La cuarta guerra ha terminado y se podría decir que la paz en la aldea oculta entre las hojas ha reinado, pero eso no significa que los ninjas de la villa no dejen de esforzarse para hacerse fuertes. Entre ellos está Sakura Haruno, una Kunoichi con...
Había llegado el día muy esperado para muchos, la joven Hyuga y el Uzumaki han unidos sus vidas para siempre... Se han casado, después de tantos meses de prepararlo, ambos por fin eran felices a los ojos de todo el mundo y claro, era una de las más grandes y poderosas parejas, una prestigiosa del clan Hyuga y el Jinchuriki de 9 colas, héroe de muchos y uno de los que salvó el mundo shinobi, claramente toda la gente les deseaba lo mejor de las felicidades.
La pareja estaba recibiendo las felicitaciones de parte de toda las personas invitadas, mientras que con la Haruno y el Ōtsutsuki los observaban de lejos, la peli rosa había logrado hacer que Indra se colocara algo formal, convirtiéndose en un hombre muy guapo a ojos de muchas, haciendo que su idea comenzara a no gustarle demasiado, pero el castaño le sostenía firmemente la mano, entregándole señal de que simplemente le interesaba ella, aliviando de algún modo a esta quien se recargaba en el brazo ajeno.
El sonido de un alcón les llamó la atención y ambos miraron hacia el cielo en donde aquel gran ave se acercaba directamente hacia ellos. Sakura reconocería de cualquier forma de quién se trataba y tragó en seco antes de alzar su brazo y dejar que el ave se posara sobre el, para cuando quitó la pequeña carta que tenía amarrada en su pata, volvió a hacerla volar y al instante, abrió la carta.
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—... —No dijo nada, simplemente no sabía cómo reaccionar, ni qué sentir. Se trataba de Sasuke. Y sabía perfectamente que la carta era dirigida hacia ella, de no ser así, el alcón hubiera ido con Naruto.
—Guárdala. —Dijo el castaño a un lado suya, ella lo miró un tanto nerviosa, dado que Indra era un tanto celoso cuando se trataba del azabache.
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— Haré como que no vi nada. —Le guiño uno de sus ojos, regalandole una sonrisa luego. Ella correspondió su sonrisa.
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