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Dia 12, mes 4

Hora 9:27 pm

Se había pasado muy lento el día, supongo que por los nervios del viaje. A las 5 p.m de este mismo día, me fuí a comprar el billete para Fuzhou. El viaje era dentro de dos días.

Estaba en la cama reposando, cuando de pronto me doy cuenta de que la lámpara del escritorio de mi hermana, estaba encendida. Decidí levantarme para ver qué estaba haciendo. Siempre hemos tenido esa confianza entre los dos.

Me asomo por la puerta y veo que Nea está sentada delante de su escritorio escribiendo una carta. Decido por acercarme a hablarle.

-Hermana, ¿no deberías de estar durmiendo?- le pregunté acercándome a ella.

-Podría decirse lo mismo de tí, Kenji- me mira. Me siento en su cama, a su lado.

-¿Qué estás haciendo?

-Solamente estaba pensando y escribiendo, sobre cuando me vaya a Londres a estudiar medicina. Ya sabes, los compañeros...las ganas... Y tú, a ti no te veré, y te extrañaré...

Baja la mirada a su escritorio.

-Lo sé, yo te echaré mucho de menos Nea- le pongo la mano en el hombro y la miro- pero me llevaré el móvil, y espero tener cobertura allí, te llamaré para animarte y oirás mi voz.

Ella asiente con una sonrisa.

-Sure bro- me he acostumbrado al "bro". Ella me da un beso en la mejilla y bosteza- me voy a dormir, tu también ¿ok?

Asentí y me fui a mi habitación.

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Día 14, mes 4

Hora: 6:12

Me preparaba para mi viaje, anteayer hice las maletas, bastante pequeñas: una llevaba algo de ropa, el DNI y dinero. Solo usaba dos pantalones y tres camisetas distintas, nunca me he preocupado mucho por la vestimenta. En la otra maleta llevaba un cuaderno, para dibujar, los papeles, el currículum y unos recuerdos: dos figuras de porcelana, de una vaca y de un pato. El móvil lo llevaba en el bolsillo pequeño, y único, de mi chaqueta, el otro estaba roto. Ya estaba listo. Bajé las escaleras, ahí en el salón me esperaban despiertas mi madre y Nea.

-Buen viaje cariño, te echaremos de menos- me abraza -Ojalá te vaya bien y puedas venir a visitarnos.

-Hasta pronto bro- me abraza y me mira unos segundos tiernamente, con ese color violeta brillante -¡good luck!

Cogí mis maletas y salí de casa. Me iba en mi bicicleta, miré una última vez mi casa y pude ver a lo lejos a mi familia despedirse.

Fueron poco más de cuarenta minutos hasta la ciudad, parando para beber agua. Cuando llegué al aeropuerto eran las siete y cuarto, justo a tiempo, salía en veinte minutos. Recogí mi bicicleta plegable y al entrar dejé mis pertenencias, pasé por el control de seguridad y luego me dirigí la zona de embarque. No corriendo, pero ligero, iba para entrar ya en el avión. Adentro todo se veía estrecho, mi mirada estaba inquieta pasando de asiento a asiento. Estaba casi lleno. Por fín escogí un sitio casi al final del avión, en la ventana, y dejé arriba mía mis cosas. Me relajé al fin, el camino no iba a ser corto.

-Disculpa, ¿puedo sentarme a tu lado?- Escuché decir a una chica que casi sudaba y con una respiración algo agitada. Rubia, de melena lisa y con un flequillo recto despuntado, de ojos claros y azules, vestida con un peto y una camisa a cuadros, que parecía de mi edad.

-Claro- le contesté a aquella chica.

-Muchas gracias- se sienta a mi lado -¿Hacia dónde te diriges?-me pregunta con una sonrisa.

•Harvest Moon•Historia perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora