Su aroma a menta no tardó en llegar a mis fosas nasales y mi loba no tardó en gritarme: ¡Mate! ¿Porqué tenía tanta mala suerte?
Nos miramos por unos segundos que parecieron varios minutos hasta que sentí la presencia de mi padre a mi lado, él miró al alfa y entendió rápidamente de que se trataba. Su sonrisa no tardó en aparecer.
—¡Alfa Ashton! — Lo llamó a lo que rápidamenteme di media y me dirigí hacia mamá.En este momento lo único que quiero hacer es huir, yo no quiero un mate, no lo quiero a él como mate. Además no quería escucharlos hablar sobre mi, ni como el alfa debería llevarme a la casa principal y papá aceptaba gustoso.
—Estás hermosa Miranda, tu loba es hermosa. Me enorgulleces. —Acarició mi pelaje logrando que me olvidará un poco el asunto del alfa. Mamá sería la primera en estar feliz por haber encontrado a mí mate, desde pequeña me decía que genial sería y más aún si es un alfa.
—¡Miranda! —Gritó papá pero no quise voltear a verlo. —Ve a cambiarte. — Mamá me miró con confusión pero no tardó en darme una leve sonrisa y acompañarme hasta mi habitación.
***
—Muy bien cariño, sólo imagínate a ti misma en tu forma humana. — Dijo mamá poniendose de espalda a mí.
Suspire y cerré los ojos imaginandome a mi misma con mis ojos negros, cabello lacio de un negro azabache y mi piel trigueña. No tarde en sentir el dolor de nuevo pero esta vez no fue tan fuerte, esta vez pude aguantarlo.Mire mi cuerpo desnudo y busqué lo más rápido que pude algo con que cubrirme mientras mamá no me miraba.
—¿Ya puedo voltear?
—si. —Susurre a lo que ella volteó y se dirigió directo a mi armario para elegir mi ropa, me tendió una sudadera y unos jeans rasgados junto con mi ropa interior. Le sonreí en forma de agradecimiento y me metí al baño junto con la ropa.
—Ahora dime que es lo que tiene tu padre con el alfa. — La escuche decir desde atrás de la puerta.
—Nada importante mamá.
—Cariño, te conozco y lo conozco a él. Vamos puedes decírmelo. —Volví a suspirar y me mantuve un momento en silencio, decidiendo entre decirle y no hacerlo. Al final terminé diciendole al fin de cuentas de una u otra forma se va a enterar.
—El alfa es mi mate, mamá. De seguro ahora mi papá debe estar negociando con él. — Un nudo se formó en mi garganta, y salí del baño ya vestida.
No quería llorar pero ¡Díos! ¡¿Porque esto tiene que pasarme a mí?!. Es muy pronto para que yo tenga un mate, y si soy Luna de esta manada nunca podré irme. No me lo permitirían.
—No lo quiero a él como mate mamá. Todavía no estoy lista. —Solloce y ella enseguida me envolvió en sus brazos.
***
—Miranda debo hablar contigo. — Mi padre entró a la habitación, yo estaba acostada en la cama con mi cabeza apoyada en el regazo de mamá, voltee a verlo y asenti con la cabeza antes de seguirlo hasta su despacho.
Él se sentó en su escritorio y el alfa se mantuvo parado a un lado suyo, yo por otro lado me senté frente a mi padre dejando su escritorio entre nosotros.
El alfa mantenia su mirada en mi de una manera fría, tanto que hasta me daban escalofríos. Me sentía como una presa bajo su mirada y tenía el presentimiento que pronto él se lanzaría sobre mí y me arrancaría la cabeza.
—Él Alfa Ashton me ha comentado que tú eres su mate. —Asentí lentamente, esperando a que vaya al punto. —Te irás esta noche con él. —Mis ojos se abrieron a tope y negué repetidas veces con la cabeza esperando a que dijera que era una simple broma. Mi loba aullo feliz pero yo estaba apunto de llorar, él no es para mí. Esto debe ser un simple sueño y pronto despertare.
El alfa gruño pero no le hice caso, miré a papá con súplica esperando que una vez en su vida me entendiera y no me obligará a hacer algo que él quería, pero la seriedad en él nunca cambió. No está bromeando.
—Papá por favor, no conoces al alfa. Por favor por lo que más quieras déjame quedarme aquí.
—Eres mía y debes estar a mi lado, quieras o no. — Gruño el alfa interrumpiendo lo que sea que iba a decir mi padre.
—No soy un objeto. —Comencé dirigiendo toda mi atención a Ashton. —No soy tuya — Gruñí, sus ojos cambiaron a un amarillo brillante y estaba segura que los míos también. No se la iba a poner fácil.
—¡Miranda! —Bufe, y voltee a ver a mi padre. —Ve a preparar tus maletas.
Me levanté del asiento sin ganas de seguir discutiendo, me fui directo a mi habitación con mis ojos picando por culpa de las lágrimas. No quiero irme, Díos ¡No quiero irme! ¡No puede obligarme!
—Debo irme mamá. —Susurre entrando a la habitación sabiendo que ella me esperaba ahí. Esperé que me dijera algo, que se pusiera de mi lado, que me apoyara pero sólo me abrazó tratando de no mostrar una sonrisa que se asomaba por sus labios. Y entre sus brazos lloré.
Por un momento se me pasó por la cabeza suplicarle que convenza a papá de cambiar de opinión, tal vez así se de cuenta de que en verdad no quiero esto pero ella nunca lo haría, nunca iría en contra de papá, ni siquiera por mi.
—Sé que ahora no lo quieres, pero están destinados a estar juntos, aprenderás a amarlo. — Susurró en mi oído. —Haz tu maleta. — Dijo por último y salió de mi habitación.
Agarré mi maleta y empecé a meter mis pertenencias ahí. Nadie me apoyaba, no puedo ir en contra de papá yo sola...
¿En serio vas a ir con el? ¿Qué pasará con nuestros sueños? Viviremos encerradas esperando un permiso para poder salir. Me dijo mi conciencia y decidí que tenía razón; esta es mi vida y ellos no me pueden obligar.
No puedo ir en contra de papá sola y no haré eso. Ellos no me obligarán a ír con mi mate. Ni siquiera la diosa Luna lo hará. Yo haré mi propio destino.
Tome una mochila de mi armario y metí sólo lo más importante. Por fin me iría de esta manada.
Salté por la venta y me convertí en mi loba. Tome la mochila con mi hocico y corrí lo más rápido que pude.
Mi loba lloraba, ella quería quedarse pero no se oponía a mi huida. No luchaba por el control. Mi corazón latía rápido por la adrenalina y el miedo de que me atrapáran, si me atrapan mi castigo sería muy doloroso.
La alarma de rogues se escuchó por todo el territorio pero no era por los pícaros sino por mí.
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Miranda ||BORRADOR||
Loup-garou||BORRADOR|| Miranda Clark vive en la manada de la ciudad de plata, a sus diecisiete años encuentra a su mate sin embargo ella no lo quiere e intenta alejarse de él. Publicada el día 24/07/18 -Algunos lugares que se presentan en la historia son fict...