Capítulo 9

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Te juro que seré feliz, te sacaré de mi mente aunque sea con mis propias manos. Te olvidaré aunque me muera desangrado. Te juro que olvidaré cada cosa que me ha enamorado de ti. Te juro que te mataré, ya no existirás para mí. 

Escribió Louis, está vez sin lágrimas, pero sintiendo un dolor mucho más hondo que antes. No se la mandó, era una promesa más así mismo que a Harry. No se quería ver como un tonto ante Harry, quería que lo viera fuerte y feliz sin él. Quería que sepa que podía tener una vida sin él. 

Quería que lo extrañara, que le rogara su amor como él lo había hecho. 

Así que ya no eran sólo los viernes, era cada noche salir con un hombre o con una mujer, toda la noche entre alcohol y drogas. Era llegar a su casa, y a pesar de sentirse destruido, escuchar música tan fuerte que le hiciera doler los oídos y la cabeza. No lloraría por Harry, ni por nadie más. 

Louis se estaba destruyendo porque esa era la única forma de olvidarlo. 

Una noche decidió no salir y subió tres covers a su canal. Sabía que ese Diggy que comentaba era Harry. Las tres canciones se trataba de gente feliz, quería que Harry supiera que ya no le importaba nada de él.

Sabía que esa vez Harry no iba a escribirle, quizás ni siquiera miraría los vídeos. Cinco minutos después de subirlos, Louis los borró. Se sentía más patético que la tarde en que Harry lo rechazó. 

Y entonces recordó a Anne, y la imaginó igual de solitaria que él. Estaba decidido a escribirle cuando vio que su foto de perfil era junto a Harry. Y era actual porque Harry no era un niño. 

Entonces, ¿ella también lo sabía? 

Había creído en sus palabras. ¿Es que a nadie le importaba sus sentimientos?

La soledad se hacía cada vez más grande en aquella casa. Louis no lloraba, se sentía como un fantasma. No había demasiados sentimientos en él, sólo los típicos, los que últimamente formaban parte de su rutina. 

El vacío, su fiel compañero, a veces se marchaba cuando alguien llegaba a su casa. Alguien real, alguien que le hacía sentir único en la existencia por algunas horas. Luego se despedían, Louis prometía volver a llamar, pero no lo hacía. Buscaba otra persona. 

La observó mientras el agua caía sobre sus pechos y bajaba hasta sus pies. Ella le sonreía coqueta. Tenía un hermoso cabello largo y rubio, una piel suave e intacta, y olía a algún perfume caro. 

Se quedó atontado mientras la miraba. 

—Eres hermosa. 

Lucía le respondió con un beso, Louis acarició su espalda desnuda. Las manos de la chica se posaron sobre el cuello de Louis, y él sintió un cosquilleo. Sus manos suaves lo tocaron con delicadeza, como si estuviera tocando un preciado diamante. Y Louis quiso quedarse allí todo el tiempo, donde Lucía estuviera ante sus ojos, dándole un descanso a su perturbada mente. 

Lucía volvió a su casa cuando Louis tuvo que irse a trabajar. La realidad lo golpeaba día tras día, tenía que apagar la música y dejar su casa desordenada y vacía, e irse a trabajar con un horrible dolor de cabeza. Pero él se lo buscaba. Sabía que estaba cometiendo un error al intentar olvidar a Harry de esa forma, pudiendo hacer miles de cosas, él elegía la más tóxica. 

—¿Qué estás buscando, Louis? —le preguntó Zayn, un día que lo vio devastado físicamente —¿Buscas destruirte? ¿Buscas llamar la atención de él? ¿Qué mierda te pasa, Louis? Sé que te conozco hace poco, pero este no eres tú. 

—No quiero pensar en él —respondió apenado. No quería discutir, porque sabía que su amigo tenía razón. 

—¿Y esta es la única que salida que encuentras? 

—Ya lo sé... pero es que, siento que ya todo me da igual. 

—¿Entonces qué? ¿Cómo no pudiste soportar el rechazo de Harry te matarás a ti mismo? ¿Así funciona tu mente? Tienes potencial, amigo, mándalo a la mierda y olvídate de él. 

—¡Lo intento, maldición! Intento olvidarlo cada minuto de mi vida. ¡Y lo único que consigo es un fuerte dolor en el pecho que me obliga a llorar! Pero no lloro, y duermo con un nudo muy grande en mi garganta. Y despierto peor de lo que me duermo. 

—Tienes que encontrar algo mejor, Lou. A ti te gusta cantar, puedes componer canciones, si quieres sobre él. Escribe millones de canciones hasta hartarte. 

 Louis sacudía la cabeza una y otra vez, a punto de llorar. 

—¿Por qué no hacemos un viaje? 

—No tengo tanto dinero como para darme el lujo de un viaje. 

—O podemos simplemente salir a caminar e ir hasta donde te apetezca. 

—¿Y cómo se supone que eso me ayude a olvidarlo? 

—No lo sé, pero quizás sea mucho mejor que drogarte hasta los huesos, Louis, o que follarte a cualquiera. 

—Veré que puedo hacer. 

—Si quieres puedes venir a mi casa a pasar unos días así no te sientes solo. O podemos ir a la casa de Gigi, ir a otro lugar te hará mucho mejor. 

 Louis aceptó irse a su casa. A él tampoco le gusta la imagen que llevaba últimamente. Y deseaba que Harry no lo viera... porque todos sus planes de que piense que estaba siendo feliz, serían en vano. Todo era en vano, en realidad. 

Al dejar su casa sintió que abandonaba un poco de su vida. 

¿Esto se siente dejarlo atrás? se preguntó pensando en Harry. Definitivamente era una sensación muy buena, pero él sólo se iba a otro lugar, no a otro mundo fingiendo ser otra persona. 

Gigi Hadid, la novia de Zayn, vivía en Manchester, y sin duda no se comparaba con Holmes Chapel. Louis admiró mucho la casa, y fueron a visitar buenos restaurantes. Zayn tenía razón, lo estaba pasando bien junto a ellos. 

Y poco a poco, mientras los días pasaban, él dejaba atrás el asunto de Harry. 

¿Y qué si ya no me quiere? ¿Voy a destruirme? Definitivamente no. He sido un tonto... de nuevo. 

Cuando volvió a su casa, se sorprendió de verlo en la puerta. Louis dejó caer su bolso. 

—¿Qué haces aquí?


 

Camino a Casa || Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora