Los cálidos tonos amarillos y verdes del apartamento de Hoseok son un alivio suave después de los fuertes fuegos artificiales, de las profundas y oscuras tinieblas del aire nocturno y de la incertidumbre y de las multitudes húmedas. Yoongi se sienta en el borde del sofá mientras Hoseok dobla la esquina para cambiarse de ropa.
"Mierda, me olvidé de traer tu camisa de pato", se da cuenta Yoongi de repente.
Hoseok sonríe y se deja caer en el sofá. Se encoge de hombros. "Está bien. Puedes traerlo más tarde, cuando sea".
Como diciendo que habrá algún otro momento, un más tarde en el que estarán juntos de nuevo.
Yoongi mira alrededor del pequeño departamento, maravillándose de lo mucho que parece más pequeño, ahora que es mucho más grande. Allí, el lugar donde dormía en el alféizar de la ventana cuando Hoseok iba a trabajar, o allí, el gran cuenco de cerámica encima de la estantería donde se escondería de Kookie. Los espacios habían sido perfectos en ese momento, pero al verlos ahora, son muy pequeños. Había sido tan pequeño, este departamento había sido todo su mundo.
"¿Estás bien?", Pregunta Hoseok al ver su cara, mano acercándose para acariciar el cabello de Yoongi.
Yoongi se apoya en el toque. Se congelan y se alejan del otro.
"Lo sien–"
"–to, solo es un háb–"
"–háb–hábito. Sí".
Yoongi levanta sus rodillas hacia su pecho mientras toma lugar un silencio incierto.
"Es raro. Ni por un segundo pensé que eras algo más que un gato antes, pero ahora, no sé tú–tú te sientes igual", Hoseok se ríe nerviosamente. "Tus ojos son iguales, de alguna manera", reflexiona.
Yoongi parpadea y se sonroja. De nuevo. Él ha aceptado que solo se va a humillar al sonrojarse constantemente. Está bien.
"¿Dónde te estás quedando?"
Se mueve incómodo y se mete una galleta en la boca. "Hay un aneighlangsfjshefsd". Sin impresionarse con su triste intento de evitar responder, Hoseok lo mira, esperando pacientemente a que lo repita.
Yoongi suspira. "Hay un vecino que tiene un cobertizo que no se cierra. Hay un sofá dentro en el que dormí mucho antes. Antes de eh, ti".
"Deberías quedarte aquí", dice firmemente Hoseok.
Yoongi abre su boca para discutir, pero está claramente en la cara de Hoseok de que no se va a escapar de esta. Asiente.
"Te traeré mantas", dice Hoseok, yendo hacia el armario junto a su cama.
"Oh Dios", dice Hoseok de repente, escondiendo la cara entre las manos. Las mantas caen al piso. "Tú me viste masturbarme. Como, todos los días, joder".
Él sonríe a sus pies. "Aparté la vista".
"¿Apartaste la vista? ¿Apartaste la vista? ¿Eso es lo mejor que puedes decir? Me estoy muriendo aquí, oh Dios mío".
Yoongi se encoge de hombros, no luciendo arrepentido para nada, y sonríe con más fuerza. "¿Todavía quieres que me quede aquí?"
"Sí", siseó Hoseok, lanzándole una almohada a la cabeza. Está rojo color remolacha cuando finalmente se atreve a mirar a Yoongi. Sonríe felizmente, pelo despeinado por el ataque de la almohada. Hoseok intenta fruncir el ceño pero no puede evitar devolverle la sonrisa.
La vida sigue normal durante un par de días, una normalidad diferente de la que tuvieron, pero se siente bien. Yoongi se despierta por su trabajo o Hoseok se despierta por su trabajo. Ambos se sientan aturdidos y silenciosos en la mesa, pasando la leche y la caja de cereal entre ellos. Hoseok se anima después de que come y Yoongi se anima después de tomar una segunda taza de café y de ver a Hoseok regar todas las plantas del apartamento.
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Unfamiliars ¦myg+jhs¦
Fiksi PenggemarHoseok rescata a un gatito en una tormenta de verano. Gracias a una magia extraña, Yoongi es ese gatito. En un pequeño apartamento lleno de plantas y luz de luna, una simple y dolorosa felicidad florece. ・ 。 ☆∴。 * ・゚*。・ ・ *゚。 * ...