Capítulo 5

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—Vaya, sí que son un desastre — Skipper seguía en la vigilancia al mismo tiempo que la fiesta se desarrollaba. Desde un árbol podía observar todo el escándalo y desastre que los lémures hacían mientras bailaban — Demasiada locura sin sentido.

La música no había parado de sonar y en consecuencia nadie paraba tampoco su baile. Cola anillada presumía sus movimientos, como era de esperarse, y sus súbditos le animaban a continuar. Rico estaba aprovechando la euforia para crear su propio desorden, la estaba pasando excelente. Kowalski había dejado hace rato sus bailes ridículos y parecía que ahora se dedicaría a coquetear, cosa que a Skipper no le sorprendía; Kowalski era demasiado enamoradizo. Por otro lado, Cabo se encontraba haciendo nuevos amigos, y con ello era feliz.

Poco a poco lémures fueron cayendo agotados, aunque notablemente contentos, pero mientras unos pocos siguieran de pie significaba que la fiesta continuaba. Así que Skipper seguía atento en la vigilancia, ayudándose de los prismáticos de visión nocturna para detectar cualquier posible amenaza en los alrededores.

—¡Oye monja! — Julien le gritó desde el suelo — Ya deja eso. Ven a relajarte un momento.

—Aún no — le respondió sin mirarle, pues seguía mirando con detalle a su alrededor. En seguida escuchó como Julien subía al árbol hasta sentarse a un lado de él, entonces decidió mirarle. El lémur le sonreía.

—Vamos, no seas tan paranoico. Estoy seguro que ni los fosa se atreverán a atacarnos por ahora, no con ustedes aquí — Julien le dijo confiado, y palmeó el lugar junto a él invitando a que Skipper también se sentara, tendiéndole una bebida servida dentro de un coco.

—Está bien — Skipper accedió luego de soltar un suspiro agotado. En realidad todo se notaba tranquilo, por lo que sí podría tomar un descanso. Tomó el coco de las patas de Julien y le dio un sorbo ayudándose la pajita que tenía — Hey, esto es bueno.

—¿En serio? — Julien apenas exclamó cuando ya estaba sacando otra pajita (de quién sabe dónde) y la introducía en el mismo coco que sostenía Skipper, para probar él también la bebida. El pingüino frunció el ceño ante la acción del lémur, pero no le dijo nada, de hecho tampoco se separó ni cuando sus rostros quedaron demasiado juntos al estar bebiendo del mismo coco — Mmm, es de lichis. ¡Mi favorita!

—Pero no es tan buena como los smoothies de amor — Skipper opinó.

—¿Smoothies de amor? — Julien le preguntó con curiosidad.

—Sí, Cabo los hace.

—¿De qué son? No son de pescado, ¿verdad? Porque en ese caso sería asqueroso — saco la lengua en un gesto desagradable. En verdad odiaba el pescado.

—Son de fruta, pero dice que su secreto para que sean tan buenos es el amor.

—¿Amor? — parecía fascinado — ¡Quiero probar uno!

—¡Skipper! — Kowalski interrumpía su charla, llamándole desde tierra.

—¿Qué pasa?

—Solicitamos permiso para ir a descansar — dijo dando un bostezo — Cabo casi cae dormido, Rico bebió demasiado y yo estoy cansando.

—Permiso concedido — Kowalski apenas murmuró algo como un agradecimiento y se alejó junto con los otros dos pingüinos — No sería mala idea que ya fueras a la cama tú también — Skipper ahora le dijo a Julien.

—Sí, estoy cansado — el lémur admitió — Pero...

—¿Qué sucede? — cuestionó ante la larga pausa que estaba haciendo el lémur.

—No puedo ir a la cama sin saber si Clover ha instalado un sistema de seguridad adecuado — intentó sonar lo más confiado posible.

—Yo la vi instalándolo — Skipper aseguró — Puedes estar tranquilo.

¿Estás listo para amar? (Jipper - King Julien/Skipper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora