Capítulo 24

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Un año después.
-¡Cariño! ¡Ya está el desayuno! -Grité desde la cocina, Thomas bajó las escaleras algo soñoleto pues recien se habia levantado.
-Me hubieras despertado así te ayudaba... -Negue con la cabeza y deje el playo sobre la mesa para que el comiera.
Nos habiamos quedado unos  seis meses en Rusia, luego nos mudamos a Francia por otros seis meses y después en Italia pasamos el resto del año ahora estábamos en Luxemburgo. Vivíamos en un cabaña que habíamos encontrado abandonada... aquí era más difícil que nos encontrarán.
Habíamos vivido todo este año tranquilos, nuestra conexión se había fortalecido. Nos amabamos.
-¿Que haremos hoy? -Me preguntó.
-No lo se... podemos tener una cita. -Lo abracé por detrás y besé su cuello.
-Me gusta la idea. -Susurró y en un rápido movimiento me sentó sobre su regazo. -Te vez hermosa. -Dijo cerca de mis labios, sonreí y corte la distancia entre nosotros uniendo nuestros  labios en un suave y lento beso. -Te amo. -Me susurró cuando nos separamos. Unimos nuestras frente; el sonreía y yo sonreía... todo era perfecto.
-Te amo.
***
-Muy bien, ya está listo. -Ambos nos acostamos en la manta y miramos el cielo estrellado.
Era una noche calurosa, yo llevaba un vestido amarillo y Thomas una camiseta con una jeans.
-Sabes... Nunca me contaste de tu pasado, sólo sé que Ashton era tu mate... -Me acomode sobre su pecho.
Estábamos a tan sólo unos kilómetros de casa. Veníamos aquí bastante seguido, era el único lugar en donde las copas de los árboles no estorbaban para ver las estrellas ya que estos formaban un círculo, algo grande, que alejaba las ramas de la vista...
-Yo nací en ciudad de plata, como se llama la manada, en ese tiempo todavía gobernaba el Alfa Jack, en la escuela me molestaban por ser la niña rara, siempre iba con un suéter o sudadera de algún super héroe. - El soltó una pequeña risita y siguió escuchandome con atención mientras que con su mano acariciaba mi cabello. -Mamá siempre fue bastante sumisa ante papá por lo que nunca salía de casa si no tenía el permiso de él,  cabe decir que él salía a trabajar antes de que llegará de la escuela y volvía a la noche, mamá tampoco salía sin su permiso. Vivíamos practicamente encerradas y no teníamos ni voz ni voto en esa casa...
>>Una vez le contesté a papá, él se enojó y me golpeó para que aprendiera a no volver a hacerlo, no aprendí esa lección, siempre tuve la lengua suelta. -Reí un poco - Nunca tuve amigos en la manada tu realmente no hay mucho que contar ya que mi vida era una rutina; ir a la escuela, volver a casa, comer, hacer mis deberes y aburrirme el resto de día hasta la hora de dormir.
-¿Porqué nunca aceptaste a Ashton como mate? O sea ¿Porqué  a mi si y a él no? -Me preguntó con curiosidad.
-Porqué no quería una vida cómo la de mamá, yo nunca quise ser sumida de nadie y era más que seguro que si yo aceptaba a Ashton tendría que ser su sumisa. Me trataría como un objeto - Suspire. - Y contigo no es así, tu nunca me reclamante cómo tuya, siempre me das mi espacio. No eres celoso... para ponerlo más fácil no eres un lobo. Y eso me gusta. - Él río y me abrazó más a su cuerpo.
-Eres lo mejor que me ha pasado. - Dejé un pequeño beso en sus labios antes de levantarme de la manta.
-No, vuelve. -Me mostró un puchero haciendo que ria. Negué con la cabeza y le extendi la mano para que se levantará. El la tomó y yo lo hale levemente.
-Ya es tarde vamos. -El asintió y mientras yo doblaba la manta él guardaba las galletas y frutas que no comimos. -¿Listo?
-Si, vamos. -Caminé hasta llegar a su lado, entrelace mi mano con la suya y así ambos caminamos hasta llegar a casa.
Estábamos a tan sólo unos pasos de la cabaña cuando sentí el olor de un cuerpo muerto.
Empuje a Thomas atrás de mí y camine con cuidado de no hacer ningún tipo de ruido, Thomas me miraba confundido pero no dijo absolutamente nada.
Abrí lentamente la puerta y encendí la luz encontrandome con el cuerpo de un lobo mutilado y a su lado, escrito con sangre, estaban las palabras "Te encontre" en el suelo.

Miranda ||BORRADOR||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora