La cuarta guerra ha terminado y se podría decir que la paz en la aldea oculta entre las hojas ha reinado, pero eso no significa que los ninjas de la villa no dejen de esforzarse para hacerse fuertes. Entre ellos está Sakura Haruno, una Kunoichi con...
—Sasuke... y-yo... —Pero antes de que pudiese decir algo, el cuerpo del Uchiha salió volando por la ventana, claramente quebrandola. Ella no entendía lo que había pasado, se encontraba sorprendida, no le encontraba explicación para que él hubiese salido disparado de esa forma.
—Sabía era una trampa para quedar a solas contigo.—Se escuchó otra voz en la habitación muy conocida para ella. Se volteó a verle, se trataba de Indra. Ahora lo entendía, este lo había golpeado.
—¿Una trampa? —Cuestionó ella sin entender nada, pero de inmediato se levantó a ver por la ventana por donde salió el Uchiha. Sí, estaba preocupada de que pudiese haber salido lastimado por algún trozo de vidrio.
—Me encontré con el Hokage en el camino y él no me había solicitado en nada.— Explicó. — Ahí concluí mis sospechas y me devolví. —Ella se volteó a verle.— Y justo a tiempo.
—¿Era necesaria la patada? —Inquirió molesta, pues el golpe no había sido muy necesario, simplemente pudieron haberlo discutido. Ella abrió correctamente la ventana y salió por esta, yendo lo más probable en dirección a donde cayó el azabache que aún se encontraba un tanto aturdido en el suelo, no había captado la presencia del otro individuo. O todo había pasado demasiado rápido, o el estar distraído con la cursilería con la peli rosa le había nublado la posibilidad de detectar algún chakra.
El castaño arqueó una de sus cejas, la verdad no se esperaba que ella se preocupara tanto por él. Se acercó a la ventana y los vio de lejos. Ella verificando que no tuviese ningún vidrio clavado o si el golpe que le dio en su rostro había sido muy fuerte, pero ella aún así, con un chakra que emanó de una de sus manos, comenzó a sanarlo para que no tuviera ningún moretón más tarde. Indra los observó desde lejos, indiferente, pero al ver la mirada del Uchiha dirigirse hacia él y una sonrisa victoriosa formarse en sus labios, pudo notar que todo lo había planeado. —Esa maldita víbora me engañó.— Se dijo en su mente.
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Luego de unos minutos pudo ver como ella lo ayudaba a levantarse y hablaron de algo, pero por culpa de estar a una distancia muy larga, no logró escuchar nada. Para su mala suerte.
