Esa noche dormí muy incómoda. Me había puesto un camisón que había en mi ropero y me acosté en la cama. Cuando por fin logré pegar ojo, una voz me despertó.
- Rosa . . . . Rosa ven.
Era la de un chico, pero no lo veía por ningún lado. Los susurros seguían y, por más que forzara la vista, no lograba identificar al de dónde provenía.
- ¿Qué quieres?
Pregunté, tratando de sonar valiente. La verdad es que estaba temblando, sentía que algo no iba bien. Me levanté de la cama y tomé una vasija que había en mi mesita de noche, preparando para golpear a aquel sombrío acompañante. De pronto, sentí que agarraban la vasija por detrás de mi espalda, dejándome sin armas.
- ¿Quien eres y qué quieres?
Pregunté ya con el miedo a flote. Una risa sombría retumbó por mi recámara. De repente, en la esquina derecha de mi habitación aparecieron unos ojos rojos. Mi corazón latía tan rápidamente que pensaba que se me saldría del pecho. Con un movimiento ágil él salió de las sombras.
- ¡Manténte a -a- a- atrás, o t- t - te golpearé con esto!
Le grité, ya consumida por el miedo. Él se rió como si todo esto fuera una broma. Se acercó a mí tan rápido como un rayo, tomó la mano en donde estaba la vasija y la arrebató de mis manos. Sus tacto era tan frío como la muerte. Traté de usar mis conocimientos de Kickboxing, pero simplemente mis puños traspasaban como si fuera aire.
- ¡Déjame en paz!
Le grité. Un chico de pelo negro, los mismos ojos rojos de antes, una sonrisa malvada y piel blanca como la muerte se apareció frente mío. Quedé paralizada del miedo, no sé por que. Yo era conocida por tener un carácter fuerte si me veía en peligro, pero tal parece que este chico me penetraba por dentro.
- ¿Eres nueva en el reino . . . . Cierto?
Me preguntó con una voz aterciopelada. El miedo se había transformado en curiosidad y tomé valor.
- ¿Cómo lo sabes?
Pregunte ya sin tartamudear. Él sonrió pícaro al descubrir que ya no sentía miedo. De pronto, tomó mi otra mano y las cruzó por detrás de mi espalda, de modo que estaba atrapada en su firme agarre.
- ¡Suéltame!
Grité lanzando patadas a la nada. La misma risa sonó de nuevo, esta vez en mi oído.
- Yo soy Shaden.
Me susurró muy cerca de mi oído. Logré soltarme de su agarre y lo miré directamente a los ojos.
- No me importa quién seas, aléjate o te rompo la cara.
Le grité. Él se quedó mirando . . . Estaba realmente asustado. El miedo en su expresión cambió rápidamente a un gesto algo burlón, me tomó por el cuello y me estrelló contra la pared.
- Creo que nos veremos pronto, Rosa.
Me dijo y desapareció entre las sombras.
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(Punto de vista de Shaden)
Ese brillo . . . . En sus ojos . . . . ¡¿Es ella?!
Desaparecí de inmediato y reaparecí en mi castillo. Corrí escaleras arriba hasta llegar con mi padre.
- Padre . . . La encontré . . . . Es la nueva.
Dije casi sin aliento. ¡¿Qué demonios estaba haciendo?! Estuve con ella más de lo necesario . . . La toqué . . . . Es que ella es tan hermosa . . . . Ella me gusta y su destino es destruirme.
- ¡Guardias! Encierren a mi hijo en las mazmorras.
Ordenó mi padre, y los guardias me sujetaron por los brazos.
- ¡¿A caso te has vuelto loco!?
Le pregunté totalmente confundido y lleno de miedo. Por primera vez desde la profecía sentía tanto miedo.
- Si ella está muy cerca de ti y descubre quién eres . . . Tú sabes que pasará.
Me dijo, mirándome como si fuera una riqueza que planeaban robar. Me escoltaron a las mazmorras y cerraron con seguro. Esto era extraño, normalmente me deja pelear contra mis enemigos . . . Ella era mi enemiga pero . . . Mientras ella no sepa quién soy, puedo ser quien yo quiera con ella . . . No quería que ella me odiara . . . ¿Me gusta alguien destinada a matarme?
"Aléjate o te rompo la cara"
Repitió su voz en mi cabeza. Si quiero que me ame tendré que portarme mejor con ella, y aún más importante . . . Ella no tiene que saber quién soy. ¿Por qué siempre me gusta jugar con fuego?
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(Punto de vista de Rosa)
¿Qué es lo que acaba de pasar? Un chico acaba de aparecer en mi cuarto portándose bravucón y después tiene tanto miedo que desaparece. Miré por la ventana y vi que ya había amanecido. Escogí un vestido largo, de color plata. Corrí al cuarto de Christian.
- ¿Rosa, qué heces aquí tan temprano?
Me preguntó muy confundido. Estaba en interiores, pero sentía necesidad de hablar con él.
- En la noche alguien vino a mi cuarto y . . . . Daba miedo, tenía ojos rojos y cada vez que lo golpeaba . . . .
- Espera . . . . ¿Lo? ¿Osea que era un chico?
Me preguntó él, ya sintiendo celos del "invasor" de anoche. No tenía tiempo para este tipo de cosas, no ahora.
- Mira, no tengo tiempo para soportarte a ti y a tus celos, si no me vas a ayudar mejor . . . Mejor voy con Edward . . . Sí, él conoce mejor este mundo y al menos él sí me toma en serio.
Le dije ya sin paciencia. Salí echa una furia, sin siquiera mirar atrás. No me importa si él se enojaba conmigo . . . Era más importante saber qué era ese invasor, ya que no puede ser un humano.
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El libro de Rosa
AdventureRosa es una joven que ama leer. Sus compañeros de clase la molestan por ello, pero un día ella encontrará un libro muy especial que transportará tanto a ella como a Christian, su novio, a un mundo que necesita un héroe que luche contra Las Tinieblas.