Capítulo 6

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—Golpe, patada, gancho, abajo, arriba, evasión, golpe, patada, patada, finta, gancho — Skipper ordenaba los movimientos que debían hacer los reclutas, consecutivamente y sin fallas — Patada, giro, rebote, golpe, ataque, evasión, y patada. ¡Bien! Ahora, 50 flexiones.

—¿¡Más!? — un lémur exclamó, sonando exhausto y casi aterrado. Skipper pensó brevemente que era normal que estuviera cansado, ya llevaban dos horas entrenando sin parar, pero tampoco aceptaría holgazanerías en la guardia.

—Las 50 flexiones eran lo último que iban a hacer, pero si al menos uno de ustedes se atreve a lloriquear, el entrenamiento continuará. Veinte minutos más de trote, seguido del enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Los débiles se ganarán un entrenamiento más severo.

—¡No! ¡Por favor! — rogó alguien en el grupo, todos lucían aterrados — Haremos las 50 flexiones.

—¡Ahora! — ordenó Clover, con un gesto bastante serio, pero cuando los demás lémures obedecieron, Skipper y ella compartieron una sonrisa satisfecha.

Era un grupo de quince lémures los que se habían integrado a la Guardia Cola-anillada y por ende, los que habían estado entrenando los últimos seis días. Pero en tan sólo seis días se notaba un gran avance en los lémures, el duro entrenamiento les estaba dando notoriamente más agilidad aparte de la que ya contaban por su gracia natural, también se notaban más fuertes y concentrados. Aunque seguían lloriqueando constantemente, pero el entrenamiento también se encargaría de irles quitando lo blandos, con un poco más de tiempo. El estar entrenando a los nuevos reclutas, también significó que pasaba gran parte del día junto a Clover, y descubrió que para ser un mamífero, la lémur era muy inteligente, fuerte y agradable. Era sencillo y ameno discutir con ella las rutinas de entrenamiento, ambos sabían de lo que hablaban. Por otro lado, las noches todavía tenía que pasarlas junto a cola-anillada, pues el rey lémur insistía en que tenerlo con él era lo único que podía hacerlo sentir seguro. Varias veces pensó en escabullirse y no pasar la noche en la choza de su majestad, pero a los pocos segundos el pensamiento de que sí podría pasarle algo a Julien le invadía, y le hacía sentirse comprometido a protegerle aunque fuese de esa forma ridícula. Y es que seguían compartiendo cama, y terminaban abrazados durante la madrugada, cosa que parecía que Julien lo tomaba muy normal. Por su nueva rutina, Skipper no pasaba mucho tiempo – al menos a como estaba acostumbrado – con su equipo, y cuando estaba con ellos, evadía como un campeón cada que le cuestionaban acerca de por qué seguía sin dormir en la misma choza que ellos. Claro que les había dado la explicación que hacía guardia en la choza de Julien, pero no decía lo demás, es decir, que era una guardia extraña donde sí podía dormir plácidamente en una cama que compartía el excéntrico rey con él, y que por cierto terminaban abrazados, ¡pero era un instinto natural al no querer morir de frío!, y aun así Skipper no podía evitar sentirse avergonzado de sólo pensarlo. ¡Suficiente! Él no es así. Definitivamente debe de encontrar la manera de ya no pasar la noche junto a Julien.

—Muy bien, soldados. Es todo por hoy — exclamó Clover cuando los lémures habían terminado sus últimos ejercicios. Todos soltaron un suspiro de alivio, dejándose caer pesadamente en el suelo — Mañana continuaremos, y espero que no haya más lloriqueos.

—Sería un milagro si dejaran de quejarse — opinó Skipper.

—Pareciera que están muriendo — comentó Clover al ver cómo los reclutas se quejaban en el suelo. Ambos hicieron una mueca divertida — Como sea. ¿Vamos a comer?

—Sí, vamos.

Habían acostumbrado ir a comer juntos después del entrenamiento, por lo que ya no resulta extraño para ninguno de los dos. Los primeros dos días había sido porque se le pasaban discutiendo nuevas medidas de seguridad, además del entrenamiento que impondrían al día siguiente. Pero después ya conversaban de cualquier cosa, Skipper le platicaba de cómo era vivir en Nueva York, también le hablaba de algunas de sus misiones, mientras que Clover le contaba cómo era trabajar para el rey, sobre todo para éste actual rey, y las cosas peligrosas que anteriormente tuvo que enfrentar para proteger al reino. Sinceramente Skipper quedaba cada vez más impresionado de las habilidades de Clover, y de la lealtad infinita que tenía a Julien. Y hablando de cola-anillada, entre las cosas que Clover le platicaba resaltaba muchas cosas que había hecho él como rey. Era extraño para él, saber de esa faceta buena de cola-anillada, luego de que Skipper lo consideraba sólo como un loco, egoísta, excéntrico y problemático mamífero. Pero todavía no podía creerlo por completo, no si cuando estaban juntos, Julien seguía comportándose como un bobo completo.

¿Estás listo para amar? (Jipper - King Julien/Skipper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora