Capítulo 11. Cita y un secreto.

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Después de la aparición de Max, la cena trascurrió tranquila. Jennifer y Daniel, se separaron de nosotros al finalizar la cena, ese era el plan, cada pareja iríamos por separado para terminar la noche, yo al menos pensaba en el algo romántico.

Emilio se portó como un caballero, no me pregunto nada sobre el tema, de ese villano llamado "Max", es una lástima que eso nos quitó el humor en terminar algo más que una cena, me dejo en la entrada de mi edificio.

Suspire, el tipo es guapo y atento, ¿Por qué no me lo encontré antes?, ¿será que solo representa una apuesta para mí?, entre a mi apartamento, quería darme un relajante baño y olvidar a Max.

Cuando salí del baño, mi celular sonó, noté que ya tenía llamadas perdidas, no reconocí el número pero al ver la insistencia, puede ser algo importante.

— ¿Sí?

Sofía, ¿llegaste bien?

Me alegro escuchar su voz, eso quiere decir que aún tengo un chance, Max no me arruino todo.

—Emilio, gracias por preguntar, sí acabo de salir de una relajante ducha—digo mientras masajeo mis piernas con una crema.

Eso suena delicioso

—Y lo fue, para la próxima me acompañas.

 ¿Me invitas?

Yo me carcajee

—Tal vez

Oh, tal vez llegue

—Creí que estabas molesto -hable más relajada.

 ¿Por qué debería estarlo?

—Ya sabes...la cita no finalizo como esperabas, ¿te desilusiono?

No, fue una cena muy agradable, mientras disfruto de tu compañía

—Vamos, me harás sonrojar

 ¿Por qué acaso no estas acostumbrada a elogios?

—No-reí—pero me encanta escucharlos

Los diré frecuente—hace una pausa—entonces, ¿estamos bien?

—Eso debería preguntarte yo, perdón por el oso que armo mi ex

Así que si era tu ex, vaya idiota.

—Sí, te juro que cuando lo conocí no era así—suspire

No hablo solo de su comportamiento, es un idiota por dejar a alguien tan linda como tú.

Volví a reír, oh diablos me voy a enamorar.

—Basta, me lo creeré.

 ¿Quieres salir conmigo?

Oh mi Dios, ¿ahora como le digo lo de la apuesta?

—Sí, estaré encantada.

Bien, mañana saldremos a una cita.

—Bien.

Terminamos hablando hasta muy altas horas de la noche, no me di cuenta cuando me dormí, estoy como una quinceañera.

Al día siguiente, me desperté tarde, así que llegue tarde al trabajo, cuando entre al edificio, ni tiempo de ir a la cafetería me dio, tendré que dar esa tarea a mi secretaria, menos mal que no tengo ninguna cita en la agenda que sea a primera hora, excepto mi madre, ella estaba en la sala de espera.

No me mires, tu mirada es ilegal (LTFL #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora