T1 | Capítulo 9

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Lo primero que vi al abrir los ojos fue la repisa de madera colgada en la pared. Una vez me desperté, me sentí desorientada hasta que recordé todo lo que había sucedido la noche anterior: me encontraba dentro del Genius Lab. Mi cuerpo se sentía entumecido, y es que la posición en la que me había quedado dormida no era la mejor de todas: sentada.

Tenía la cabeza recostada contra el espaldar del sofá, así que me costó demasiado enderezar el cuello, incluso, una expresión de dolor se dibujó en mi rostro cuando comencé a mover la cabeza hacia ambos lados. Me sentía agotada, apenas había logrado conciliar el sueño luego de asegurarme de que la fiebre de Yoon Gi hubiera desaparecido por completo y este estuviera profundamente dormido, cosa que no le tomé mucho tiempo.

Solo un par de minutos después logré mover mi cuello con facilidad, bajé mi rostro para mirarlo y tuve que contener la respiración al notar la posición en que estaba dormido: sus piernas estaban recogidas contra su pecho, su cabeza seguía reposada sobre mi regazo, pero... a diferencia de anoche, se había girado mientras dormía ya que su rostro estaba en dirección hacia mí mientras que lo escondido contra mi vientre; lo más curioso de todo era que uno de sus brazos encontró lugar en el espacio que quedaba entre la parte baja de mi espalda y el sofá. Él me abrazaba como si de una almohada se tratara, manteniéndome inmóvil. Y solo fue hasta ese momento que noté que su respiración comenzaba a hacer cosquillas en el ombligo.

¿En qué momento había pasado esto? Intenté deshacerme del brazo que me rodeaba por la espalda pero me fue imposible moverlo, de hecho, ante mis luchas solo logré que Yoon Gi se removiera y se aferrara aún más contra mí, pegando ahora sus labios contra mi piel. ¡No podía respirar! Realmente iba a volverme loca si no lo despertaba, él estaría seguramente igual de avergonzado si lo supiera, tanto como estaba yo en ese momento.

— Yoon Gi, despierta... —Susurré con la esperanza de que despertara pero fue en vano, él solo se aferraba a mí. — ¡Vamos! Déjame levantarme, oye... Necesito ir al baño. —Agregue sacudiendo las piernas y la cadera. Esta vez, él gruño por lo bajo.

— Mm... —Emitió restregando su nariz contra mi piel. ¡Dios mío! — Cinco minutos más... —Susurró y yo arqueé una ceja. No podía creérmelo, a pesar de ser la cosa más dulce que estuviera viendo en ese momento, no entendía como no reaccionaba ante la situación.

Después de verlo así, realmente deseaba dejarlo dormir un poco más de no ser por mis necesidades. Debía estar agotado, según Hobi, solía quedarse despierto hasta tarde trabajando, esa era la razón por la que dormía la mayor parte del día. ¿Hacía cuánto tiempo no había dormido de esta manera? Lucía como un niño pequeño... ¿Cómo podía causarme tanta ternura en un momento como ese?

Le dejé dormir por un par de minutos más. Él parecía que realmente no había caído en cuenta que estaba dormido mientras se aferraba a mí, incluso podría apostar que yo era la última persona que imagina en ese momento, en sus sueños seguramente pensaba que se trataba de uno de los chicos haciendo el esfuerzo por levantarlo. Sabía que lo odiaba, ser molestado mientras dormía, Jungkook me lo había dicho una vez, entonces... ¿Qué debía hacer? También sabía que podía dormir más de 17 horas seguidas, no podía quedarme ahí hasta que él decidiera despertar.

Aun así, solo por esa vez, me atreví a llevar una de mis manos a su cabeza y con delicadeza, deslice mis dedos por su cabello acariciándolo suavemente. Él no se movió ni emitió algún sonido, tal vez mi secreto seguía guardado. Continué jugando con su cabello, era más suave de lo que imaginaba; con cuidado aparté el cabello de su frente dejando a la vista su perfecta piel...

Yoon Gi dormido era la perfecta postal, algo hermoso de observar. Las yemas de mis dedos continuaron por la fina línea de su nariz hasta la comisura de sus labios, lo poco que estaba a mi alcance ya que él seguía escondiendo su rostro contra mi vientre. No podía creer que estuviera tocando su rostro, me sentía como una niña pequeña haciendo una travesura, pues era algo que sabía que nunca podría hacer mientras él estuviera despierto, no pasaría nada si él no se enteraba. A pesar de todo, seguía siendo fan en secreto de los chicos, aquello era todo un sueño.

Somos una mentira | Min Yoon GiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora