Capítulo 15.

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A veces pienso que las películas tristes y romanticonas no se alejan tanto de la realidad. Esas películas en las que chico conoce chica y viven juntos para siempre. Quizá son más realistas de lo que pensamos; siempre puedes encontrar a esa persona que necesitas y con la que puedes tener tu pequeño cuento de hadas. Tan sólo tienes que saber encontrarlo y mantenerlo.

Ahí es cuando se aleja de la realidad.

Es difícil encontrar a la persona correcta, pero más aún conservarla. Quiero creer que yo pueda tener esa suerte, pero se me hace difícil creerlo. Aunque, después de todo, si no hay esperanza, ¿qué queda? Me encantaría poder decir que creo que todo irá bien, que podré tener un camino fácil, que aún guardo algo de esperanza.

En realidad sé que nunca la tuve.

A veces pienso que nunca comprenderé el dolor que se siente al perder a alguien porque en realidad siento como si jamás hubiera tenido a nadie realmente. Es duro afrontar que estás solo y que siempre lo estuviste, pero es más fácil asumirlo que negarse y derrumbarse al ver que es verdad.

Estar sola es algo que asumí hace tiempo, pero ver como Luke y Calum intentan hacercarse a mí me hace dudar entre si realmente soy querida o tan solo soy un premio que el ganador conseguirá llevarse a la cama durante un par de veces más.

Cada vez que pienso algo así me asqueo a mí misma, pero la desconfianza que cualquier ser humano me da es lo que hace que me obligue a mí misma a pensar así y a no cegarme.

Pero quizá, ahora, aquí dentro, en este cajón oscuro y en que no sé lo que me harán, pienso que quizá debería permitirme cegarme y disfrutar.

Suspiro, y antes de poder volver abrir los ojos, escucho gritar a Calum. Grita y patalea aún en sueños y me acerco al colchón, a él, para tranquilizarlo. Me siento a horcajadas sobre él y agarro sus hombros.

-¡Calum, despierta!¡Calum! -empiezo a sacudirlo, pero no hay manera de que se despierte. Empiezo a ver como se escurren pequeñas lágrimas por sus mejillas.- ¡Calum!

Lo oigo sollozar y para de moverse; sé que está despierto, pero sigue sin abrir los ojos.

-Calum... -acerco mi mano a su mejilla y limpio sus lágrimas.- Calum, por favor, abre los ojos.

Niega con la cabeza y se lleva las manos a la cara. Solloza más fuerte.

-Calum, Calum, puedes contármelo.

Vuelve a negar.

-Calum... está bien, está bien. Tranquilízate. -susurro y aparto las manos de su cara. Por fin lo veo con los ojos abiertos y llenos de lágrimas. El corazón se me parte y aparto sus lágrimas con delicadeza- Ya está.

Le acaricio la mejilla y me acerco a él para besarlo. Cuando me separo de él, me mira triste pera ya no llora.

-¿Estás bien?

-Sí. -susurra con la voz entrecortada.

-¿Quieres contármelo?

Niega con la cabeza y yo asiento y vuelvo a besarlo.

-Está bien, duerme otra vez.

-¡No! -grita.

-Chhhhhs, tranquilo pequeño.

-Te voy a sacar de aquí. -susurra cerrando los ojos y me sujeta de la cintura.

-¿Qué?¿Qué dices, Calum?

-Te voy a sacar de aquí, ¿vale? Y vas a estar bien. Te lo prometo.

-¿Qué estás diciendo, Calum? No podemos salir de aquí.

-Aún. Pero te sacaré, lo prometo. -me besa y me agarro con fuerza de su cuello.

***

-¡Despertad! -grita alguien y empieza a pegar golpes a nuestro colchón. Me separo de Calum y miro hacia arriba. Reconozco a los dos hombres que nos trajeron aquí y un nudo aparece en mi estómago- ¿No me has escuchado?¡Vamos!

Me levanto y ayudo a Calum a que se levante también, y antes de que nos de tiempo a hacer algo más, nos empujan hacía afuera y agarro con fuerza a Calum.

Nos llevan hasta una habitación algo apartada de las demás y nos meten dentro. La habitación es grande y lujosa y hay alguien sentado en la silla que hay detrás de el escritorio. La silla da la vuelta y puedo verle la cara. Es mi padre.

-Oh, Aurora, qué mala cara tienes.

-¿Qué quieres? -escupo.

-Tranquila cariño, todo a su tiempo. -sonríe y se levanta para acercarse a nosotros. Calum aprieta mi mano y le miro con miedo. Él me sonríe a medias y acaricio su mano- Hacéis una bonita pareja, ¿sabéis?

-¡¿Qué quieres?!

-¡Cállate!

-¡No, no me voy a callar! -grito y mi padre me pega una bofetada.

-¡Capullo...! -grita Calum e intenta tirarse hacia él, pero los otros dos hombres lo sujetan.

-¿Te vas a callar ya? -me escupe mi padre.

-Sólo déjale ir y haré lo que quieras. -digo con lágrimas en los ojos.

-¿Para qué?¿Para que vaya directo a la policía? Yo creo que no, pequeña.

-Déjale... -sollozo.

-Tranquila, mi niña. -dice y me acaricia la mejilla. Con una muestra de asco, aparto la cara y veo su mandíbula apretarse- No deberías de ser tan maleducada. Yo no te eduqué así.

-Tú no me educaste. Tú estabas follándote a otras. -digo y me da otra bofetada. Escucho a Calum forcejear.

-Ten cuidado con lo que dices.

-¿Qué quieres de mí?

-No quiero nada tuyo, tan sólo eres una pequeña zorra.

-Si soy una pequeña zorra, ¡¿qué hago aquí?!

-No eres tú a quién busco. Quiero a tu madre, y la única manera de conseguirla, es teniéndote aquí.

-¿Qué quieres de ella?

-Venganza. Por todo lo que hizo.

-¡Ella no te hizo nada!

-Veo que no te ha contado qué fue de mí después. -dice y vuelve a su silla.

-Jamás quise saberlo.

-Pues ahora lo sabrás pequeña. -sonríe- Tu madre me denunció por acoso. Yo pensé que no tenía pruebas, pero, sí que las tenía.

-¿Qué pruebas? -pregunto curiosa.

-Un vídeo de esta Navidad. Cuando estábamos grabando a Jack jugando con sus juguetes y la cámara se quedo abierta. Empecé a gritarle y le pegué. No tenía nada contra eso. Por suerte, conseguí un buen abogado y estuve en la cárcel hasta hace un par de semanas y conseguí una orden de alejamiento para vosotros tres. También tuve que pagar doscientos mil euros. -sonríe, frío-  Así que decidí pasarme el resto de mi vida en la cárcel, por haberla matado.

-¡NO! -grito y echo a correr hacia él, pero otro tercer hombre que no había visto, me sujeta- ¡NO!

-Sí pequeña. Y ya estoy en ello. Estás en todo los canales. Y también tú. -dice señalando a Calum- Prontó contactaré con tu madre, y la mataré. Puede que también a vosotros.

I'll always be here. (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora