Capítulo 7

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  Había logrado llegar a mitad de camino cuando la alarma sono, no tarde en escuchar las miles de pisadas de lobos corriendo hacia mi.
  Yo tenía bastante ventaja pero no conté con que ahora el límite del territorio estuviera cubierto por más de veinte lobos, ellos me gruñeron y avanzaron unos pasos tratando de acorrolarme.
  Miré atrás, todo estaba despejado pero no podía volver, si lo hacía los otras lobos me atraparian además de que estaban bastante cerca. Entonces entre medio de la desesperación, una locura pasó por  mi mente.
  Retrocedi unos pasos para tratar de tomar impulso y luego corrí y salté convirtiendome por encimas de los lobos pero uno ellos fue más rápidos y mordió mi pata haciendome caer de nuevo al suelo mientras.
  Suspire y cerré los ojos, los otros lobos ya habían llegado y formaron un círculo a mi alrededor para evitar que escapara.
  Ashton se hizo camino hasta mi. Su mirada sólo reflejaba furia. Me tomo entre sus brazos y me dejé llevar de nuevo a la casa principal.
—Sufriras las consecuencias. — Susurró cerca de mí.
  Mi cuerpo se estremeció e intenté huir de nuevo, salté de sus brazos pero volvió a agarrarme tan pronto toque el suelo. Gruñi y me moví de forma brusca tratando de zafarme de su agarre sin embargo él era mucho más fuerte que yo y apretó mi para herida hacien que me quedé quiera por el dolor.
—Si vuelves a intentarlo te irá peor.— Gruñó.
   Cerré los ojos deseando que todo pasará rápido pero al final fue todo lo contrario. El camino a la casa se hizo mucho más largo de lo que recordaba, el dolor en mi pata se hacía más fuerte y de un momento a otro mi cuerpo impacto sobre el suelo. Abrí los ojos y me encontré en una celda. Para cuando quise reaccionar ya me habían encerrado con llave.
—¡¿Que haces?! —Le grité a Ashton.
—Es tu castigo, vivirás aquí hasta que aprendas a comportarse y obedecerme. —Mi corazón latía rápidamente. Me sentía impotente y con ganas de llorar y gritar. Por otro lado el se veía relajado.
  Dio media vuelta para irse pero yo lo detuve.
—¡Escuchame bien! ¡Nunca voy a obedecerme por el simple hecho de que no eres nadie para decidir sobre mi vida! ¡Nunca te voy a aceptar como mate! Te estoy odiando con cada parte de mi ser. —Por un momento sus ojos tuvieron una tonalidad amarilla, se acercó de nuevo a las rejas de la celda y por instinto retrocedi.
—Entonces siempre estarás aquí. —Bufo y se  dio media vuelta para irse.
—¡Ashton! —Me ignoró —¡Saldré de cualquier forma! — Salió del cuarto de celdas dejando todo oscuro, aquí no pasaba ni un rayito de sol y, apesar de que soy una mujer lobo, apenas podía ver.
  Me hice bolita en un rincón y dejé que todo los sentimientos que había guardado salieran. Lloré hasta que mi cuerpo y mente se cansaron y me dejaron dormir.
***
  No tenía conciencia de cuantos días habían pasado desde que me encerraron aquí.
   No sabía cuando salía el sol ni cuando se escondía. Aquí siempre estaba oscuro.
  Mi comida de todos los días era un vaso con agua y un pan.
  Intentaba con todo lo que podía mantenerme fuerte pero cada día moría un poco más.
  La puerta se abrió dejando entrar la luz y como consecuencia cegandome, vi una silueta acercarse a mí pero decidí cerrar los ojos y tratar de dormir otro rato; seguro sería otro guardia más.
—Cariño. —Escuche su voz dulce y suave llamarme.
  Abrí mis ojos de golpe y en medio de la oscuridad la vi a ella dentro de la celda, me levanté lo más rápido que pude y no tarde en llegar a su lado y rodearla con mis brazos, ella hizo lo mismo conmigo y dejo un beso en mi frente.
—Mamá. —Mi voz salió entrecortada, supongo que es normal después de tanto tiempo sin decir palabra.
—¿Desde cuando estas aquí? — Me preguntó.
—No lo sé. Ni siquiera si es de noche o de día. — solloce dejando que las lagrimas  mojaran mis mejillas, ella acarició mi cabello trantando de tranquilizarme y luego se sentó conmigo en el suelo.
—No tuviste que hacerlo enojar cariño, es normal que te dé un pequeño castigo después de escaparte una vez e intentar volver a hacerlo. —Me abrazó más fuerte pero yo la aleje y la miré incrédula.
—¿Cómo puedes decir que esto es normal? — Frunci el ceño, ella abrió la boca para decir algo pero la cerró de nuevo, tal vez no encontró que decir. —Ese hombre es un idiota, mamá. Esto no es normal, ¿Cómo no voy a querer escaparme si él quiere que este a su lado a la fuerza. — Bufe.
—Debiste haber ido con él desde un principio, ese era tu destino. Si hubieras hecho las cosas diferentes tal vez ahora estarias feliz y enamorada de tu mate. -Dijo suavemente pero eso sólo me hizo enojar más.
—¿Entonces, el que me obligaran a ir con él fue por mi destino y felicidad o por su estúpido trato?

Miranda ||BORRADOR||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora