
Estaba en lo cierto al decir que necesitaba tiempo, sí, era extraño porque ahora era Harry quien lo había ido a buscar y a decirle que lo quería, pero necesitaba acomodar sus ideas. No quería tirarse en sus brazos a la primera, aunque hubiera sido lindo, las cosas no funcionaban así.
Él no esperaba eso de Harry cuando tocó su timbre, lo que quería era que se alegrara de verlo.
La verdad era que Louis no tenía en claro lo que quería y comenzaba a sentirse enfermo. Su cabeza seguía dando vueltas a muchos asuntos. Incluso Lucía venía de golpe a su cabeza, como si buscara excusas para no volver con Harry.
¿Qué me pasa?
Lo que pasaba era miedo. El más sencillo y odiado sentimiento; el miedo. Aquel que se había arrebatado la relación de Harry y Louis. Aquel que se encargaba de arruinar la vida de ambos. Louis temía comenzar de cero con Harry y que éste se arrepintiera. ¿Cómo podría soportar el peso del rechazo nuevamente? ¿Su corazón podría soportar romperse de nuevo?
Louis temía esperar el tiempo que sea y que al final, Harry o nunca regresara o se volviera a desaparecer. No quería sentir de vuelta la sensación de perdida, de sentirse en blanco. Y por otra parte, quería estar con él, quería arriesgarlo todo... porque a fin de cuentas sufría estando lejos de él y había deseado encontrarlo. Pero Louis sabía lo que pasaría mientras tanto... si ahora él lo aceptaba, si lo dejaba entrar, no estarían juntos, porque Harry sólo había ido a decirle que lo quería para que lo esperase.
Harry no quería perderlo.
Tendría que haber escuchado al señor Jorgan y haberlo dejado ir desde el principio, pensó Louis.
Harry comenzaba a entender que había cometido un error al alejarse de todos sin decir nada al respecto. Él podía haber hablado con su madre y con Louis, y explicarles que necesitaba un tiempo para estar solo, y ellos lo hubieran aceptado, porque durante los peores años ninguno de los dos lo había abandonado.
Pero ya el error estaba cometido, sólo podía remediarlo. Harry pensó que era hora de salir de su escondite, y al día siguiente, fue a devolver los libros con su hermana. Louis estaba allí, con Zayn, y ambos lo trataron bien. Harry sintió un nudo muy doloroso en su estómago, no estaba acostumbrado a hablar con gente desconocida y Zayn lo era, pero gracias a la compañía de Gemma fue más sencillo incluso soportar la cargada mirada de Louis.
—Me comporté como un idiota, ¿cierto?
Gemma sonrió.
—Como un idiota no, como un pequeño niño tímido.
—Soy un idiota.
—Hey, no —le dio un codazo —, es normal la timidez, especialmente cuando no estás acostumbrado a hablar con personas. No te culpes tanto... no estuviste cuatro años luchando contra tus demonios como para derrumbarte de vuelta.
Gemma tenía razón, no podía echarlo todo por la borda, pero es que lo sabía. Sabía que en cuanto cruzara palabras con Louis, su vida cambiaría. Porque Louis, sin saberlo, movía todos los estantes de Harry, los golpeaba, los destruía, los desordenaba y luego los reparaba para volverlos a destruir.
Louis conseguía que la inestabilidad crezca, pero aún así, extrañaba tenerlo cerca, porque siempre era Louis quien prendía la luz.
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Camino a Casa || Larry Stylinson
Fanfiction"Me fui tan lejos buscándome, y estaba en casa lo que soñé. Me fui corriendo tras un tal vez, Y no te hallé" [Novela corta]