—¡Déjame salir! — Grité mientras golpeaba la puerta de la habitación.
Ya había pasado más de dos horas encerrada aquí. Ashton me había encerrado con llave y luego simplemente se fue a quién sabe donde. Bufe y me senté en el suelo a lado de la puerta, quería volver a mi departamento, debí haber ido a otra ciudad.
En este mundo las historias donde el alfa encerraba a su mate abundaban y siempre tenían un final "felíz" la chica siempre terminaba enamorada del alfa. Pero ese no sería mi caso, si Ashton me priva de mi libertad buscaré cualquier forma para recuperarla, no pasaré toda mi vida encerrada.
Suspire y me levanté para asomarme por la ventana, como habia hecho antes, los guardias no dejaban el lugar debajo de la vantana, por lo que no podría salir por ahí ni por ningún otro lado ya que el baño no tiene ventanas y la puerta está cerrada con llave, si la rompía; el ruido alertaria a los guardias y la puerta también sería custodiada.
—¿Cómo has estado? —Me voltee para enfrentarlo, en su cara llevaba una sonrisa burlona y me miraba con un aire de superioridad.
—Quiero salir. — Gruñí.
—Eso no es posible, no saldrás de aquí nunca. — Tomó una toalla de su armario y se metió al baño, no tarde en escuchar el ruido de la regadera.
Mamá siempre me dijo que cuando encuentras a tu mate te anamorara perdidamente de él con tan sólo verlo, que cada parte de su cuerpo te atrae y que para ti es el ser mas perfecto del mundo, se vuelve indispensable para tu vida y cuando te das cuenta ya no puedes vivir sin esa persona, absolutamente nada de eso me pasó con Ashton.
Estoy más que segura que él no sintió amor cuando supo que yo era su mate así como yo no sentí amor cuando lo supe. Y sí es así ¿Porqué tanta obsesión conmigo?
Ashton salió del baño con la toalla envuelta en su cadera, tenía buen cuerpo pero no me provocaba nada, él agarró su ropa y volvió a meterse al baño. Dos minutos después salió con una remera y boxers, apagó las luces y se metió en su cama yo me acerqué al sillón y me acosté ahí. Traté de dormir, todo estaba en silencio y lo único que escuchan era el reloj y eso sólo me irritaba más.
Minutos después los ronquidos de Ashton se sumaron al reloj. Suspire y me levanté del sillón para acercarme a la ventana, me pegué lo más que pude a la pared y corrí suavemente la cortina, tenía una vista perfecta de los guardias.
No sé cuanto tiempo pasó, sólo sé que cuando ambos guardias se fueron mi corazón golpeó mi pecho en un fuerte latido. Rapidamente voltee a ver el reloj 04:30, conté los minutos que tardaron en llegar los otros guardias. Exactamente eran dos minutos, no eran mucho pero era mejor que nada. Ahora sabía que tenía una pequeña oportunidad de salir.
Hice esto por un semana y descubrí que tenían un patrón. El día que me trajeron era un lunes, ese día el cambió fue a las 04:30, al día siguiente hicieron un cambio a las 05:40 y luego el miércoles lo hicieron a las 02:00, el jueves volvió a hacerse el cambio a las 04:30, el viernes se repitió la hora de el martes, el sábado del miércoles y pasó lo mismo ayer por lo que si no me equivocaba hoy el cambió se haría a las 05:40.
Ashton también tenía una rutina, se levantaba a las dos de la tarde, se bañaba, cambiaba, se iba y volvía a la noche casi siempre oliendo a alcohol. A nosotros el alcohol no nos afecta a menos que sea en muy grandes cantidades y supongo que es así cómo Ashton toma ya que en esos días su sueño es bastante pesado.
Ya tenía todo planeado, sólo tenia que esperar el cambio de turno y salir lo demás sería cuestión de suerte.
***
La espera se me hizo eterna pero por fin se había hecho de noche y Ashton no tardaría en llegar.
Me acosté en el sofá y me mantuve mirando el techo cuando la puerta se abrió, Ashton entró y se desistió quedando en ropa interior para luego meterce en la cama.
—Apaga la luz. —Me dijo y obedecí sin rechistar. Luego volví a acostarme en el sofá. —Mis padre quieren conocerte. —Soltó de repente. —Pero yo no quiero presentarte ante ellos, ambos siempre me dijeron que mi Luna debe ser fuerte y tu no eres fuerte, se decepcionaran al verte.
—Créeme, tuve que tener mucha fuerza de voltad para soportarte toda está semana. —Dije sin pensar, me arrepentí al instante pero para mi buena suerte sus ronquidos se hicieron presente en la habitación.
Me quedé en el sofá mirando al reloj hasta que se hicieron las 05:35 solté un suspiro y me levanté tratando de hacer el menor ruido posible hasta que llegué a la ventada, me mantuve pegada a la pared esperando a que se hiciera la hora y luego escuche los pasos de los guardias alejarse, puse mis manos en la baranda del balcón hasta que supe que los guardias estaban lo suficientemen lejos entonces salte y corrí lo más rápido que pude sacando fuerzas hasta de donde no tenía. Pero claro mi vida siempre tiene que ser de las difíciles.

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Miranda ||BORRADOR||
Werewolf||BORRADOR|| Miranda Clark vive en la manada de la ciudad de plata, a sus diecisiete años encuentra a su mate sin embargo ella no lo quiere e intenta alejarse de él. Publicada el día 24/07/18 -Algunos lugares que se presentan en la historia son fict...