capítulo 5

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Me miré en el espejo una vez más.
Lo hacía cada dos minutos.

—No lo sé, Ángela. No me convence —dije.
—Mercy, ¿cuántas veces voy a tener que decírtelo? Te ves muy bien.
—Me veo muy, no lo sé, rara.
—Estás perfecta.

Dudaba de mi atuendo. Había escogido una falda blanca, una sudadera rosa y me había hecho dos trencitas. No estaba segura de ir así.
Desde que Daniel se estaba quedando en la casa yo intentaba evitar usar faldas, porque me sentía ridícula vistiendo así frente a él. Y aún más viendo cómo se vestía Sarah. Pero realmente amaba usarlas... Así que era algo muy difícil.

—¿Crees que Sarah se vea muy bonita?
—Mercy, por Dios, deja ya de pensar en Sarah y en cómo se verá. Tienes que dejar de compararte con ella. Sólo te haces daño.
—Es que...
—Nada de es que. Además no irás sola. Estarás con Alejandro, y por lo que me contaste, te estará acosando toda la tarde si vas con ropa más "reveladora" —hizo comillas con los dedos.
—Debería ser mi problema si voy con ropa muy ajustada o si voy en bikini o incluso si voy desnuda. No debería ser justificativo para que él me moleste —dije enojada.
—Lo sé, pero para los demás eso no es así.

Suspiré y me miré por última vez en el espejo. No me veía tan mal. Aunque seguro al lado de Sarah, la historia sería otra.
Me puse la mochila en los hombros, me despedí de Ángela, la cual me deseó suerte, y me fui hacia la escuela.

No sabía cómo iba a soportar todo ese tiempo viendo a Sarah y a Daniel juntos.
De hecho, estaba considerando seriamente en escapar.

—¡Hermanita! —Me encontré con Max a una cuadra de la casa.
—Hola —dije desanimada.
—¿Qué tienes?
—Nada, sólo ya voy tarde.
—No mientas.
—Nada, Max.
—Mercy, te conozco. Quizá no tanto, pero lo hago. Crecí contigo, y conozco esa mirada.
—Es sólo... —En ese momento Daniel salió de la casa. Lo miré de reojo. Venía hacia nosotros—, es que no dormí bien, y me siento desanimada por eso —mentí. Max me miró raro, pero en ese momento Daniel ya estaba junto a él y lo distrajo.
—¿Nos vamos? —le dijo éste. Yo no pude aguantar la curiosidad y le pregunté a Max.
—¿A dónde irás? —dije, aparentando preguntarle sólo a Max, cuando en realidad el que me interesaba era Daniel.
—Iremos a comprar unas cosas para la universidad, y luego Daniel recogerá a Sarah —sentí un nudo en la garganta. Miré a Daniel, ya que no pude resistirlo, pero él no me estaba mirando a mí, al menos no a mi rostro. Cubrí mi piernas con mi mochila.
—Ah —dije.
—Respecto a eso, no me dijiste nada sobre el chico con el que sales ahora, Mercy —esta vez Daniel si me miró a los ojos—. Sé que ya tienes dieciocho años, y que ya eres joven, pero aún así debes decirme las cosas, Mercy —me regañó.
—Y-yo no estoy saliendo con Alejandro, basta de eso... —dije en voz baja, enojada de que todos lo crean.
—Así que Alejandro, ¿eh? —me respondió Max—. Quiero que hoy, después de que salgan, vengas con él. Quiero conocerlo.
—¿Qué? No creo que sea buena idea. Ya te dije que no estoy saliendo con él —pude ver cómo Daniel miraba a Max con rabia.
—Max, ¿estás seguro? Mercy sigue siendo una niña —susurró él en su oído, pero llegué a escucharlo. Arrugué el entrecejo ante eso. Max lo miró y le hizo una seña con las manos, indicando que tenía todo bajo control.
—Lo traes, ¿si Mercy?
—P-pero...
—Sí quieres luego ya no te molesto más, puedes llevarlo a tu habitación, creo que ya eres responsable como para tener una pareja... ¿verdad? —Daniel abrió los ojos y lo miró nuevamente, esta vez sorprendido, pero inmediatamente cambió el gesto a puro desinterés.
—¿Qué? Max, ¿de qué rayos hablas? —sabía que lo que dijo tenía un doble significado. Sentía la charla avecinarse—. ¿Sabes? Ya me tengo que ir.
—Mercy, prométeme que lo traerás. Quiero saber con quién sales. Necesito saberlo, soy tu hermano mayor.
—¡Que no estoy saliendo con él! —grité—. Pero si tanto quieres que lo traiga, lo haré.

Enamórate De Mí  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora