catorce.

9.4K 1.4K 492
                                    

Estaba enfrente de la puerta del supuesto apartamento de Jaebum. Y decía supuesto porque me había perdido un par de veces y no sabía si había llegado bien. Siempre tuve mala orientación y perderme era algo muy común en mí.

Toqué el timbre y oí unos pasos. Después escuché como quitaban el seguro a la puerta, y apareció Jaebum.

Me puse muy feliz al verle y al saber que no me había equivocado. Le abracé con ganas y él me invitó a pasar.

Me quedé muy sorprendido al ver el tamaño de su apartamento. Era pequeño, como para que solo dos personas pudiesen vivir en él, pero al Jaebum vivir solo no le veía ningún problema.

La diferencia de mi hogar con el suyo era demasiado brusca. Y en vez de sentirme por esto un chico con suerte, me sentía mal.

-Sé que no es un apartamento grande, pero...
-A mí no me importa eso, Jaebum. -le interrumpí. -Me gustan mucho los apartamentos acogedores. Mi hogar es todo lo contrario a algo acogedor.

Jaebum asintió con una sonrisa y me hizo un breve tour por el apartamento. La habitación que más me gustó fue la suya y elogié lo bien que la había decorado.

-A veces mis amigos se quedan a dormir en esta habitación. -abrió la última puerta, mostrándome un cuarto un poco más espacioso que el suyo, el cual tenía un armario, cama litera y una estantería con figuritas y fotos.
-Algún día me podría quedar yo. -comenté por lo bajo, pero él se enteró.
-Sí, lo he pensado. -asintió de acuerdo. -Pero tú no dormirías aquí. -cerró la puerta y nos dirigimos al salón.
-¿Y dónde dormiría entonces? -fruncí el ceño. -No me digas que me pondrías a dormir en el sofá. -le miré indignado.

Jaebum rio al ver mi expresión y luego negó varias veces.

-Dormirías conmigo en mi cama. -guiñó un ojo.

Alcé una ceja ante su respuesta y le miré de arriba hacia abajo.

-¿En serio crees que aceptaría?
-Por supuesto. -sonrió. -¿O ya se te ha olvidado que hemos dormido juntos en tu cama?

Era verdad, ya habíamos dormido juntos. ¿Cómo se me había olvidado?

Chasqueé la lengua y me di la vuelta para sentarme en el sofá. Él rio en respuesta y se sentó a mi lado.

-¿Quieres algo de comer? -me ofreció.
-No, gracias. -negué. -Mejor más tarde.
-Como quieras. -se acomodó en el sofá.

Quería preguntarle sobre lo que hablamos la última vez por teléfono. Sabía que él estaba cansado y desanimado, no estaba pasando por un buen momento en su vida. Así que quería ayudarle o al menos hacerle sentir un poco mejor.

-Jaebum, ¿cómo estás? -posé mi mano en su hombro y le miré con preocupación. -Me comentaste por teléfono que no estabas bien, ¿recuerdas?
-Sí, me acuerdo... -agachó la cabeza y después agarró mi mano, la que tenía puesta en su hombro, y la entrelazó con la suya.
-¿Quieres hablar de ello? -me acerqué un poco más a él.

Su semblante lo único que expresaba en estos momentos era tristeza. Se le notaba apagado, algo había en su vida que le quitaba todas las energías.

-Mis padres no me quieren, Youngjae.

Vale, me esperaba cualquier cosa menos esa. Creía que iba a saltar con el trabajo, algún problema de salud o algo por el estilo, pero... ¿Sus padres?

-¿Por qué dices eso?

Jaebum se tapó la cara con su mano libre y comenzó a llorar. Rápidamente pasé mi otro brazo por su cintura y le apegué más a mí.

Línea erótica [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora