Me sobresalto y abro los ojos. Estoy jadeando. Me doy cuenta de que mi iPhone a estado sonando y me despertó. Mierda, ya es tarde.
Salgo del jacuzzi apagando las burbujas y el masaje.
Abro el armario y escojo un vestido al azar. Me lo trato de poner lo más rápido que puedo. Tomo el teléfono y gruño al ver el nombre de Mariel.
-¡Emma!, ¿Por qué no contestas mis llamadas?, estoy esperando a que me abras el portón, llevo como una hora esperando, pensé que me prestarías algo de ropa, creo que…- ¡Dios! Esa chica no se cansa de hablar.
La corto diciendo que ya estoy bajando y cuelgo antes de que me responda.
Una hora y media después, la gente empezó a llegar.
Todavía estoy poniéndome un poco de rímel y después me acomodo mi flequillo.
-¡Oh por Dios! ¡Emma, te vez jodidamente sexy!- pongo los ojos en blanco por los comentarios exagerados de Mariel y me volteo a verla.
Se puso una falda arriba de la rodilla con un top negro. Su maquillaje era más cargado que el mío y las zapatillas hacían que se viera casi de mi estatura. La verdad es que era demasiado enana.
Le sonreí mientras le hacía un cumplido por su conjunto y seguí retocándome el peinado.
Ella bajo pocos minutos después de eso. Di un suspiro de alivio y me pregunte: ¿Cómo era posible que fuésemos amigas?
El sonido de la planta baja zumbaba en la alfombra de mi habitación y hacia ecos en las paredes. Me mire por última vez en el espejo.
Una chica pálida de ojos grandes y cabello castaño semi-peinado, me mira con expresión vacía.
Mi vestido azul como la noche y con incrustaciones de pequeños diamantes se amolda a mi figura y parece como si de verdad tuviera curvas.
Volteo los ojos al recordar que eso pensaría Mariel.
**********
Media botella de vodka después y siento que estoy viendo lucecitas. Agh, creo que si son luces.
Recuerdo vagamente cuando ayer a última hora les dije a las personas del aseo que mis papás habían confirmado su permiso para una fiesta (obviamente me creyeron). Así que se encargaron de hacer los preparativos, y encargue a mis amigos que ellos trajeran el alcohol, porque entonces levantaría sospechas.
Ahora estoy sudando mientras me muevo contra Jason. Un chico de mi clase de química demasiado bueno y ahora también muy borracho. La música está a todo lo que da y la fiesta está en su clímax.
Con ambas manos tomo la cara del chico y pego su boca con la mía. El me devuelve el beso y luego introduce su lengua, lo cual es un poco torpe, por el hecho de que ambos estamos muy borrachos y quizá un poco drogados.
Sus manos viajan por todo mi cuerpo y siento una necesidad urgente de querer tener sexo. Bueno, técnicamente nunca he tenido sexo. ¿Cuenta cuando lo hacen con ropa? Bah, creo que no.
-Vamos a una habitación- dice Jason. Lo jalo y hacemos un camino por todos los cuerpos sudorosos que están gritando y bailando.
Entramos a mi recamara y tiro a Jason a la cama, me empieza a sacar el vestido y yo le trato de quitar la camisa. Nos seguimos besando aunque la verdad es que siento la lengua entumecida.
Me despego un poco para decirle:
-¿Traes condones?- Jason hace un movimiento de cabeza, que creo significa “No” así que voy a uno de mis cajones y saco uno. Bueno, digamos que mi mamá no confía mucho en mí en este aspecto, así que un día llego con un paquete lleno de estos. “Por precaución” había dicho.
Sonreí un poco agradecida, bueno, creo que fue una sonrisa. Tome uno. Y con paso tambaleante camine hacia Jason. Me tomó de la cintura y me apretó el trasero. Me arrime más a él, lo que hizo que ambos nos cayéramos a la cama.
-Dios, debes hacer esto seguido-su comentario me hizo reír, pero me calle cuando volvió a chocar su boca con la mía.
Justo cuando le empecé a bajar los pantalones, Jason balbuceo algo y después, se quedó dormido.
¿Enserio? Al parecer subestime la cantidad de alcohol que tomamos. Suspiro resignada y me tumbo a la cama.
Lo siguiente que supe, fue que Barney venia corriendo a abrazarme. Reí y después nos pusimos a cantar. Estúpido dinosaurio morado
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Camino a la tormenta
Teen FictionEmma tiene una vida que cualquier adolescente soñaría. La chicas la envidian, los chicos la desean. Toda su vida cambia cuando llegan las vacaciones, con ello vendrán los problemas, sufrimientos y...el amor.