Aviso: el siguiente capítulo contiene escenas fuertes que podrían no ser aptas para todo público =) dejo el aviso por acá y recomiendo discreción. Sin más, ¡disfruten de la lectura!
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Estábamos todos en la mesa, mientras hablaban y reían –incluso Alejandro– yo sólo jugaba con mi comida y pensaba en lo mucho que simplemente quería estar en otro lugar. En paz.
Miré a Daniel, quien estaba totalmente concentrado en observar algo. Cuando averigüé qué era ese algo, bajé la mano de la mesa, pues seguro se había dado cuenta del moretón que tenía en la muñeca.
Nuestros ojos se encontraron, y preguntándome con la mirada, su gesto se vio inexpresivo. Jamás podía saber qué era lo que pensaba. No importa cuánto intente, cuando Daniel hacía eso, descifrarlo era imposible.—¿Verdad, preciosa? —la voz de Alejandro me sacó del trance.
—¿Qué decías? —pregunté con miedo.
—Que hoy iremos a la fiesta de Alejandra.
—Eh... Sí —fingí una sonrisa—. De hecho, Max... Ella me pidió que vayas. Con tus amigos.
—¿Yo? —preguntó mi hermano.
—¡Sí, vamos! —gritó Carlos—. ¿Te apuntas, Daniel? —él levantó los hombros y asintió, mirándome. Escuché a Alejandro bufar e inmediatamente sostuvo mi rostro girándolo hacia él y dándome un beso. Miré a Daniel, el cual simplemente estaba concentrado comiendo.
—Me llevarás, ¿Verdad Maxi? —le dijo Ángela esperanzada.
—Pero claro, mi amor —sonreí ante eso. Ellos dos eran felices juntos.
—Entonces, yo más me apunto —dijo Diego.Y así siguieron hablando hasta que todos terminaron su comida. Después de eso, salimos al patio donde mi hermano, Ángela y los demás colocaron música y tomaron unas cervezas mientras charlaban.
Alejandro me rodeaba con sus brazos repartiendo besos muy cerca de mi cuello. Intentaba alejarme pero cuando lo hacía, apretaba su agarre, y eso ya me asustaba.
—Alejandro, tengo que ir al baño, ya vuelvo, ¿Si? —él refunfuñó, pero de todas formas aceptó.
Me deshice de su agarre y entré corriendo para subir a mi habitación y encerrarme en el baño.
Esto era estúpido. Era totalmente estúpido. Alejandro actuaba prácticamente normal, ¿y ahora de un día para otro me tenía como una presa? Claro que no, la única que estaba dejando que esto sucediera era yo.
Era yo la única culpable. La única culpable y la única que no sabía qué hacer para salir de eso.Las lágrimas comenzaron a brotar. Me apoyé en la puerta de mi baño y me deslicé hasta quedar en el suelo, con la cabeza escondida entre las rodillas.
Escuché unos golpes tras mío.—Ya salgo, Alejandro —dije como pude—, te dije que me esperes.
—Bueno, no soy Alejandro —mi corazón dio un brinquito. Inmediatamente me levanté y abrí la puerta.
—Daniel... —él entró, cerrándola de nuevo.
—¿Qué ocurre, Mercy?
—N-nada... Sólo me siento muy estresada por la escuela, es todo.
—Ajá. Sigue intentando engañarme. No sé cuántas veces deba decirte que conmigo no funciona —se acercó a mí y agarró mi brazo, levantando la chaqueta. Yo lo moví en ese instante—. Mercy, dime qué ocurre, ahora.
—No pasa nada, simplemente me lastimé.Mis lágrimas volvieron a aparecer, y Daniel sólo me abrazó, para luego levantar mi cabeza y dejar un beso en mis labios muy delicadamente. Por más que quise, no pude negárselo, y no sólo eso, sino que seguí besándolo. Cuando ya sentía mis labios moverse sin control sobre los suyos, me detuve.
—Daniel... Esto no es correcto...
—¿Por qué no?
—Estoy con Alejandro, no puedo hacerle esto —le dije. La única verdad era que tenía tanto, pero tanto miedo de que Alejadnro se entere, que prefería tratar de dejar de tener este tipo de encuentros con Daniel.
—No entiendo por qué estás con él. No lo quieres. Sólo déjalo y ya.
—¡Sí lo quiero! —chillé al sentir la culpa y el miedo golpearme. Recordé la amenaza, y lo sucedido esta mañana—. Y creo que ya no deberíamos hacer esto...
—Mercy, sabes que no soy el único que quiere esto —dijo para luego besarme nuevamente.
—¡Mercy! —Una voz extra se escuchó del otro lado, haciéndome saltar.
—Es Alejandro —susurré lo más despacio que pude.
—Sólo termina esto ya —dijo Daniel.
—N-no... Tengo que seguir con él.
—¿Por qué? —desvié la mirada.
—Porque lo quiero, Daniel.
—¡Mercy, ya sal de una maldita vez! —golpeaba la puerta.
—¡Ya voy! —le respondí y abrí el grifo del lavamanos para crear distracción.
—No lo quieres Mercy —sentenció Daniel—. No soy estúpido. Y prometo, escúchame bien, prometo destrozarlo si el idiota te hace algo.
—N-no Daniel, él me quiere. Él jamás me haría algo —dije, pensando nuevamente en su amenaza. Le di un último beso y lo empujé detrás del estante para las toallas—. Debo irme.
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Enamórate De Mí [Completa]
RomanceENAMÓRATE DE MÍ, primera parte de la trilogía "Amarte". Mercy pierde totalmente la conciencia al saber que Daniel, el mejor amigo de su hermano y su amor platónico, se quedará en su casa por unos cuantos meses. Sabiendo así que, tendría alguna posib...