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JiSung nunca había sido una persona que se enamorase fácilmente, pero aquel chico había captado todos sus sentidos en el momento en el que le ayudó a recoger el desastre de libros que había formado en el suelo del pasillo.

Por aquel entonces no solía juntarse con los amigos que tenía en ahora, solamente con ChangBin, su único amigo en esos momentos, a pesar de no ir al mismo instituto, ya que el menor era algo tímido a la hora de hacer amigos.

JaeBum era dos años mayor que JiSung, pero eso no quitaba que el menor se sintiese muy atraído por él, y al parecer era al revés también, dado que el mayor le sonreía cuando se cruzaban por los pasillos desde aquel incidente.

Todo era normal dentro de lo que cabe, pero entonces llegó aquella fiesta, la fiesta de JinYoung, un chico de la clase de JaeBum que se había quedado solo el fin de semana y decidió organizar tal evento para pasárselo bien, invitando a prácticamente medio instituto.

El menor no se sentía muy seguro de si debía o no ir, pero cuando JaeBum le pidió que fuese porque sería divertido, el menor no pudo negarse.

La fiesta comenzó relativamente tarde, pero el castaño no podía evitar sentirse entusiasmado por la idea de ver a JaeBum fuera del instituto, con oportunidaades de hacerse más cercanos, y así fue.

JaeBum encantó a JiSung con su sonrisa y sus bonitas y tiernas palabras. Le decía lo gracioso y adorable que se veía esa noche y el menor no podía controlar su corazón ni sus mejillas ante aquello.

-Sungie~ ¿Te apetece si quedamos un día de estos para dar un paseo?- sugirió el mayor sentado en el sofá de la casa de su amigo, con una cerveza en la mano y la mirada sujeta en los ojitos del menor, quien le miraba como si le estuvieran dando la mejor noticia del universo.

-¿De verdad quieres quedar conmigo?- dijo JiSung dudando de si realmente estaba soñando o no. Y cuando recibió una respuesta afirmativa ante su pregunta, le dio un abrazo al mayor sin ser consciente de aquello.

Los días y los meses fueron pasando, y JaeBum y JiSung se veían cada vez más, todos los días al terminar las clases iban a casa del mayor a ver alguna película en la moto del rubio y luego le llevaba a casa.

JaeBum era todo un caballero y, después de que le pidiese salir a JiSung aquella tarde de verano en la puerta del menor con unas flores, lo fue aún más. Comenzaron a salir juntos oficialmente ese día y desde entonces el menor era completamente feliz.

Su novio le iba a buscar todos los días y le llevaba todas las tardes de vuelta a su casa, le cocinaba y le decía cada día lo hermoso y especial que era. Y JiSung cada día se enamoraba más del mayor.

Cuando cumplieron tres meses, las cosas cambiaron. JaeBum quedaba más frecuentemente con sus amigos y dejaba de lado a JiSung muchas tardes, pero el menor no le tomaba importancia, pues su novio era, ante sus ojos, simplemente perfecto.

Una tarde, JiSung había quedado con ChangBin para probar el videojuego que su amigo había comprado la mañana anterior y cuando iba a salir de casa, JaeBum estaba esperándole en la puerta.

El menor se lanzó a sus brazos y le explicó sus planes para esa tarde. Su novio no era para nada celoso y eso le encantaba a JiSung.

-Pero bebé, ¿Vas a salir así vestido?- preguntó el rubio mirando los vaqueros negros de su novio y la sudadera rosa que llevaba.

-¿Voy mal?- el menor se desilusionó mucho al oír aquello y se asustó un poco, pues no dejaba de oír casos de maltrato entre parejas que comenzaban con cosas así, pero JaeBum no era de esos, él le quería.

Young Wings «Stray Kids»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora