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JiSung lloró contra el pecho de MinHo al menos diez minutos antes de que dijera algo.

—Lo siento— sollozó mirando hacia arriba para verle a la cara. El mayor le miró y no pudo evitar que su corazón se encogiese.

—No pidas perdón, soy yo quien debe disculparse por entrometerme en asuntos que no me afectan directamente.

—No, yo debí quitarme la camiseta y ya está... Pero me daba vergüenza— MinHo le miró y ladeó la cabeza esperando que siguiese— no me gusta mi cuerpo MinHo, a mí ni a nadie, por eso no quería quitarme la camiseta— empezó a llorar tan fuerte como antes.

MinHo le tomó el rostro y le hizo mirarle— ¿Te sigues viendo gordo?

JiSung asintió mirándole a los ojos— creo que 50 kilos estará bien pesar.

—No voy a dejar que sigas bajando peso JiSung... Pesas 55 kilos y mides 1'69... Ni hablar vas a pesar 50— el menor quiso protestar pero el mayor siguió hablando— dejando de comer no consigues nada, solo vas a conseguir enfermarte y que todos nos llevemos un susto, incluido tú.

—Pero MinHo...

—No estás gordo JiSung... Grabatelo en la cabeza — tomó sus mejillas y le obligó a mirarle a los ojos— a mi me gusta tu cuerpo...

El menor le miró con algo de esperanza en los ojos— ¿De verdad?— el mayor asintió lenta y sinceramente—¿Lo prometes?— volvió a obtener la misma respuesta y entonces reaccionó agarrando la camiseta del contrario y mirándole a los ojos— ayúdame MinHo— suplicó desesperado.

—Claro que lo haré Ardillita— le pegó su cabeza al pecho y empezó a llorar al mismo tiempo que lo hacía el más pequeño.

—MinHo... Quiero que te metas en mi vida, que te preocupes por mí como lo haces habitualmente... Olvida lo que dije... No puedo estar enfadado contigo... Solamente puedo estar agradecido por no dejar que me consuma por mi propia idiotez.

—JiSung... ¿Sabes que... Aunque pesases mil kilos iba a quererte igual verdad?— el menor rió y se separó del pecho contrario para mirarle a los ojos. No había sido consciente de la poca distancia que les separaba.

MinHo le cargó en brazos debido a su escaso peso y le tumbó a su lado en la cama de su amigo. La ligera embriaguez que sentía en esos momentos hizo que por su cabeza pasasen pensamientos que no debería tener acerca de su amigo.

JiSung se abrazó a su MinHo y jugó con la cadena que le colgaba del cuello al contrario. El mayor veía desde arriba como este se entretenía con eso y sonrió suavemente.

MinHo se incorporó y se apoyó en el respaldo de la cama mirando a su amigo.

—JiSung quítate la camiseta— ordenó el mayor mirándole. El pequeño se sonrojó y negó— venga, quiero ver eso de lo que tanto te avergüenzas— JiSung cogió el borde la camiseta dudando y la subió hasta quitársela del todo. Se puso de pie y miró al suelo avergonzado de su propio cuerpo. MinHo se acercó hasta el borde de la cama y allí le contempló bien.

El menor levantó la vista y se encontró con unos ojos que le miraban, pero no como los ojos de la gente que se burlaba de él, sino llenos de sinceridad y amor. MinHo le tomó de las hebillas del vaquero y le atrajo hacia él, para después dejar un suave beso en el ombligo de este. JiSung se cubrió la cara con ambas manos, avergonzado por las acciones del contrario. El mayor apoyó su frente sobre el abdomen blanquecino del menor y cerró los ojos.

—Simplemente perfecto— susurró provocando a JiSung un escalofrío y un cosquilleo.

Ambos estuvieron así al menos una hora. MinHo apoyado sobre la tripa de JiSung, y este acariciando el pelo al mayor, por fin en paz.



WooJin se sentó en uno de los sofás y suspiró. Se limitó a mirar como la gente bailaba y se liaban unos con otros sin parar. Divisó a HyunJin y le saludó. Este se acercó con el vaso casi vacío ya y se sentó a su lado.

—¿Todo bien?—preguntó el mayor. El otro chico asintió con la cabeza algo ida—¿Cuántos has bebido ya?— HyunJin miró su vaso algo confuso y se limitó a encogerse de hombros— madre mía... Como te vea Chan... — el menor rió sin sentido y miró a su amigo— por cierto... hace un rato que no le veo... ¿Sabes dónde está?

—No le he visto desde que llegamos— respondió levantándose— nos vemos luego Hyung.

—HyunJin-ah...no bebas más por favor— pidió el mayor. El moreno sonrió expresando desobediencia y se alejó a buscar algo que echar en su vaso.

WooJin recorrió toda la casa de su amigo y al ver que no encontraba a Chan por ninguna parte, decidió que igual había conocido a alguien y estaba ocupado. Se sentó de nuevo en el sofá y se terminó el contenido de su vaso. Un chico gritaba algo nervioso, y no fue hasta que se posicionó delante de él, que se dio cuenta de que era nada más y nada menos que JeongIn.

—¡Hyung! Tienes que venir— exclamó acelerado el más pequeño. WooJin se incorporó y tomó de la muñeca al pequeño.

—Tranquilízate JeongInnie, ¿Qué pasa?— se levantó y le miró preocupado.

—Es Chan Hyung... Está... Creo que está hablando con su padre otra vez...

WooJin lo entendió perfectamente con tan solo esas palabras. Corrió siguiendo al menor y llegó al jardín, donde ChangBin y Félix estaban mirándose sorprendidos del mayor, quien gritaba al teléfono con la cara llena de lágrimas.

—¡No pienso ir contigo! ¡He dicho que no! Tú preferiste una casa antes que a mí, así que ahora no pienses que voy a hacer como si nada hubiera pasado— Chan gritaba como si tuviera a su padre delante. JeongIn se tapó los oídos algo asustado y el más mayor se acercó un poco—¡Vete a la mierda, joder!— colgó el teléfono y gritó al cielo.

WooJin puso una mano en el hombro contrario y el mayor se giró a verle. Su corazón se rompió al ver a su amigo así. Así que lo único que pudo hacer fue tomar su mano y tirar de él para abrazarle emotivamente.

Young Wings «Stray Kids»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora