Han pasado dos años desde la partida de aquel ninja desertor que una vez traicionó a la aldea, aquel que quiso matar a su viejo equipo en más de una ocasión y destruir la villa en donde nació. Pero que gracias a una luz, él supo hacer las cosas mejor, ayudando en la cuarta guerra mundial shinobi, siendo uno de los pocos héroes que salvó a la nación, pero que a la vez tuvo que pagar por ser un traidor más hacia su gente. Aquella persona era Sasuke Uchiha. Dos años y todo pareciera ir bien, la villa se ve que irá ampliando aún más su estructura después de haber sufrido los daños en la guerra y se nota que la gente está de lo más tranquila, pensando en que, quizá todo por fin había terminado.
Era una noche más en la aldea oculta entre las hojas, en donde por las calles aún rondaba una chica que poseía un corto cabello rosa y unos hermosos ojos de color jade. Su cabeza como todas las noches, pensaba en aquel hombre que dijo un día que volverían a verse, pero ya han pasado dos años desde aquello y dudaba si seguir esperándolo. Pero aquel amor que sentía por él era tan intenso que no sabía si podría deshacerse de aquel sentimiento muy facilmente.
Levantó su mirada y se percató de que estaba cerca de la ubicación del clan Uchiha, el cual estaba completamente vacío. Ahora que lo pensaba, jamás vió el lugar en donde aquella persona creció hasta sus siete años. Sí, siete. Porque fueron solamente sus primeros siete años de vida en el que fue realmente feliz con su familia antes de la tragedia.
«¿De verdad tienes que irte?»
Ahora le parece absurdo el haber preguntado eso, cuando la respuesta era más que obvia.
«Quiero ver qué aspecto tiene el mundo ninja... El mundo en general. Creo que podré fijarme bien en todo lo que pasé por alto. Si no lo hago, no sé lo que estaré ignorando... Además, me preocupan algunas cosas.»
«¿Y si te dijera... que me lleves contigo?
Pero a él tampoco le costaba decir que "sí", él sabe todo lo que ha aguantado por solo un poco de atención, pero aún así, no se lo permitió.
«Es un un viaje para expiar mis pecados... Tú no tienes nada que ver con ellos.»
Pues claro que si tenía algo que ver. En más de una ocasión la intentó asesinar, ¿O acaso él no lo consideraba un pecado?
«Hasta pronto... Y gracias.»
En ese momento le dejó claro que volverían a verse, pero no ha vuelto y mucho menos le ha mandado alguna carta para saber si seguía con vida o no.
—¡Me sacas de quicio, Sasuke Uchiha! —Se detuvo en seco mientras daba un golpe con su pie al suelo de piedra. Volvió su vista al frente y estaba ya en el interior del clan, no estaba segura en qué zona.— Supongo que un vistazo no le hará daño a nadie...
Siguió caminando, observando las casas y tiendas que estaban cerradas, ya hace más de una década que yacían así y quizá, es el mismo tiempo desde la última vez que alguna persona pisó este clan.
Comenzaba a creer en que tal vez si aquella masacre jamás se hubiera llevado a cabo, aquel hombre no le hubiera costado tanto expresarse y tal vez, solo tal vez, sus sentimientos hubieran sido correspondidos.
Sus pensamiento fueron interrumpidos al ver a tan solo unos metros de ella una silueta de humanoide. Había una persona en ese lugar dándole la espalda, por supuesto que aquella persona no se había percatado de la presencia de la oji jade, o había sido así hasta que ella decidió hablar.
—Etto... ¿Hola? —Saludó un tanto insegura, pero con la intención de llamar su atención. Aquella voz hizo que el cuerpo de esa persona se estremeciera y sin dudarlo, volteó a verla. La peli rosa no logró ver su vestimenta, ni mucho menos su rostro, lo único que logró captar ver a la perfección fueron sus ojos que iluminaban la oscuridad por su particular color rojo sangre. Se trataba del Sharingan. El rostro de ella mostró asombro, pues solo existía una persona con aquellos ojos.— ¿Sasuke-kun?
Aquel joven estaba igual o más sorprendido que ésta, lograba verla claramente por la luz de la luna que caía justo sobre ella. Jamás pensó en volver a verla, estaba algo cambiada, su cabello estaba mucho más corto y su vestimenta era otra, pero de algo estaba seguro.
Esa era la mujer de la cual se había enamorado.
Un golpe en su interior lo hizo salir del trance al escuchar como lo había llamado, «¿Quién mierda es “Sasuke”?», pensó tras unos segundos.
—No creí que volverías... Hubieras avisado. —Le reclamó, pero su molestia se esfumó de inmediato, pero por más que lo intentaba, no podía estar enojada con él por mucho tiempo. — ¿Qué haces tan tarde en éste lugar?
—... —Él no respondió, por más que le hubiera gustado. Le encontraba algo extraño a toda esa situación. — ¿Dónde está el clan Uchiha? —Ahora no sabía qué la había confundido más a la chica, si la pregunta en sí o el tono de voz que usó, ¿Tanto le cambia la voz a una persona en tan poco tiempo?
—Estamos parados en el clan... —Contestó un tanto extrañada y en desconfianza. — ¿Qué te sucede? ¿Tan poco tiempo te tomó olvidar todo?
—... ¿Cuánto tiempo?
—Dos años, desde que te fuiste de la villa para poder remendar de alguna manera todos tus pecados. —Le recordó mientras colocaba una mano en su cintura, tratando de forzar la vista un poco más dado que aún seguía sin verlo. — Te veo más alto, ¿Te estuviste alimentando bien afuera?
—Sakura. —La llamó, o esa era su intención, provocando que un pequeño estremecimiento recorriera su espalda, mientras que él, dió un suspiro de alivio después de ver que haya respondido de alguna manera a ese nombre. — ...No soy Sasuke. —Admitió.
—¿Eh? ¿A qué juegas, Sasuke-kun? No es divertido. —Trató de reír un poco por la mala broma que él le estaba haciendo, pero su mirada le hacía pensar que decía la verdad. — ¿Quién...? —No logró formular completamente la pregunta al notar que él comenzó a dar pasos hacia ella, dejando ver principalmente su calzado ninja y poco a poco su vestimenta. Los ojos de ella comenzaron a abrirse cada vez más y su mandíbula se descolocó al ver de pronto su cabello largo, el cual no era de aquel hombre azabache del que siempre estuvo enamorada, éste cabello se trataba de un color castaño claro.
—Mi nombre es Indra Ōtsutsuki. —La sangre de la chica se heló por completo, llegando a quedar pálida como un fantasma y su sorpresa aumentó cuando por fin vió su rostro, cruzando miradas, pero la de él era aún así mucho más intimidante.
Estaba enfrente del mismísimo Indra Ōtsutsuki, hijo mayor del sabio de seis caminos, Hagoromo, ¿Cómo era eso posible?
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◁Viaje al Futuro▷🌸IndraSaku🌸
FanfictionLa cuarta guerra ha terminado y se podría decir que la paz en la aldea oculta entre las hojas ha reinado, pero eso no significa que los ninjas de la villa no dejen de esforzarse para hacerse fuertes. Entre ellos está Sakura Haruno, una Kunoichi con...