Capítulo 9. Emilio

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Ya me sentía un poco mejor, pasar por un periodo de depresión después de la ruptura no es nada agradable, además no quiero ser de esas que se pasan meses llorando o encerradas, así que decidí levantarme con una nueva actitud. Ya no quiero seguir preocupando a mis amigos que son todos unos amores, sobre todo a Javi mi mejor amigo.

Cuando entre al edificio salude a Sandra como de costumbre, esta al verme animada me hizo un poco de platica, me hablo de un chisme que está circulando por todo el edificio.

—Sofía, ¿no te has enterado de la noticia? —pregunta Sandra

Al ser la recepcionista es una gran fuente para cotillear todo lo que pasa en el edificio.

—No, esta vez no estoy enterada, ¿Qué paso?

—No es de extrañar que estés fuera de noticia, no te he visto muy animada. Resulta —sonríe y baja un poco el tono de voz-hay un nuevo abogado.

— ¿Nuevo abogado?, ¿Cómo no estoy enterada?

—Sí, me extraña que no estés enterada, pensé sacarte más información de él. Esta mañana lo ví entrar al edifico con Daniel, ¿y adivina qué?

— ¿Qué? —le pregunte de forma animada, para seguir su cotilla

—Es un hombre guapísimo, creo que esta vez sí me caso.

—Aha, Sandra. Eso depende, quien lo consigue primero.

Ella se aleja y niega con la cabeza entre risas me señala

—Pequeña perra, yo lo vi primero

—No querida, la que lo consigue primero se lo queda —le guiñe el ojo y me dirigí hacia el ascensor

Sandra es una amiga de copas, siempre bromeamos, poniéndonos ese tipo de apodos, la verdad alguna veces hemos hecho apuesta a ver quién consigue un chico en un bar. Esta tipa es una devoradora de hombres así como la ven, yo no le llego a los talones, tal vez porque la verdad busco una relación sería donde exista el amor verdadero, bueno al menos ese era mi tonto sueño, la triste realidad suelo relacionarme en relaciones toxicas con idiotas. Es como si tuviera un letrero en la frente, "los idiotas son bienvenidos"

De un mejor humor entre al piso de mi oficina, claro le pedí a mi secretaria, información sobre el nuevo abogado, por el momento sé que se llama Emilio. Estaba en sala de junta, de casualidad me asome un poco por ahí, y lo vi. ¡Qué guapo!, me estoy poniendo nerviosa, el intercambio miradas conmigo, rápidamente salí de ahí. La junta parece haber terminado, Daniel y Alejandro, entraron a la oficina de Daniel, y el bombón rápidamente fue rodeado por un grupo de secretarias, Hphm que tipas más desocupadas. La verdad no me quería acercar sola, así que mejor busco ayuda, ya sé, Jenny.

Voy a su oficina y toco la puerta.

—Adelante—escucho la voz de Jenny

Sonrío un poco, porque sé que la acaba de interrumpir su desayuno su aperitivo a Jenny le gustan mucho las donas. De forma muy animada pensé como iniciar la conversación.

—Hola, Jenny, ¿te molesto?

—No, pasa.

Veo como deja la dona en la caja, yo estoy un poco entusiasmada.

—Adivina, ¿Qué hay de nuevo hoy?

—Una de las secretarias se operó otra vez

¿Operación?, mm si Susana se operó la nariz, pero esa no es la noticia, asentí

—Si lo de siempre, pero no es eso.

—¿Vargas hizo otra competencia de comida en la cafetería?

No me mires, tu mirada es ilegal (LTFL #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora