•3. La infiel.

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Todo había sido otra alucinación. Ahora soñaba despierta, lo único que me faltaba.

Esa noche no pude pegar un ojo, pensé toda la noche en él, y cuando intentaba conciliar el sueño la imagen de Federico acariciando mi cuerpo me atormentaba. Diego intento hacerme el amor, pero cada vez que lo besaba me era imposible no imaginar lo que sentiría el día en que sus labios se posaran sobre los mios, sus manos recorriendo mi cuerpo, y nuestros cuerpos unidos en su totalidad, alcanzando el cielo mismo.

Hay días en los que me sentía una basura de mujer, estando casada no paraba de pensar en un hombre que no era mi esposo, y fantaseaba todo el tiempo conque me hiciera suya. ¿que demonios me estaba ocurriendo?. Necesitaba contarle a alguien todo esto, pero temia ser fuertemente juzgada y de una manera poco agradable.
Estaba completamente segura que si hablaba con mi mamá, ella no me castigaria.
La busqué en el jardín, pero Vicenta me aviso que acababa de marcharse a la ciudad a comprar unos fertilizantes. Decidí matar el tiempo mientras mamá regresaba, regando un poco las plantas  que se encontraban tras la casa, que tenía vista al lago. Por supuesto que pude recordar el extraño y erótico sueño que había tenido con Federico.
Fue sorprendida por una voz a su espalda, una voz que la hizo sobresaltar y olvidar por un momento sus pensamientos prohibidos con el señor Rivero.

- Cris, amiga. - la saludo amablemente a su espalda su gran amiga Raquela.

- Raquela, dios mío, ¿cuando llegaste?. - casi corrí a abrazarla efusivamente y con cariño.

- Esta mañana temprano, no quise despertarte asi que decidí venir más tarde a darte la sorpresa. - Sonrió ampliamente.

- ¡Que hermosa sorpresa me has dado! - volví a abrazarla con más efusividad que la vez anterior, carajo, la había extrañado tanto.

- Cuéntame Cris, ¿como has estado? - me pregunto mientras nos dirigiamos a sentarnos en el jardín.

- Bien Rachel. - sonreí de lado.

- No suena muy conveniente tu "bien".

- Definitivamente me conoces demasiado. Para nada bien, ósea respecto a mi matrimonio esta todo igual, Diego y yo casi no nos vemos de tantos viajes que hace al extranjero, y cuando regresa sólo quiere hacer el amor, o mejor dicho tener sexo.

- Comprendo. - se tornó pensativa. - pero... lo importante aquí es, ¿tú quieres hacerlo?.

- No. No quiero. - respondí lo más sincera que pude. Pude notar la impresión que cause en ella a través de sus ojos.

- ¿No quieres? - pregunto con cierta sorpresa.

- No Rachel, amo a mi marido, pero no como antes. Las cosas han cambiado mucho entre nosotros.

- Dios mío. Definitivamente me he perdido mucho de tu vida Cris.

Nos la pasamos toda la mañana juntas, le conté todo lo que había pasado en éste tiempo que habíamos estado lejos, incluso le hice saber lo de Federico. Quedo sorprendida, pero después de todo lo que había pasado en mi matrimonio, supo entender, y apoyarme en mis decisiones como la increíble amiga que era. Ella me dijo que hiciera lo que realmente sentía, que actuará según el corazón, y que por una vez dejará de razonar tanto las cosas.
Ahora sólo faltaba hablar con mi madre, ella me daría el veredicto final para saber que hacer con respecto a Federico. Eso de las cinco de la tarde, le indique a uno de los empleados que acompañase a Rachel a comprar unas cosas al pueblo, mientras yo hablaría con mamá. Me dirigí a su habitación, golpee la puerta de esta y ella autorizó con una dulce voz que entrará.

- Hola ma. - sonreí nerviosa y me acerqué a ella.

- Pasa mi niña, siéntate aquí. - Señaló el lugar en su cama junto a ella. - ¿Pasa algo? Vicenta me dijo que me estabas buscando, y te veo preocupada mi pequeña. - me habló con toda la comprensión del mundo. Y acarició mi cabello cuando por fin me animé a sentarme a su lado.

- De echo Si, pero no se por donde empezar a contarte. - dije afligida.

- Por lo más importante hija. Sé directa, como siempre lo has sido.

- No estoy bien con Diego, nuestro matrimonio no es el mismo, lo quiero, pero no como antes.

- ¿Quieres separarte?, porque eso pasa en todos los matrimonios mi niña.

- No mamá, mi intención por ahora no es esa.

- ¿Entonces? - pregunto confundida.

- Tengo fantasías con un hombre que no es mi marido. - por fin dije con temor.

- ¡Dios mío Cristina! - mi madre quedo sorprendida y en silencio, parecía estar analizando lo que acababa de confesarle.

- Dime algo, por favor. Estoy desesperada. - exclame.

- Todo depende de que hombre se trate hija. No puedo juzgarte, no soy quién para hacerlo, y mucho menos decidir sobre ti.

- Con Federico, tengo fantasías con Federico Rivero. - cubri mi rostro con ambas manos, completamente avergonzada.

- ¡Cristina Álvarez! Por amor a Dios. - exclamó y se echó a reír.

- ¿Que te causa tanta risa mamá? - me quedé extrañada viéndola, no esperaba esa reacción de su parte.

- Que has dejado de ser tan santa, es la primera vez que pecas así - continuó riendo - En teoría, nadie puede juzgar que sientas lo que sientas, eso no lo manejas tú hija. Lo único que te pido, es que tengas cuidado y no salgas herida de esto.

- ¿Que quieres decir con eso mamá?

- Que si pretendes involucrarte de manera sentimental con Federico, primero acaba tu matrimonio con Diego, haz las cosas bien por favor. - suplico con su azul mirada, y sostuvo mis manos entre las suyas apretandolas contra su pecho.

- Eso no pasará mamá, por Federico sólo siento atracción. No más que eso.

¿Sería verdad que era sólo una simple "atracción"?, me lo preguntaba una y otra vez, a diario.

- Bueno, mamá, ya debo irme, Diego debe haber regresado. Gracias por simpre entenderme y estar para escucharme. - le sonreí y le bese en la cien. - Te amo.

- Siempre lo estaré, te amo hija, "la infiel". - dijo graciosa y me abrazo.




Fue todo por ahora, hoy estaba inspirada y quise brindarles un pequeño adelanto de lo que se viene, ahora Cris tiene "vía libre". Veamos que sucede, y que decide hacer.
(Cabe aclarar que en esta versión, Cris y Raquela "Rachel", como le dice ella con cariño, son grandes amigas desde la infancia).

Muchas gracias por leerme siempre♡

No juegues Conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora