Capítulo 12

2.4K 408 114
                                    

Jackson.

Estoy en silencio en el pasillo, no porque esté tratando de pasar desapercibido, sino porque he olvidado cómo hablar.

Puedo ver a Mark, el dulce y bello Mark tratando de secarse la cara con sus lindas manos.

Sólo quiero abrazarlo. Como si fuese un muñeco o algo así. Quiero abrazarlo, besarlo, alimentarlo, bailar con él y arroparlo en la noche.

Él cepilló el pelo de mi mamá. Es el chico más increíble que he conocido.

Estoy en silencio porque estoy tratando de impedirme gritar algo estúpido como moriría por él, o que me tome la mano por siempre en el columpio.

Soy patético.

Me aclaro la garganta y entro a la sala de estar. Mark me mira como si nada estuviera mal. Como si no acabara de cepillar el pelo de mi loca mamá y hablar de cuán grande es mi capacidad de amar.

Me duele el pecho.

—Hola. —Dice él, y le sigo la corriente.

—Hola. —Contemplo a mi mamá dormida y miro a Mark. —Gracias.

Él asiente con la cabeza, porque ¿qué otra cosa puede decir?

Mark va a la cocina y yo llevo a mi mamá a su cuarto y la meto en la cama. Murmura algo sobre roedores con espátulas y no le hago caso.

Cuando regreso a la cocina, Mark me está esperando. Dejo de caminar y lo miro por mucho tiempo.

En lugar de preguntarme ¨¿Hay algún problema?¨ o ¨¿Qué pasa?¨ o ¨¿por qué estás mirándome como un bicho raro?¨ simplemente se queda quieto y me permite mirarlo.

Es lo más hermoso que he visto nunca. Y no sólo porque tiene un cuerpo atractivo y una piel impecable y huele a manzanas. Sino porque está en mi cocina.

Sin juicios. Sin miedo.

Está en mi casa, donde me conoce a mí y a todos mis demonios, mirándome con más nada que amor.

Estoy enamorado de Mark Tuan y eso me asusta hasta la muerte.

—Tenemos que irnos.

Asiento con la cabeza y suspiro.

Así que nos vamos. Nos subimos a mi vieja camioneta y nos dirigimos al centro de la ciudad. Estamos callados durante todo el camino. El ambiente está tenso en la camioneta, por lo que dejamos que el silencio flote.

Quiero tomarlo de la mano, pero ahora es diferente.

Siento que si toco su mano no voy a ser capaz de soltarlo.

Nunca.

Estoy muerto de miedo.

Recorremos kilómetros y kilómetros en silencio.

—¿Estás nervioso? —pregunto. Es una pregunta redundante. Por supuesto que está nervioso.

Suspira.

—Sí. Principalmente asustado de verla en... Su elemento.

Asiento con la cabeza. No puedo imaginarme lo que es eso.

—Todo va a ir bien. Tú vas a estar bien. —Digo, y lo digo en serio.

Él sol está comenzando a ponerse cuando entramos en el centro. Low Lou's es un lugar turbio al final de la calle 1. Estaciono la camioneta y los dos nos quedamos allí, sin movernos, durante algunos minutos.

Mark está tratando de prepararse mentalmente. Está tratando de fingir que no le importa.

Está rompiéndome el corazón.

—Mark...

Soy un hombre muerto.

Me aclaro la garganta.

—No importa lo que suceda allí dentro, no importa lo que veas o sientas, quiero que sepas que eres increíble. Eres valiente, inteligente y fuerte. Ninguna de las elecciones de tu madre tienen que ver contigo ¿De acuerdo? Tú eres tú mismo. Y al final de este día, seguirás siendo Mark. Y yo seguiré estando para ti. Siempre. —Hago una pausa... Estoy a punto de decirle te amo y asustarlo por completo.— ¿Estás bien?

Una lágrima cae por su cara y no puedo impedírmelo. Rozó su mejilla húmeda con mi pulgar y ahueco su cara en mi mano. Esta es la primera vez que le he tocado la cara.

Si me muero ahora mismo, moriré feliz.

Él inclina la cabeza en mi mano y cierra sus ojos. Está respirando profundamente, tratando de frenar sus lágrimas.

Le atraigo a mi pecho y lo presiono contra mi corazón. No se resiste. Se acurruca contra mí como si estuviera destinado a estar allí y suspira.

Es tan pequeño, cálido y frágil. Envuelvo mis brazos alrededor de él, no queriéndolo soltar nunca.

Justo aquí, en mi vieja camioneta, en medio del sórdido centro de la ciudad, es el mejor momento de mi vida.

Porque Markie está a salvo.

Markie está en mis brazos.

Y ya no tengo demonios.

Beso la parte superior de su cabeza porque se siente correcto. Nunca lo he besado antes.

¿Por qué nunca lo he hecho? ¿Por qué nunca le he estrechado en mis brazos de esta manera? ¿Por qué nunca he tocado su cara suave antes de hoy? ¿Qué he estado esperando?

Un minuto pasa. Levanta su mirada hacia mí y su cara está seca.

—Bueno, tengo que hacer esto.

Nuestro momento ha terminado por lo que lo suelto poco a poco. Se aleja de mí y una parte de mi muere. 

Entre tú y yo ; marksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora